II Reyes  21, 3-4

pues volvió a construir los lugares altos que su padre Ezequías había derribado, erigió un altar a Baal e hizo ídolos como había hecho Acab, rey de Israel, y se postró ante todas las huestes de los cielos y les rindió culto; también construyó un altar en el templo del cual Yahweh había dicho: “En Jerusalén pondré mi Nombre”;
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