Isaías 58, 5-14

¿Es éste el ayuno que yo escogí: que el hombre se aflija a sí mismo, que doble su cuello como gancho, y que se humille con cilicio y ceniza? ¿A esto llamarán ayuno y día agradable a Yahweh? Éste es el ayuno que yo escogí: que desates los lazos de iniquidad, que rompas las cargas del engaño, que liberes a los oprimidos y cortes toda atadura; que compartas tu pan con el hambriento, que permitas entrar a tu casa al peregrino; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no seas negligente con tu semejante. Entonces despuntará tu luz como la aurora, y tu justicia brotará con rapidez; delante de ti irá la justicia, y la gloria de Yahweh irá junto a ti. Entonces clamarás y Yahweh te responderá; suplicarás, y Él dirá: “Heme aquí”, si eliminas de en medio de ti el engaño, dejas en libertad a los oprimidos y dejas de hablar falsamente. Cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies al alma hambrienta, tu luz irradiará en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía. Yahweh te guiará continuamente, te saciará con manjares, fortalecerá tus huesos, serás como jardín regado y como manantial de aguas cuyas aguas nunca faltan; y los tuyos reconstruirán los antiguos lugares desolados y restaurarás los cimientos de todas las generaciones. Y serás llamado reparador de brechas, y restaurador de sendas para morar. Si a causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te place en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, consagrado a Yahweh, glorioso, y lo honras, no procediendo según tus caminos, ni haciendo en él lo que te complace, ni hablando por hablar, entonces pondrás tu confianza en Yahweh, y yo te haré cabalgar sobre la fortaleza de la tierra, y te daré a comer de la heredad de tu padre Jacob. Porque la boca de Yahweh ha hablado.br/
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