Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
48. Oráculo Contra Moab.
Este largo capítulo, por su contenido, parece una compilación, sin que se pueda señalar un orden estricto lógico en el desarrollo de las ideas. Por otra parte, su carácter de pieza-mosaico le hace oscuro, sin que sea fácil determinar las circunstancias históricas que hayan dado lugar a su composición. Moab comprendía la parte oriental del mar Muerto entre el Arnón, al norte, y el W. Hesa, al sur. Su población era de origen arameo, como los hebreos, amonitas y edomitas. La Biblia considera a los moabitas como descendientes de Lot, sobrino de Abraham l. El dios nacional era Gamos; de ahí que los moabitas fueran llamados hijos de Gamos. Durante algún tiempo, Moab fue tributario de Israel, pero se independizó en tiempos de Mesa (c.550 a.C.), según consta por la famosa estela encontrada en Dibán en 1868, actualmente en el Louvre. Las relaciones entre israelitas y moabitas fueron siempre hostiles ya desde los tiempos del éxodo 2. En 602, los moabitas hicieron incursiones en el territorio de Judá aprovechándose de las dificultades políticas planteadas por la invasión de las tropas de Nabucodonosor. Después del exilio, Moab fue absorbida por una población árabe.
Esta profecía de Jeremías no alude para nada a la hostilidad tradicional de Moab contra Judá, pues en ella sólo se recrimina el orgullo y rebelión contra los designios de Yahvé (v.42). Por eso muchos autores creen que ha sido compuesta antes del año 602, ya que no se comprende que no aludiera el profeta a las incursiones de Moab contra el reino de Judá. Los v.29-38 están tomados de Isaías. El pensamiento fundamental del oráculo es que Moab será destruido por un enemigo que viene del norte, el ejército de Nabucodonosor, aunque no lo nombre expresamente.
Desde el punto de vista literario encontramos fragmentos en prosa y en verso. En muchos de ellos no es fácil determinar su carácter poético, debido a que los procedimientos externos de expresión poética hebraicos nos son en parte aún desconocidos y nos movemos muchas veces en el terreno de la pura hipótesis.
Consternación de Moab por la devastación (1-10).
1 Sobre Moab. Así habla Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! Está devastada. Confundida y conquistada está Quiriatayim, confundida y derruida la ciudadela 3. 2 ¡No existe ya la gloria de Moab! ¡En Hesebón se trama su mal! ¡Ea! ¡Borrémosla de entre los pueblos! ¡También tú, Madmen, sucumbirás! ¡Tras ti caminará la espada! 3 Gritos se oyen de Joronáyim, devastación, ruina inmensa. 4 Moab está quebrantada, los alaridos se oyen hasta Segor4. 5Por la subida de Lujit se sube con llanto, por la bajada de Joronáyim se oyen gritos de angustia. 6Huid, salvaos, sed como el onagro en el desierto 5. 7Por haber puesto tu confianza en tus obras y tus tesoros, también tú serás tomada. Saldrá Gamos para el destierro, y con él sus sacerdotes y sus magnates. 8 Entrará el devastador en todas las ciudades, ninguna se salvará, El valle será arrasado; el llano, devastado. ¡Yahvé lo ha dicho! 9Dad alas a Moab para que emprenda el vuelo 6. Sus ciudades se convertirán en desierto, sin que haya quien las habite. 10¡Maldito el que ejecute negligentemente la obra de Yahvé, y maldito quien retraiga la espada de la sangre! El estilo es incisivo y nervioso. El profeta ve ya en marcha al devastador implacable, instrumento de la cólera divina. A los ojos del profeta aparecen las ciudades y la campiña bajo el efecto de la devastación más cruel. Para reflejar el nerviosismo de la situación, tan pronto aparece hablando Yahvé como el profeta y los habitantes de Moab. El enemigo ha llegado inesperadamente a
Nebo (v.1), localidad junto al monte del mismo nombre, desde el cual Moisés contempló la tierra de promisión, identificada con
Jhbet el-Mja-yet 7.
Qiriatayim es el actual Jirbet
el-Qureytat, a 21 kilómetros al sudoeste de Mádaba 8.
Hesebón es el actual Hesbán, a 12 kilómetros al norte de Mádaba 9, a 30 kilómetros al este del Jordán. El profeta supone que el enemigo ya ha llegado a Hesebón y que allí tiene un consejo de guerra para ulteriores planes de invasión:
En Hesebón se trama su mal: ¡Borrémosla de entre los pueblos! (v.2). Los invasores han decidido la destrucción total de Moab 10.
Madmen, quizá las actuales ruinas de
Dimne, a cuatro kilómetros al noroeste de Rabba , aunque muchos autores creen que es una variante del nombre
Dimón o
Dibón, la ciudad principal del Moab septentrional. La devastación ha llegado al corazón del reino:
tras ti caminará la espada. La devastación ha llegado ya al sur:
Gritos se oyen en Jorondyim (v.5), en la costa sudeste del mar Muerto 12. En aquella zona estaba también
Segor o
Soar, una de las ciudades de la Pentápolis bíblica, la única salvada del cataclismo narrado por
Gen_19:20. Pero más tarde, como consecuencia de un terremoto, fue anegada por las aguas13. La consternación ha llegado, pues, hasta los confines meridionales de Moab.
Lujit (v.6)
parece ser la actual
Djebel el-Witat, correspondiente al
Lejitu de la inscripción nabatea de Mádaba14.
La situación es tan desesperada que se invita a la precipitada huida:
salvaos, sed como el onagro en el desierto (v.6). El asno salvaje, u
onagro, era famoso por sus ansias de libertad y por su facilidad en huir de los cazadores. La imagen, pues, es muy apropiada para representar a los moabitas, sueltos por las estepas de Moab, aturdidos ante las noticias del ataque enemigo 15. La razón del castigo enviado por Yahvé radica en su orgullo y su autosuficiencia, pues se creían seguros en sus obras 3; tesoros (v.7). Tenía una posición estratégica buena para la defensa. Pero de nada le servirán sus muchas fortalezas, pues hasta su dios nacional, Gamos,
saldrá para el destierro, y con él las fuerzas vivas de la nación,
los sacerdotes y los magnates. La frase tiene un sentido irónico. Los moabitas, confiados en el poder de su dios y en sus recursos, se creían a salvo de todo peligro; pero Gamos, como los dioses de otras naciones, será llevado como trofeo de victoria por los vencedores en trágico cortejo con sus adoradores. La devastación será completa (v.8). Tanto su
valle o depresión del Jordán, al norte del mar Muerto, como su
llano, o altiplanicie, serán arrasados 16, y todo como consecuencia de un decreto del Dios de Judá:
Yahvé lo ha dicho (v.8b). El Dios de los judíos ejercía un poder omnímodo aun sobre los otros pueblos, y en este sentido dirige la historia de todos los reinos del universo 17. De nuevo el profeta hace una invitación a la rápida huida:
dad alas a Moab para que emprenda el vuelo (v.9). La suerte está echada y no hay otra solución que la desbandada general.
El v.10, por su forma prosaica, parece una glosa posterior 18. La guerra contra Moab es considerada como una guerra
santa, y, por tanto, el ejército invasor es un instrumento de la ira divina. No cumplir sus designios es oponerse al mismo Dios; por eso el hagió-grafo dice con todo vigor:
¡Maldito el que ejecute negligentemente la obra de Yahvé y maldito el que retraiga la espada de la sangre! (v.10). Es Yahvé el que le ha escogido y le ha dado las armas, y no puede retraerse 19. En
Jue_5:23 se dice que sea maldito quien no participe en la guerra santa de liberación contra los enemigos de Israel. Es necesario tener en cuenta
la concepción teocrática y la propensión a las frases radicales de los orientales para comprender estas expresiones, que a nuestra sensibilidad cristiana nos resultan demasiado feroces. No debemos olvidar que el hagiógrafo pertenece a un estadio de la revelación aún muy rudimentario, en el que
la caridad de Cristo todavía estaba muy lejos de ser el centro de la misma verdad religiosa.
Contraste entre el pacífico pasado de Moab y su trágico futuro (11-16).
11 Tranquilo estuvo Moab desde su adolescencia, reposado sobre sus heces; no había sido trasegado de tinaja en tinaja, llevado al destierro. Por eso conservó su gusto y no se disipó su aroma. 12 Por eso ahora vienen días, dice Yahvé, en que yo le mandaré trasegadores que le trasegarán, que vaciarán sus tinajas y las romperán. 13 Y se avergonzará Moab de Gamos como la casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza. 14 ¿Cómo decíais: Somos valientes, hombres fuertes para la lucha? 15 El devastador de Moab sube contra tus ciudades, la flor de su juventud baja para la matanza. Oráculo del Rey, Yahvé de los ejércitos es su nombre. 16 Ya se acerca la ruina de Moab, y su mal corre velozmente. El profeta contrapone dos situaciones de Moab: hasta ahora las altiplanicies moabíticas se creían resguardadas en su aislada posición geográfica y en sus fortalezas; por eso
Moab estuvo tranquilo desde su adolescencia (v.11). La tragedia de Judá e Israel fue estar en una gran encrucijada de caminos, lugar de choque entre los colosos imperiales que durante siglos se disputaron la hegemonía del Próximo Oriente. Moab, en cambio, se hallaba lejos de las ambiciones territoriales de los grandes imperios, aunque había tenido que someterse a Teglatfalasar III y a Senaquerib en el siglo VIII. Pero la dominación asiría fue mucho más débil que en la zona de la costa siro-fenicia-palestina. Esto hizo que pudiera gozar de una paz y prosperidad desconocidas para los pueblos de la costa. El profeta refleja este estado de opulencia con imágenes apropiadas a la principal riqueza del país, sus excelentes viñedos 20. Como el vino dejado en reposo sin trasegar conservaba toda su
fuerza, así Moab
estuvo reposado sobre sus heces (v.11). Moab no había sido agitado ni
llevado al exilio. Por eso pudo desarrollarse prósperamente hasta ser envidiada por las otras naciones:
conservó su gusto y no disipó su aroma (v.11b). Pero su feliz pasado ha terminado, ya que Yahvé la va a agitar como a Israel, enviándole
trasegadores. que vaciarán sus tinajas y las romperán (v.12). Los devastadores acabarán con la próspera nación. Y entonces comprenderá el error de haber confiado en su dios nacional, el impotente
Gamos, el cual, al dejarlos marchar derrotados al exilio, los cubrirá de vergüenza, como se
avergonzó Israel de Betel (v.13),
en el que había puesto su confianza. El culto cismático del reino del norte, Israel, en Betel, fue una de las causas de la ruina del mismo y de su deportación 21. La experiencia se repetirá en Moab.
Sólo quien confía en Yahvé puede subsistir. Por eso la seguridad y autosuficiencia de los moabitas ha sido la causa del castigo:
¿Cómo decíais: Somos valientes.? (v.14). Yahvé les dará el merecido a su insolencia, enviándoles el
devastador. que sube
contra sus ciudades, en la altiplanicie, mientras que la flor de su juventud baja para la matanza 22.
La frase
Oráculo del Rey. falta en el texto griego, y es quizá una glosa. Con todo, designa la certeza del cumplimiento de la profecía, ya que proviene del
Rey, que tiene por nombre
Yahvé de los ejércitos, es decir, señor de las batallas y de toda la creación. Nadie puede resistirse a su palabra decisiva.
El profeta presenta como inminente la
ruina de Moab. En su visión profética, los años corren velozmente. Flavio Josefo nos dice que Moab fue sometida por Nabucodonosor cinco años después de la toma de Jerusalén (587). Desde luego no es difícil que las tropas babilonias hicieran incursiones por aquella zona una vez sometida totalmente Judá. Sus viñedos y su tráfico comercial eran un buen cebo para los conquistadores caldeos.
Elegía sobre las ruinas de Moab (17-27).
17 Lloradle todos sus vecinos; todos los que por la fama le conocéis, decid: ¿Cómo ha sido roto el cetro poderoso, el báculo glorioso? 18 Desciende de tu magnificencia y siéntate en el cieno, moradora hija de Dibón, que ya sube contra ti el devastador de Moab, que arrasará tus fortalezas. 19 ¡Sal al camino y atalaya, habitante de Aroer! pregunta a los huidos, a los que se han salvado; diles: ¿Qué pasó? 20Avergonzado está Moab, ha sido derrotado. Clamad, gritad. Anunciadlo en el Arnón: ¡Moab está devastado! 21Ha venido el juicio sobre el país de la meseta, sobre Jolón, sobre Yahasa, y sobre Mefaat, 22y sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-Diblataim, 23sobre Quiriat-Yearim, sobre Bat-Gamul, sobre Bet-Mehón, 24 sobre Queriot y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab, cercanas y lejanas. 25 El cuerno de Moab ha sido abatido, roto ha sido su brazo, oráculo de Yahvé. 26 Emborrachadle, pues se alzó contra Yahvé. Y Moab se revolcará en su vómito, convirtiéndose en objeto de burla. 27¿No te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones para que al hablar de él muevas la cabeza ? La tragedia de Moab es tan grande, que el profeta invita a las naciones circunvecinas a que hagan duelo sobre él 23. Ha caído toda su fortaleza (v.17). Se creía invencible, pero ya ha sido
roto el cetro, su independencia y señorío han desaparecido. Moab debe abandonar su
magnificencia y sentarse
en el cieno (v.18); la contraposición es irónica y sangrante. De reina, la
moradora hija de Dibón (sinónima de Moab) se ha convertido en esclava 24, porque ha llegado la hora de la cuenta bajo la implacable invasión del
devastador. El profeta invita a los habitantes del sur, de Aroer 25, a que contemplen el triste espectáculo de las caravanas de
huidos que bajan de la parte septentrional:
sal al camino y atalaya (v.19). La invasión ha venido del norte, y las primeras nuevas del desastre las dan los fugitivos que en trágica desbandada corren hacia el sur buscando refugio. Ellos dirán lo
que pasó. La devastación ha sido total 26. Todo el poderío de Moab
ha sido abatido. Y todo ha ocurrido como efecto del castigo divino, que les ha hecho beber la copa de su ira. Por eso el profeta dramatiza la situación presentando a Moab como un ebrio de la cólera divina:
emborrachadle., se revolcara en su vómito (v.26). Su castigo le ha venido por su insolencia contra Yahvé al creerse seguro en sus riquezas y aislamiento:
pues se alzó contra Yahvé. Siempre los profetas ven en los aconteceres históricos una dimensión teológica, expresión de los designios divinos. Moab, revolcándose en su
vómito como un ebrio, por efecto de la ira divina, será
objeto de burla de todos, como lo es el que embriagado se halla tendido en el suelo sin sentido 27. En otras ocasiones, al ver castigado a Israel, se burlaba de él, considerándole como un malhechor herido por la mano de su Dios: ¿No
te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones para que al hablar de él muevas la cabeza? (v.27). El escándalo fingido de Moab ante las supuestas maldades de Israel resultaba hipócrita, ya que era más culpable que éste en muchas cosas. En todo caso, ya le ha tocado la hora de probar el cáliz de la cólera de Yahvé.
Duelo general en las tierras de Moab (28-39).
28 Abandonad las ciudades y habitad en las rocas, habitantes de Moab, y sed como la paloma que anida al borde de los precipicios28. 29Hemos oído de la soberbia de Moab, jactanciosa sobremanera de su orgullo, su altanería, su arrogancia, de la altivez de su corazón. 30Yo conozco su jactancia oráculo de Yahvé , sus vanas bravatas, sus fútiles obras. 31Por eso me lamento por Moab, y clamo por Moab todo, y gimo por las gentes de Quir-Jeres; 32 más que por Yaser, lloro por ti, viña de Sibma. Tus sarmientos atravesaron el mar y se extendían hasta Yaser29. Sobre tu cosecha y tu vendimia ha caído el devastador. 33Huyeron el regocijo y la alegría de los vergeles y campiña de Moab. Yo he vaciado el vino de tus tinajas; no pisará ya más el lagarero. La canción ya no es canción30. 34 Los alaridos de Hesebón llegan hasta Elalé, hasta Yahsa lanzan su voz, desde Soar hasta Joronáyim, hasta Eglat-Selisiya, pues también las aguas de Nimrim se convierten en desolación. 35Yo haré desaparecer de Moab oráculo deYahvé al que sube al lugar alto31 a ofrecer incienso a sus dioses. 36 Por eso mi corazón suspira como una flauta por Moab, por las gentes de Quir-Jeres, por la pérdida de cuantos bienes habían adquirido. 37 Toda cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada; sobre todas las manos hay incisiones, y sobre los lomos sacos. 38Sobre todos los terrados de Moab y en sus plazas no hay más que llantos, porque he roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso, oráculo de Yahvé. 39¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Lamentaos! ¡Cómo volvió Moab las espaldas vergonzosamente! Se convertirá en objeto de burla y de espanto para cuantos le rodean. La situación es tan desesperada para los habitantes de Moab, que el profeta les invita a esconderse en lugares inaccesibles, como
la paloma. al borde de los precipicios (v.28).
Los V.29-39 están tomados de
Isa_16:6-12 y adaptados libremente por un redactor posterior al mismo Jeremías. En todo caso es de destacar la ruina de Moab como castigo divino por su orgullo y altivez. Las acusaciones contra ella se ponen en boca de los habitantes de Judá:
Hemos oído de la soberbia de Moab. (v.29),
que se consideraba autosuficiente y segura en su riqueza material y en su aislamiento geográfico. Después Yahvé mismo toma la palabra (v.30), y confirma esta altanería tradicional de los moabitas, y por ello se ve precisado a castigarlos. Y el profeta, en nombre de Yahvé, se lamenta por la tragedia de Moab (v.31). En
Isa_16:7 son los mismos moabitas los que se lamentan por la ruina de su nación. El redactor posterior ha tenido un criterio de adaptación muy libre. Cambia constantemente de interlocutor para expresar las ideas. De todos modos es interesante ver cómo aquí
el profeta revela profundos sentimientos de compasión ante la catástrofe de los enemigos tradicionales del pueblo judío, los moabitas. Por un lado celebra la manifestación de
la justicia divina, y por otro se siente asociado al duelo de una población arruinada. Su grandeza de alma le hacía pesar las tragedias íntimas de sus enemigos políticos. Aquí el profeta se lamenta sinceramente por la ruina material del pueblo moabita, simbolizado en las
gentes de Quir-Jeres (v.31), la capital de Moab, la actual fortaleza de
Kerak al sudoeste de Moab, en un promontorio sobre el mar Muerto 32. El profeta llora por la ruina material de la
viña de Sibma, símbolo de la riqueza característica de la campiña moabita, sus viñedos. Su pérdida supone mucho más que la destrucción de la ciudad de
Yaser 33. Era el centro del cultivo del viñedo, famoso aun en las regiones apartadas: tus sarmientos
atravesaron el mar hasta Yaser (v.32b). Las cepas de
Sibma, buscadas por su calidad, habían sido plantadas desde más allá del mar Muerto hasta Yaser por el oriente. Pero
ha caído el devastador., huyeron el regocijo y la alegría. de la campiña de Moab (v.33). Los alegres cánticos tradicionales de los que pisaban en los lagares desaparecieron, porque han sido arruinados los viñedos, y todo como castigo divino:
yo he vaciado el vino de tus tinajas. El v.34 es una repetición de
Isa_15:4-6 34; por lo que parece ser inserción de un redactor posterior. El v.35 repite libremente
Isa_16:12. Se trata de la destrucción de los lugares de culto en Moab como consecuencia de la devastación general que llevará consigo la despoblación del país.
El v.36 está integrado por reminiscencias de
Isa_16:11 e
Isa_15:7· El profeta siente en su persona el duelo general, se siente conmovido:
mi corazón suspira como una flauta. (el instrumento típico de las honras fúnebres 35), por las
gentes de Quir-Jeres, sinónimo del país moabítico. El duelo es general en el país:
Toda cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada. (v-37). El rasurarse la cabeza y la barba, hacerse incisiones y vestirse de sacos eran las tradicionales señales de duelo36. Insensiblemente deja de hablar el profeta, asociado a la tragedia de la población moabítica, y de nuevo toma la palabra Yahvé para recalcar que la catástrofe la ha enviado El, ya que los invasores no son sino instrumentos de su justicia:
He roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso (v.38).
Ruina y restauración de Moab (40-47).
40 Pues así habla Yahvé: He aquí que viene volando como el águila y extiende sobre Moab sus alas. 41 Las ciudades han sido tornadas, asaltadas sus fortalezas, y entonces el corazón de los guerreros de Moab será aquel día como el corazón de mujer en parto. 42 Y dejará Moab de ser una nación por haberse alzado contra Yahvé. 43 Terror, hoya y red contra ti, moradora de Moab, oráculo de Yahvé. 44 El que escape al terror, caerá en la hoya; el que se libre de la hoya, será cogido en la red. Yo haré venir todo esto contra Moab el año de su castigo, oráculo de Yahvé. 45 Se detienen a la sombra de Jesebón, extenuados por la fuga; pues fuego sale de Jesebón, y llamas de en medio de Sijón, y devora las sienes de Moab, la coronilla de los tumultuosos. 46 ¡Ay de ti, Moab! Perdido estás, pueblo de Gamos. Tus hijos han sido tomados cautivos, y tus hijas en cautiverio. 47 Pero al fin de los días yo haré volver a los cautivos de Moab, oráculo de Yahvé. Hasta aquí el juicio de Moab. En los V.40-44 se resume la profecía sobre la devastación de Moab 3?
Se presenta al invasor como un
águila que extiende sus alas sobre Moab (v.40). Tal es la celeridad del impetuoso avance. No especifica al invasor, que suele identificarse con Nabucodonosor38. A su paso han caído las
fortalezas, y entonces el pavor invadió a sus defensores corno
mujer en parto (v.41). La catástrofe ha venido enviada por el mismo Yahvé, contra quien se había
alzado orgullosámente Moab. Ha sido un delito contra su omnímoda majestad, que no puede quedar impune. Por eso humilla a Moab para que reconozca su debilidad y dependencia de Yahvé, que dirige la historia de las naciones.
Todo se ha conjurado contra la orgullosa Moab. Los enemigos han puesto todos los medios para tomarla en sus manos:
terror, hoya, red (v.43). La imagen está tomada de la caza. Los cazadores asustan la presa para que, precipitada, caiga en la
hoya y la
red preparadas de antemano. Quien se salve de una caerá en otra (v.44b).
Es el mismo Yahvé quien ha dispuesto todo esto, ya que los invasores son meros instrumentos suyos (v.44c).
Los v.45-40 faltan en el texto griego, y reproducen
Num_21:28-29 y 24:17. En ellos se canta la victoria del rey amorreo
Seón sobre Moab al tomarles la ciudad de
Jesebón. De esta ciudad conquistada por Seón salía la espada como un
fuego devorador sobre todo el país. La otra frase,
devora las sienes de Moab y
la coronilla de los tumultuosos (v.45c), está tomada de la profecía de Balaam, en la que se predice la humillación de Moab por los israelitas. Podemos suponer, pues, que un redactor posterior al mismo Jeremías adaptó estos versos al contexto de la profecía contra Moab. Así, la escena es la siguiente: llegada la invasión, los pobres fugitivos de la campiña moabítica se refugian en la fortaleza de
Jesebón (v.45). Pero de nada les ha servido esto, pues el enemigo ha tomado en seguida
Jesebón, de la que salen, como
fuego devastador, a conquistar todo el país39. A los moabitas se les llama despectivamente
tumultuosos (v.45c), lit. hijos del estrépito, por su carácter altanero, con complejo de autosuficiencia 40. La frase
sienes y coronilla de Moab puede significar los puntos más culminantes de la nación.
La catástrofe nacional ha sido completa, ya que la población en masa ha sido llevada en cautividad (v.46). La expresión
pueblo de Caraos es irónica y despectiva, ya que el dios nacional no ha podido salvar a su pueblo. Pero, en cambio, será Yahvé el que rehabilitará a Moab de nuevo como nación (v.47). Jeremías en 602 predijo que los pueblos vecinos de Judá, después de ser castigados convenientemente, serían restablecidos en sus tierras41. Y en uno de sus oráculos los admite a formar parte del futuro reino mesiánico de Israel 42. La expresión
al fin de los días es clásica para designar
la inauguración de los tiempos mesiánicos. En la mente de los profetas, todos los aconteceres históricos de los pueblos tienen un sentido en la
mente divina, y así Dios unas veces los castiga y otras veces les permite llegar a un estado de prosperidad; pero todos están subordinados a la futura manifestación mesiánica en el pueblo elegido.
1 Cf.
Gén_19:30-38. 2 Núm c.21. 3 El texto griego lee, en vez de
cindadela, Amaz y Agaz, como si fueran dos localidades. 4 El TM: sus pequeños en vez de Segor. 5 Así según los LXX. El TM como Aroer. 6 Los LXX leen dad a Moab una tumba o cenotafio, como signo de su desaparición. La versión que hemos elegido, siguiendo a muchos autores, es problemática, pero hace perfecto sentido. 7 Cf. Abel,
Géog. de la Palestine II p.397. 8 Cf. id., o.c., p.419. 9 Eran famosas sus piscinas. Cf.
Can_7:4;
Jos_21:39;
Num_21:25. En el hebreo hay un juego de palabras como en el siguiente nombre
Madmen. 10 Cf.
Isa_15:9;
Isa_10:31;
Jos_15:31. 11 Cf. Abel, o.c., II sub verbo. 12 Cf.
Isa_15:15. Aparece en la estela de Mesa, y es citado por fl. Josefo,
Ant. Jud. XIV 1:4. 13 Cf.
Gen_19:203. Véase Fl. Josefo,
Bel. Jud. IV 8:3, y San Jerónimo
Quaest. in Gen. 14:3; cf. Abel,
Géog. de la Pal. II p.466. 14 Cf. Abel, o.c., II p.3?o. 15 Los que no siguen la lectura griega, sino la hebrea, con algún cambio, creen ver una alusión a un arbusto propio del desierto. En ese caso se compararía a la población salvada de la catástrofe con ese arbusto en medio de la desolación de la estepa. 16 Cf.
Deu_3:10;
Deu_4:43;
Jos_13:9. 17 Cf. Am 1. 18 Así opina, entre otros, Gondamin. 19 Cf.
Jer_50:25. 20 Cf. Jer 32s;
Isa_16:8.10. 21 Cf.
1Re_12:29. 22 Cf.
Isa_34:7. 23 Cf.
Isa_14:4. 24 Cf.
Isa_47:15s. 25
Aroer se hallaba en la orilla septentrional del Arnón. Cf. Abel, o.c., II p.250. 26 La enumeración de las localidades es prolija, y la mayor parte de ellas puede identificarse. Muchos autores traducen la palabra hebrea que hemos vertido por
meseta por un lugar geográfico llamado
Mishor, según suena el vocablo original hebreo. Cf. abel, o.c., I P.429-30.
Jolón nos es desconocido. Abel supone que estaba junto a Mádaba.
Yahasa: según el
Onomasticom de Eusebio, estaba entre Mádaba y Dibón.
Mefaat parece ser el actual
Ne-faa, al NE. de Hesbán.
Bet-Diblataim serían las ruinas de
Releilat, al NE. de Libb, entre Mádaba y Dibón. Cf. Abel, o.c., II p.242-26g. Qw'rtaíazm, el actual
el-Qareiyat, a 21 kilómetros al SE. de Mádaba.
Bet-Gamul, el actual
el-Gameil, entre el Arnón y Umm er-Rasas.
Bet-Maón, Main, al SO. de Mádaba.
Queriot: quizá el actual
Salive. Bosra: según Abel, es
Umm el-Amad, al N. de Mádaba. 27 Cf. Jer c.25. 28 Algunos autores toman la palabra heb.
Pipahat, que hemos traducido por
precipicios, por una localidad geográfica. 29 El TM dice Mar de Yaser. Pero la palabra
mar falta en algunos manuscritos y en el lugar paralelo de
Isa_16:8. Por otra parte, en Yaser no había ningún mar. 30 Lit.
Hedad, hedad no es
hedad. Hedad parece ser el grito alegre del lagarero. Otros traducen: ni se oye el
hedad (Cant.).
Bib. de Jérus.: no resuena el grito de alegría. 31 Otros traducen:
sacrificios sobre los lugares altos (Cant.). 32 Cf. Abel, o.c., II p.i4& 33 Cf.
Isa_16:8-9. 34 Sobre la identificación de
Hesebón véase com. al v.2.
Elale es
el-Al, al NE. de Hesebón: Hesbán. Sobre
Yahsa véase com. al v.21. Sobre Soar véase com. al í.3· Õ sobre
Joronáyim véase también com. al v.3.
Las aguas de Nimrim aparecen en
Isa_15:6. Seguramente es
wadl Nimrim, al norte de Moab. Cf.
Num_32:32-36;
Jos_13:29. 35 Cf.
Mat_9:23. 36 Cf.
Isa_15:2-3;
Jer_7:29;
Jer_16:6;
Jer_41:5; 47:5; 49,3- 37 Parte de los v.40-41 aparece en el oráculo contra Edom (49:22). Los v.43-44 están calcados en
Isa_24:17-18. 38 La figura del águila aplicada al invasor aparece en
Isa_46:11;
Eze_17:3; cf.
Deu_28:49. 39
Sijón, o Sehón, es sinónimo aquí de
Jesebón, ya que el rey Sehón había tomado esta ciudad. 40 Quizá la frase
coronilla y
sienes tenga el sentido de denominación étnica, aplicada a los árabes y beduinos. Cf. Herodoto, III 8, donde se dice que los árabes se cortaban los cabellos en forma circular. En Flavio Josefo se llama a los árabes los rasurados en círculo
(Contra Apión 22). 41 Cf.
2Re_24:2. 42 Jer 12:15-16.