Deuteronomio  26, 2-11

tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo que recojas de la tierra que Yahweh tu Dios te entrega en heredad, y las colocarás en un cesto. Luego te levantarás para ir al lugar que Yahweh tu Dios haya escogido para poner allí su Nombre. Entonces acudirás al sacerdote que esté en esos días, y le dirás: “Declaro hoy ante Yahweh tu Dios que he llegado a la tierra que Yahweh tu Dios juró a nuestros padres que nos entregaría”. Luego el sacerdote tomará el cesto de tu mano y lo presentará ante Yahweh tu Dios. Entonces tú responderás y dirás ante Yahweh tu Dios: “Mi padre fue llevado a Aram, descendió a Egipto y habitó allí por breve tiempo; y allí se convirtió en una nación grande y poderosa. “Los egipcios nos maltrataron, nos subyugaron y nos impusieron una dura labor. “Entonces clamamos a Yahweh, el Dios de nuestros padres, y Yahweh escuchó nuestra voz y vio nuestra aflicción, nuestra labor y nuestra opresión; y Yahweh nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo alzado, con gran manifestación, con señales y prodigios. “Y nos trajo a este lugar y Yahweh nos entregó esta tierra, una tierra de la cual fluye leche y miel. “Ahora, he aquí que he traído las primicias de los frutos de la tierra que Yahweh me ha dado”. Entonces las presentarás delante de Yahweh tu Dios, y adorarás allí ante Yahweh tu Dios. Entonces te regocijarás tú y tu casa, y el levita y el forastero que esté en medio de ti, por todo el bien que Yahweh tu Dios te haya dado.
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