Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
3. Retorno de Israel a Su Dios.
Reconciliación de Oseas con su mujer adúltera (1-5).
1 Díjome Yahvé: Ve otra vez y ama a una mujer amante de otro y adúltera; ámala como ama Yahvé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses y se deleitan con las tortas de pasas. 2 La compré por quince siclos de plata, un jómer de cebada y un letej de vino 2. 3 Díjele: Has de estarte reservada para mí mucho tiempo, no te prostituyas, no te entregues a hombre alguno; también yo me reservaré para ti, 4 porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey, sin jefe, sin sacrificio y sin cipos, y sin efod y sin terafim. 5 Luego volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé y a su bondad al fin de los días.
La vida del profeta Oseas debía ser un símbolo de las relaciones amorosas de Yahvé con Israel, su pueblo. Por orden divina, el profeta debe amar a
una mujer amante de otro (v.1). ¿Quién es esta mujer que después es calificada como
adúltera? ¿Es la misma Gomer, hija de Diblayim del c.17 Por el calificativo de
adúltera que se le da, nosotros creemos que es la misma que Oseas había tomado por esposa. A pesar de sus extravíos e infidelidades, Oseas debe reconciliarse con ella y amarla como
ama Yahvé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses. Todo aquí parece indicar que se trata de una alegoría sin realidad histórica. Los personajes son artificialmente escogidos para
significar ideas teológicas. En este caso, las infidelidades de la supuesta esposa adúltera de Oseas representan los coqueteos idolátricos de los hijos
de Israel, que se deleitan con las tortas de pasas; alusión a la costumbre de presentar tortas
de pasas en los altares de los ídolos cananeos.
Oseas debe comprarla en una suma de dinero equivalente, más o menos, a 30 siclos, que era el precio de un esclavo 3. Parece deducirse de esto que la mujer esposa de Oseas vivía con su amante en calidad de esclava concubina. La Ley prohibía al marido volver a casarse con su antigua esposa que había oficialmente sido
divorciada 4. No hay ninguna alusión en estos relatos al
divorcio de Oseas y de su esposa. Más bien parece inferirse que la esposa de Oseas, por su propia cuenta, se fue a vivir con otro amante, y que Oseas, viendo en sus tragedias familiares altos sentidos simbólicos por ordenación divina, no quiso divorciarse oficialmente de ella.
Para los que interpretan todos estos relatos en sentido
alegórico, sin base histórica, no hay dificultad en todas estas combinaciones artificiales, ya que Oseas, en su predicación, bien pudo crear una parábola en la que los detalles se ordenaban exclusivamente a reflejar un sentido simbólico conceptual.
El profeta debe simbolizar el amor de Yahvé por los hijos de Israel, que con sus cultos idolátricos cometen actos de adulterio espiritual. El profeta, para recalcar más su amor por la esposa infiel (símbolo del amor de Dios para con Israel), pone de relieve sus sacrificios por recuperar el amor de su esposa, y así, no sólo la admite a la reconciliación, sino que, en un gesto de desbordamiento amoroso, ofrece dinero para recuperarla. Este detalle se presta muy bien para encarecer el amor de Yahvé para con Israel, que le lleva a multiplicar sus solicitudes a través de la historia para atraerle al buen camino. Yahvé sólo exige a su pueblo, para la reconciliación, que se aparte de sus caminos perversos, que es justamente lo que exige Oseas a su esposa recuperada:
no te prostituyas. (v.3).
La supuesta mujer comprada por Oseas debe pasar una temporada de pruebas
reservada, para significar la situación de prueba en que se va a ver Israel:
porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey. (v.4); es la prueba del exilio, en que Israel desaparecerá como nación, siendo privada de su jefatura política y de su templo (
sin sacrificio.).
Los cipos son las
estelas o
masseba, piedras verticales erigidas con carácter sagrado junto a los altares en los cultos idolátricos cananeos 5 y fenicios. Los israelitas se habían aficionado a un culto sincretista, mezclando las prácticas mosaicas y la de los pueblos paganos.
El
efod debía de ser un objeto idolátrico empleado en la adivinación6, comparado por su riqueza de piedras preciosas al
efod o pectoral del sumo sacerdote. Los
terafim eran los dioses
penates, o ídolos familiares, utilizados también en la adivinación7. El profeta, pues, aquí anuncia que los israelitas se verán privados de las cosas más queridas, aludiendo, sin duda, a la prueba del exilio babilónico. De hecho, poco después de estas predicciones, empezó la deportación de los israelitas del reino del norte llevada a cabo por Teglatfalasar III, completada después por Sargón II, una vez conquistada Samaría por los asirios (721 a.C.).
Como siempre, después de anunciar el castigo, el profeta vaticina la rehabilitación de Israel como pueblo. En efecto, después de la cautividad, los hijos
de Israel buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey. (v.5). La mente del profeta se proyecta hacia el Rey futuro o Mesías, figurado en la persona histórica de
David, que en la tradición hebrea quedaba como el símbolo de la monarquía en su mayor esplendor 8. La expresión
al fin de los días está consagrada en la literatura profética para designar
los tiempos mesiánicos 9, que se caracterizarán por un sentido de entrega a Yahvé, de forma que los israelitas en esos días se
apresuraran a venir temerosos a Yahvé y a su bondad.
Realidad Histórica de los Relatos de Oseas.
Ante los extraños relatos que acabamos de estudiar, la pregunta primera que se presenta al lector es: estos relatos, ¿tienen un valor real histórico, o más bien son cuadros literarios puramente
alegóricos en función del simbolismo, tan claramente destacado, de los protagonistas de estas escenas de la vida familiar de Oseas?
Los intérpretes no han convenido en la solución, siendo legión los representantes de ambas hipótesis 10. San Jerónimo sostiene con vigor la tesis
alegorista, entre otras razones porque, para él, el hecho de que Oseas se hubiera casado con una mujer fornicaria es inmoral n. Este escrúpulo no es aceptado hoy día, pues no hay ninguna inmoralidad en que el profeta se casara por orden divina con una cortesana o una mujer que le fuera después infiel en el matrimonio. No se trataría, en este caso, de una unión carnal fornicaria, sino de una unión normal matrimonial, aunque la esposa de Oseas haya sido antes prostituta. El gran doctor escriturista reforzaba su tesis acudiendo a otros lugares bíblicos paralelos, como la acción de Jeremías escondiendo su cinturón en el Eufrates por orden divina 12 y la inmovilidad de Ezequiel durante trescientos noventa días 15.
Los partidarios del sentido histórico en los relatos de Oseas mantienen la historicidad de los hechos mencionados en Jeremías y Ezequiel, y para mantener su tesis hacen hincapié, sobre todo, en el nombre propio de la esposa de Oseas (Gomer, hija de Diblayim) y en los nombres simbólicos de sus hijos. Y refuerzan su opinión resaltando que entre la progenie de Oseas hay una hija y dos hijos. ¿Para qué esta distinción, si no hubiera sido esto conforme a la historia? Finalmente, creen que, para que la predicación del profeta tuviera más eficacia, era conveniente que no quedara la trama en pura parábola, sino que tuviera realización histórica 14.
Los
alegoristas salen al paso de estas objeciones diciendo que también en las
puras parábolas aparecen a veces nombres propios, como en la del rico epulón y Lázaro 15. Oseas bien pudo escoger un nombre para su supuesta mujer con el fin de concretar más la relación. Por otra parte, la mención de una hija es exigida por el nombre que había de llevar, que es femenino en hebreo (
Lo-Rujamá).
Desde el punto de vista de eficacia sobre los destinatarios a los que se dirigía la predicación de Oseas, no creemos que fuera favorecida por hechos puramente íntimos y familiares de éste. Más bien interesaría la parábola como tal por su simbolismo. Por nuestra parte, nos sentimos inclinados a la interpretación
alegorista. Todo en el relato nos parece artificial y convencional. Parece que nos hallamos ante una parábola en la que la mayor parte de los detalles tienen sentido alegórico simbólico. Este
simbolismo preconcebido hace crear imaginativamente los personajes apropiados que han de servir de protagonistas en la exposición
teológica, que es el nervio de las narraciones: Oseas ha querido así dramatizar las situaciones, concretándolas en supuestos hechos de su vida para impresionar más al auditorio, pero en el fondo todo parece
alegoría. 1 El TM vocaliza
amada del prójimo
(Rea'). Los LXX traducen amante del mal.
(Ra'J. La
Bible de Jérusalem: amada de su cónyuge. 2 Así según los LXX, pues el TM dice
cebada. Así la
Bible de Jérusalem. 3 El
jómer equivalía a unos 365 1. y el
letej era. la mitad de un jómer. Suponiendo, según
2Re_7:18, que el
seah (1/30 del
jómer) valiera medio siclo, tenemos que un
jómer y medio equivalía a unos 15 siclos, que, sumados a los otros 15 que nos da Oseas, totalizan 30 siclos, que era el precio de una esclava (
Exo_21:32). 4 Cf. Dt 24,is; Jer 1:1s. 5 Cf.
Exo_34:13;
Deu_16:21-22;
Miq_5:13; r Sam 15:12;
Isa_19:19. Sobre estas estelas o
belilos, véase M. J. lagrange,
études sur les religions sémitiques p.20435. 6 Cf.
Jue_17:5;
Jue_18:14.17.18;
1Sa_14:18. 7 Cf.
Eze_21:26;
Zac_10:2;
1Sa_15:23. 8 Cf.
Jer_30:9;
Eze_34:23; 37:24- 9 Cf.
Isa_2:2;
Jer_23:20;
Miq_4:1. 10
Alegoristas: San Jerónimo, Trochon, Crampón, Van Hoonacker, Desnoyers, Tobac, etc.
Historicistas: San Agustín, Tomás, Estío, A Lapide, Calmet, Vigouroux, Buzy, Cru-veilhier. 11 San Jerónimo llama a los historicistas contentiosus interpres, y cree que lo de Oseas debe haber sucedido in typo, quia si fíat, íurpissirnum est (PL 25:842). 12 Cf. Jer 13:1s. 13
Eze_3:25;
Eze_4:4-6. 14 Véase la argumentación detallada en D. Buzy,
Les symboles
de VAncienTestament p.36ss. 15 Lc 16.20SS.