Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 135 (Vg 134): Acción de Gracias.
E sta composición es esencialmente heterogénea, hecha a base de reminiscencias de otros pasajes bíblicos, tomados principalmente del Salterio 1. En el v.7 parece que se cita el texto de Jer 10:13. Desde el punto de vista literario, podemos considerar este salmo como un himno litúrgico
en el que se cantan las grandezas de Yahvé, manifestadas en la creación, en los fenómenos de la naturaleza y en los portentos obrados en favor de su pueblo: en Egipto, en las estepas del Sinaí y, finalmente, en la conquista de Canaán. La actividad protectora de Yahvé se contrapone a la inanidad de los ídolos de los otros pueblos, que ni siquiera tienen vida. A pesar de ser el salmo un mosaico de frases tomadas de diversos pasajes bíblicos, tiene vigor de expresión y aun de ritmo. Es como una explicitación de la invitación del salmo anterior
a alabar a Yahvé, enumerando sus beneficios en favor de su pueblo, y tiene alguna analogía con las bendiciones de los levitas de Neh 9:45.
La grandeza de Yahvé manifestada en la creación (1-7).
1
Aleluya! Alabad el nombre de Yahvé, alabadlo, siervos de Yahvé; 2
los que estáis en la casa de Yahvé, en los atrios de la casa de nuestro Dios. 3
Alabad a Yahvé, porque es bueno; cantad salmos a su nombre, porque es complaciente. 4
Porque eligió para sí Yahvé a Jacob, a Israel por posesión suya. 5 Ciertamente sé que Yahvé es grande, que nuestro Señor está por encima de todos los dioses. 6
Yahvé hace cuanto quiere en los cielos y en la tierra, en el mar y en todos los abismos. 7
Hace subir las nubes desde los confines de la tierra, hace los relámpagos para la lluvia, saca al viento de sus escondrijos. Como en el salmo anterior, se invita especialmente a los levitas y sacerdotes a celebrar el
nombre glorioso de Yahvé, porque se manifiesta
bueno y complaciente en sus obras 2, entre las cuales está la elección de Israel como heredad o posesión suya entre todas las naciones 3. Su grandeza sobrepasa a la de los supuestos dioses de otros pueblos, de los que dirá después que no tienen vida. En primer lugar, es el Hacedor de cielos y tierra, y su poder creador se extiende hasta los abismos misteriosos sobre los que flota la tierra, asentada en cuatro columnas4. También los fenómenos atmosféricos son promovidos por su mano todopoderosa: las nubes, los
relámpagos y el viento, al que se concibe encerrado en grandes depósitos o escondrijos, de los que le hace salir para enviar la tempestad huracanada5. Este v.7 está literalmente tomado de Jer 10:13 Y 51:16, donde se contrapone
el poder de Yahvé a la inanidad de los ídolos.
Los beneficios otorgados a Israel (8-14).
8
E hirió a los primogénitos de Egipto, lo mismo hombres que ganados. 9
Mandó portentos y señales en medio de ti, Egipto; sobre el faraón y todos sus subditos. 10
El hirió a numerosas gentes y mató a poderosos reyes. 11
á Seón, rey de los amorreos, y a Og, rey de Basan, y a todos los reyes de Canaán 6
; 12
y dio sus tierras en heredad, en heredad a Israel, su siervo. 13
¡Oh Yahvé! Tu nombre es eterno. Yahvé, tu recuerdo es de generación en generación. 14
Porque hace justicia Yahvé a su pueblo y se muestra propicio a sus siervos. El poder omnímodo de Yahvé se muestra no sólo en las manifestaciones grandiosas atmosféricas, sino en la historia de Israel, particularmente durante sus primeros años de vida nacional. Las plagas de Egipto particularmente la muerte de los primogénitos mostraban su protección al pueblo elegido 7. Y, al entrar en la tierra prometida, la mano poderosa de Yahvé se mostró en la victoria sobre los reyes de Transjordania y de Canaán 8. Sólo así los israelitas pudieron entrar en posesión de la tierra de Canaán, que les estaba destinada
como heredad en los planes divinos. Así se cumplían las antiguas promesas hechas a los patriarcas 9 y se iniciaba la historia de Israel con vida propia nacional.
El nombre de Yahvé queda, pues, indefectiblemente unido a la historia de su pueblo, al que protege en los momentos críticos de su existencia
como colectividad teocrática.
La inanidad de los ídolos (15-21).
15
Los simulacros de las gentes son oro y plata, obra de las manos de los hombres. l6
Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven. 17
Tienen orejas, y no oyen; no hay aliento en su boca. 18
Semejantes a ellos sean los que los hacen y cuantos en ellos confían. 19
Casa de Israel, bendecid a Yahvé; casa de Aarón, bendecid a Yahvé. 20
Casa de Levi, bendecid a Yahvé; los que teméis a Yahvé, bendecid a Yahvé. 21
Bendito sea Yahvé desde Sión, el que habita en Jerusalén. Aleluya! Los v.15-18 son idénticos a Sal 115:4-8. La inanidad de los ídolos contrasta con la omnipotencia divina antes proclamada.
El salmista termina invitando a todo Israel, particularmente a los pertenecientes a la clase sacerdotal y a la tribu de Leví, a reconocer y agradecer los beneficios de Yahvé con cantos de
alabanza en su santuario 10. En Sión tiene su morada, y desde allí envía bendiciones continuamente a su pueblo.
1Cf. v.1-2 y Sal 113:1-2; 134:1; v.3 y Sal 142:1; v.4 y Dt 7:6; Ex 19:5; v.6 y Sal 115:3; Ex 20:4; v.7 y Jer 10:13; 51:6; Sal 33:7; ¹ 38:22; v.8 y Sal 136:10; v.10-12 y Sal 136:17-22; Sal 105:44; 111.6; v.14 y Dt 32:36;
Sal_90:13; v.1s-18 y Sal 115:4-8; v.19-2o y Sal 115:9-13; 118:2-4. 2
cf. Sal 147:1. 3 Cf. Dt 7:6; Ex 19:5. 4 Cf. sal 24:1: 5 Cf. Sal 33:8; Job 38:22; 1 Re 18:44. 6 Lit. en el TM: reinos.
Reyes: exigido por paralelismo. 7 Cf. Ex 11:1s. 8 Cf. Núm 21:215.335; Dt 2:305; 31:1s; Am 2:0; Dt3:21; Jos 12:7-24. 9 Cf. Dt 4:38. 10 Cf. Sal 134.