Levítico 17, 10-14

“Cualquier persona de los hijos de Israel, o de los prosélitos que habitan entre ustedes, que coma sangre, yo pondré mi ira contra la persona que coma sangre, y la excluiré de entre su pueblo. “Porque la vida de toda carne está en la sangre, y yo se las he dado sobre el altar para que hagan expiación por sus personas, porque es la sangre la que hace expiación por el alma”. Por eso dije a los hijos de Israel: “Ninguna persona de entre ustedes comerá sangre; tampoco comerán sangre los prosélitos que habiten entre ustedes”. Y cualquier hombre de los hijos de Israel o de los prosélitos que residen entre ustedes, que al andar cazando capture algún animal o ave que se pueda comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra; porque la vida de toda carne está en la sangre. Por tanto, yo dije a los hijos de Israel: “No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne está en la sangre, y cualquiera que la coma será excluido”.
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