Romanos  13, 1-4

Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las autoridades que hay son constituidas por Dios. Así que el que se oponga a la autoridad, a lo ordenado por Dios se opone, y los que se opongan recibirán juicio, porque los jueces no están para infundir temor por causa de las buenas acciones, sino por causa de las malas. Entonces, ¿quieres no tener temor a la autoridad? Haz lo bueno, y recibirás elogios de su parte, porque es un ministro de Dios, aunque para tu bien; pero si haces lo malo, teme, porque no en vano porta la espada, porque es un ministro de Dios y un vengador de ira contra los que hacen lo malo.
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