Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
16. Las Tres Fiestas Anuales.
E n
Exo_23:14-17 y 34:18; 22-24 se prescribe la celebración de tres fiestas al año: la de los ácimos, en el mes de Abib, durante siete días; la de las
Primicias, o de las
Semanas, cincuenta días más tarde, y la de los
Tabernáculos, o recolección de los frutos, al final del año agrícola. Tres veces al año se presentará ante Yahvé todo varón, sin prescribir ofrenda concreta alguna. Sólo se manda que nadie se presente con las manos vacías. Estas fiestas tenían un carácter eminentemente agrícola. El texto dice
que se han de presentar ante Yahvé. ¿En qué lugar? Sin duda que no en cualquier lugar,
sino en aquellos en que hubiera memoria del Señor, es decir, en los lugares en que de algún modo se había manifestado la presencia de Yahvé1. El deuteronomista alude también a estas tres fiestas anuales.
La Pascua (1-8).
1
Guarda el mes de Abib celebrando la Pascua de Yahvé, tu Dios, porque precisamente en el mes de Abib te sacó Yahvé, tu Dios, de Egipto, de noche. 2
Inmolarás la Pascua a Yahvé, tu Dios, de las crías de las ovejas y de las vacas en el lugar que Yahvé, tu Dios, haya elegido para poner en él su nombre; 3
no comerás pan ácimo, el pan de la aflicción, porque de prisa saliste de Egipto; para que así te acuerdes toda tu vida del día en que saliste de Egipto. 4
No se verá levadura esos siete días en toda la extensión de tu territorio y nada de la víctima que a la tarde inmolares quedará para la noche hasta la mañana siguiente. 5
No sacrificarás la Pascua en cualquiera de las ciudades que te dará Yahvé, tu Dios; 6
sólo en el lugar que Yahvé, tu Dios, elija para hacer habitar en él su nombre; sacrificarás la Pascua a la tarde, al ponerse el sol, al tiempo de tu salida de Egipto. 7
La cocerás y la comerás en el lugar que Yahvé, tu Dios, elija, y de allí te volverás a la mañana siguiente para irte a tus tiendas. 8
Durante seis días comerás pan ácimo, y el día séptimo será la solemnidad de Yahvé, tu Dios, y no harás en él trabajo alguno.
La primera fiesta de la
Pascua, o de los ácimos, debe celebrarse en el mes de
Abib (espiga, llamado también Nisán = marzo-abril). La Pascua consistía en un sacrificio, que se había de comer con panes sin levadura. La víctima podía ser del ganado mayor o menor, según las facultades del oferente. El banquete sacrificial había de prepararse cociendo la carne, y ha de tener lugar en el santuario de Yahvé,
en el lugar elegido por Dios para hacer habitar en él su nombre2
, es decir, para lugar de su
morada. La abstención de pan fermentado se continúa por seis días, y en el último se celebra fiesta solemne, en la que no es lícito trabajar. En los demás días se permiten los trabajos necesarios para preparar la comida. No se indica la fecha precisa de la Pascua, pero el nombre del mes (Abib = espiga) indica que era el mes en que empezaba a madurar la mies. Por eso en
Lev_23:10ss se prescribe la presentación de un haz de espigas ante el Señor. Con ello queda inaugurado el comienzo oficial de la siega. La ofrenda de esas primicias
consagraba la nueva cosecha. En el ritual levítico, el mes de Abíb es llamado el
primer mes, porque con él empezaba el año religioso (por influencias mesopotámicas, el nombre fue cambiado en
Nisán; en bab.
nisanu)
, y el año
civil comenzaba en otoño (septiembre-octubre:
Tisrí).
Al carácter
agrícola de la fiesta de Pascua (presentación de las
espigas)
se unió el recuerdo
histórico de la liberación de Egipto, que tuvo lugar en este mes de Abib-Nisán. Sin embargo, aquí no se determina el día del mes, que en los otros textos es el de la aparición de la nueva luna. Respecto de las víctimas, la legislación deuteronómica difiere de la del éxodo en que aquélla permite cualquier res de ganado mayor o menor, mientras que la última exige que sea un cordero o cabrito3. El legislador deuteronomista insiste, sobre todo, en el
lugar del sacrificio, que debe ser el
santuario de Yahvé, donde Yahvé
ha hecho habitar su nombre (v.2). Es la gran preocupación de la legislación deuteronómica:
centralizar los actos de culto en el único verdadero templo de Yahvé. La exigencia del
pan sin levadura responde también a costumbres ancestrales. El pan fermentado era considerado, en cierto modo, como en estado de descomposición, y por eso era impuro. A esta razón ambiental atávica se une la histórica de recordar a los israelitas la servidumbre de Egipto, por eso se llama
pan de la aflicción (v.3), y la salida precipitada de la tierra de los faraones. Los israelitas tuvieron que salir tan precipitadamente de Egipto, que no pudieron esperar a que el pan fermentase4. El pan ácimo se ofrece hoy día entre los beduinos al huésped que llega inesperadamente5. En realidad, la fiesta de la
Pascua y la de los ácimos son distintas, pues la primera consistía en la manducación del cordero pascual el día 14 de Nisán (Abib), mientras que la segunda empezaba al día siguiente y duraba siete días. Pero como se prohibía comer pan fermentado con el cordero pascual, de ahí que se confundieran ambas fiestas, y así aparece en la legislación mosaica6. El evangelista se hace eco de esta identificación: la fiesta de los ácimos,
que se llama la Pascua.7 Para que no hubiera ocasión de comer pan fermentado, éste debía desaparecer de todo
el territorio (v.4). Según
Exo_12:15;
Exo_12:19, quien comiera pan fermentado debía ser
arrancado de en medio de Israel. Otra exigencia importante es que no debía quedar nada de la víctima pascual para el día siguiente. Como había sido ofrecida en banquete sagrado a Yahvé, no debía profanarse en usos comunes. La víctima pascual debía ser consumida al atardecer, en la hora en que los israelitas salieron de Egipto (v.6). Según
Exo_12:9, la res sacrificada debía
asarse; aquí, en cambio, se habla de
cocerla. Quizá por el hecho de que en la legislación deuteronómica se permiten víctimas de ganado mayor se admite la
cocción. Vemos, pues, cómo la legislación primitiva se va adaptando y cambiando según las circunstancias.
Una vez ofrecida la víctima y celebrado el banquete pascual, el oferente podía volver á sus
tiendas. La expresión puede tomarse a la letra, de las tiendas en que acampaban durante los días de fiesta en Jerusalén, o puede ser un giro arcaico proveniente de la vida nomádica del desierto, y entonces la frase equivale a retornar a sus casas8. En el día séptimo debía haber
solemnidad o
asamblea de Yahvé (v.8). En
Lev_23:78 se prescribe también esta reunión solemne el primer día.
La Fiesta de Pentecostés (9-12).
9
Contarás siete semanas; desde el día en que comienza a meterse la hoz en el trigo comenzarás a contar las siete semanas; 10
y celebrarás la fiesta de las Semanas en honor de Yahvé, tu Dios, con ofrendas voluntarias, que harás conforme Yahvé, tu Dios, te haya bendecido, 11
Te regocijarás en la presencia de Yahvé, tu Dios, en el lugar que elija para hacer habitar en él su nombre, tú y tu hijo, tu siervo, tu sierva, el levita que mora en tus ciudades, así como el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en medio de ti. 12
Acuérdate de que siervo fuiste en Egipto y cuida de poner en obra estos mandamientos.
Esta solemnidad tenía lugar siete semanas después del sábado, que caía dentro de la fiesta de los ácimos9, aunque aquí la determinación es menos concreta, ya que el punto de cómputo es el principio de la recolección, cuando se metió
la hoz en el trigo por primera vez (v.9).
Por eso esta fiesta era llamada de la
cosecha o de las
primicias10. Era como la clausura de las fiestas de la cosecha11, y en tiempo del Nuevo Testamento es llamada
Pentecostés, porque tenía lugar
cincuenta días (siete semanas) después de la presentación de las espigas de cebada durante la semana de los ácimos.
Según el deuteronomista, los fieles debían hacer en la fiesta
ofrendas voluntarias, sin determinar su cantidad ni especie, pero exhortando a que sean conforme a las posibilidades de cada uno, según le
haya bendecido Yahvé en sus cosechas. Con ellas deben organizar banquetes sagrados, a los que deben ser invitados los familiares, y necesitados como el levita, el huérfano y la viuda (v.1:1). Esto es característico del Deuteronomio. Son banquetes de acción de gracias por la cosecha, por lo que la fiesta tiene un origen eminentemente
agrícola. Como siempre, se añade una razón
histórica: la liberación misericordiosa de la esclavitud egipcia. Los israelitas, al recordar las misericordias de Yahvé para con su pueblo, deben moverse también misericordiosamente hacia los necesitados.
Fiesta de los Tabernáculos (13-17).
13
Celebrarás la fiesta de los Tabernáculos durante siete días, una vez recogido el producto de tu era y de tu lagar; i4
te regocijarás en esta fiesta, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, así como el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tu ciudad. 15
Celebrarás la fiesta en honor de Yahvé, tu Dios, en el lugar que haya elegido, para que Yahvé, tu Dios, te bendiga en todas tus cosechas y en todo trabajo de tus manos, y te darás todo a la alegría.16
Tres veces al año, todo varón de entre vosotros se presentará delante de Yahvé, tu Dios, en el lugar que El haya elegido: en la festividad de los ácimos, en la de las Semanas y en la de los Tabernáculos; y no se presentará ante Yahvé con las manos vacías. 17
Cada cual hará sus ofrendas conforme a las bendiciones que Yahvé, tu Dios, te haya otorgado.
La tercera fiesta debía celebrarse al final del año agrícola, el 15 del mes séptimo (
Tisri),
una vez recogidos los últimos frutos de la era y del lagar. También con esta ocasión el israelita debía presentar ofrendas
voluntarias y celebrar un banquete sagrado, al que deben ser invitados los familiares (no se menciona la esposa), los esclavos y los necesitados, como el extranjero, el levita, el huérfano y la viuda. Debía mostrar así su gratitud a Yahvé siendo liberal con el prójimo. Como en las fiestas anteriores, las ofrendas y sacrificios debían tener lugar en el santuario elegido por Yahvé.
Esta fiesta de los Tabernáculos o
tiendas12 es llamada en
Exo_23:16 fiesta de la recolección. En el Antiguo Testamento se la llama
la fiesta por excelencia13, en razón de la alegría desbordada que en ella se exhibía. Era de origen agrícola, y tiene por finalidad dar gracias a Dios por los frutos, mostrando para ello la máxima alegría (
te regocijaras en esta fiesta).
Para recordar los tiempos de la estancia en el desierto, la gente vivía por familias en
tiendas o
chozas en la campiña, como aún se acostumbra entre los judíos, que ponen sobre las terrazas sus casetas de ramas y viven en ellas, culminando la alegría general en el día octavo, llamado de la
simjah ha-Torah (alegría de la Ley).
Los v.16-17 reproducen los de
Exo_23:17 y es como una conclusión de las ordenaciones anteriores. La peregrinación anual de estas tres fiestas era obligatoria para los
varones, aunque se permitía también a las mujeres, pues se mencionan las siervas como partícipes del banquete sagrado.
La Administración de la Justicia (18-20).
18
Te constituirás jueces y escribas en todas las ciudades que Yahvé, tu Dios, te dará según tribus, que juzguen al pueblo justamente. 19
No tuerzas el derecho, no hagas acepción de personas, no recibas regalos, porque los regalos ciegan los ojos de los sabios y corrompen las palabras de los justos. 20
Sigue estrictamente la justicia, para que vivas y poseas la tierra que te dará Yahvé, tu Dios.
En los tiempos primitivos, la administración de la justicia en Israel se fundaba en su misma organización política, que era patriarcal, como en la existente hoy día entre los nómadas. En
Exo_18:13s vemos a Moisés agobiado por el pesado trabajo de resolver los pleitos del pueblo, el cual, dejando sus tribunales ordinarios, los jefes de la familia o de la tribu, acuden al enviado de Dios, como persona más autorizada. Por consejo de su suegro Jetro, Moisés cambia de conducta, y se reserva la actuación sólo en las causas mayores. Este régimen no desapareció en Israel al instalarse en Canaán, sino paulatinamente. En tiempos de la monarquía se dice que los reyes tenían la autoridad judicial14. El rey Josafat nombró a los sacerdotes
jueces por las ciudades fuertes de Judá, diciéndoles: Mirad lo que hacéis, porque no juzgáis en lugar de hombres, sino en lugar de Yahvé, que está cerca de vosotros cuando sentenciáis.15 Los profetas hablan frecuentemente contra los abusos en la administración de la justicia, pues los encargados fácilmente se vendían y se dejaban sobornar16. El deuteronomista, pues, piensa en la organización burocrática de la judicatura al exhortar al sentido de equidad.
Reprobación De Actos Cultuales Idolátricos (21-22)
21
No plantarás árbol alguno a modo de asera junto al altar que elevares a Yahvé, tu Dios; 22
ni alzarás cipos, que eso lo detesta Yahvé, tu Dios.
El pueblo hebreo tenía inclinación a los cultos cananeos, y fácilmente asociaba al culto de Yahvé ritos de procedencia idolátrica. Aquí se prohíbe terminantemente plantar
aseras o troncos de árboles, a modo de bosque sagrado, símbolo de la fecundidad, y cipos o estelas (
masebot)
de piedra, que constituían los elementos esenciales de los santuarios cananeos17.
1 Cf.
Exo_20:24. 2 En hebreo
habitar se dice
saken, de donde surgió la palabra aramea
sekina, que en la literatura rabínica designa la
morada de Dios, cuya descripción algunas veces aparece caracteres de
hipóstasis divina o
personificación literaria de la presencia de Dios. 3
Exo_12:3-6. 4 Cf.
Exo_12:33-34- 5 Cf.
Gen_19:3;
1Sa_28:24. 6 Cf.
Exo_12:1-14;
Exo_12:21-27;
Exo_23:15;
Lev_23:5;
Num_9:11;
Num_28:16-17. 7
Luc_22:1. 8 Cf.
Jue_7:8;
Jue_19:9;
1Sa_13:2. 9 Cf.
Lev_23:11. 10 Cf.
Exo_23:16;
Num_28:26. 11 Por eso los judíos la llamaban
aseret (clausura o asamblea solemne). 12 Cf.
Jua_7:2 : óêçíóôôçãßá (fiesta de las Tiendas). 13 Cf.
1Re_8:2;
1Re_12:32;
Eze_45:25. 14 Cf.
2Sa_15:2s;
1Re_3:9;
1Re_3:16. 15
2Cr_19:4-7. 16 Cf.
Isa_1:23;
Miq_3:11;
Eze_20:12s;
Pro_17:23;
Sal_15:5. 17 Cf. comentario a
Deu_7:5 y 12:3.