Habacuc  3 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 19 versitos |
1
III. Llamada a la intervención de Yahvé
Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones.
2
Preludio. Súplica.
¡Yahvé, he oído tu fama,
he visto tu obra, Yahvé!
¡En medio de los años hazla revivir
en medio de los años dala a conocer,
aun en la ira acuérdate de la compasión!
3
Teofanía. La llegada de Yahvé.
Viene Dios de Temán,
el Santo, del monte Parán. Pausa .
Su majestad cubre los cielos,
de su gloria está llena la tierra.
4 Su fulgor es como la luz,
rayos tiene que saltan de su mano,
allí se oculta su poder.
5 Ante él marcha la Peste,
la Fiebre va tras sus pasos.
6 Se planta y tiembla la tierra,
mira y estremece a las naciones;
se desmoronan los montes eternos,
se hunden los collados antiguos,
¡sus senderos de siempre!
7
El combate de Yahvé.
En apuros veo las tiendas de Cusán,
tiemblan los pabellones de Madián.
8 ¿Arde tu cólera, Yahvé, contra los ríos,
contra el mar tu furor,
cuando montas tus caballos,
tus carros victoriosos?
9 Desnudas y aprestas tu arco,
llenas su cuerda de saetas. Pausa.
Hiendes con ríos la tierra;
10 te ven y se espantan los montes,
pasa un diluvio de agua,
el abismo alza su voz,
levanta en alto sus manos.
11 Sol y luna se paran donde están,
a la luz de tus raudas saetas,
al fulgor deslumbrante de tu lanza.
12 Con furia atraviesas la tierra,
con cólera aplastas naciones.
13 Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido.
Derrumbas la casa del impío,
desnudas sus cimientos hasta el fondo. Pausa.
14 Traspasas con tus dardos la cabeza de sus nobles
lanzados para dispersarnos con su estrépito,
cuando iban a devorar al pobre en su escondrijo.
15 Surcas el mar con tus caballos,
entre el estrépito de aguas caudalosas.
16
Conclusión: Temor humano y fe en Dios.
¡Lo he oído y se estremecen mis entrañas,
lo he escuchado y titubean mis labios,
un temblor penetra en mis huesos,
al andar tiemblan mis pasos!
Espero tranquilo el día de la angustia,
que caerá sobre el pueblo que nos asalta.
17 (Pues la higuera no retoñará,
ni habrá en las viñas recolección.
Fallará la cosecha del olivo,
los campos no darán sus frutos,
faltarán las ovejas en el aprisco,
no habrá ya vacas en los establos.)
18 ¡Pero yo me alegraré en Yahvé,
gozaré del Dios de mi salvación!
19 Yahvé mi señor es mi fuerza,
él me da pies como de cierva,
y me hace caminar por las alturas.
Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda.

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Introducción a Habacuc 

Habacuc.
El corto libro de Habacuc está compuesto con mucho cuidado. Se inicia con un diálogo entre el profeta y su Dios: a dos quejas del profeta responden dos oráculos divinos, 1:2-2:4. El segundo oráculo fulmina cinco imprecaciones contra el opresor inicuo, Hab_2:5-20 . Luego, el poeta canta en un salmo el triunfo final de Dios, 3. Se ha impugnado la autenticidad de este último capítulo, pero sin él la composición quedaría incompleta. Las indicaciones musicales que le enmarcan y puntúan quieren decir únicamente que el salmo sirvió para la liturgia. Es dudoso que haya de extenderse este uso cultual a todo el libro; su estilo se explica suficientemente como imitación de piezas litúrgicas. Lo que no basta para hacer de Habacuc un profeta cultual, un miembro del personal de Templo. El comentario de Habacuc que procede de Qumrán sólo se extiende al cap. 2, pero esto nada quiere decir contra la autenticidad del cap. 3.

Se discuten las circunstancias de la profecía y la identificación del opresor. Se ha pensado en los asirios o en los caldeos, y hasta en el rey de Judá, Joaquín. Esta última hipótesis no se puede sostener; las otras dos se apoyan en buenos argumentos. Si se acepta que los opresores representan a los asirios, contra ellos sin duda suscita Yahvé a los caldeos, Hab_1:5-11 , y la profecía se situaría antes de la caída de Nínive el 612. Se puede también admitir que los opresores son del principio al fin los caldeos, mencionados en Hab_1:6 . Ellos han sido los instrumentos de Dios para castigar a su pueblo, pero a su vez serán castigados por su inicua violencia, porque Yahvé ha salido a hacer la guerra para salvar a su pueblo, y el profeta espera esta intervención divina con una angustia que finalmente se trueca en alegría. Si esta interpretación es válida, habría que fechar el libro entre la batalla de Carquemis (605 a. C.), que dio a Nabucodonosor el Próximo Oriente, y el primer asedio de Jerusalén el 597. Así, Habacuc sería muy poco posterior a Nahúm y, como él, contemporáneo de Jeremías.

Dentro de la doctrina de los profetas, Habacuc aporta una nota nueva: se atreve a pedir a Dios cuenta de su gobierno del mundo. Ciertamente Judá ha pecado, pero ¿por qué Dios, que es santo, Hab_1:12 , que tiene ojos demasiado puros para ver el mal, Hab_1:13 , escoge a los caldeos bárbaros para ejercer su venganza?, ¿por qué ha de castigar al malvado otro peor que él?, ¿por qué parece que Dios ayuda al triunfo de la fuerza injusta? Es el problema del Mal, planteado en el plano de las naciones, y el escándalo de Habacuc es también el de muchas almas modernas. A él y a ellas se dirige la respuesta divina: por caminos paradójicos, el Dios omnipotente prepara la victoria final del derecho, y «el justo por su fidelidad vivirá», Hab_2:4 , perla de este librito que San Pablo engarzará en su doctrina de la fe, Rom_1:17 ; Gál_3:11 ; Heb_10:38 .

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Habacuc  3,1
NOTAS

3:1 (a) Esta oración, al igual que muchos salmos, une a la súplica un himno al poder divino. El título, la presencia de las «pausas» y la indicación de Hab_3:19 d indican una utilización litúrgica. -Todo este capítulo falta en el comentario a Habacuc encontrado en Qumrán, ver la Introducción a los Profetas.

3:1 (b) Esta mención puede indicar, como en los Salmos, no el origen literario, sino simplemente la pertenencia a una colección, aquí al libro de Habacuc.


Habacuc  3,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_2:25; Sal_8:2 [Sal_8:1]; Sal_8:10 [Sal_8:9]; Sal_76:2 [Sal_76:1]

[2] Isa_51:9

[3] Isa_54:8

NOTAS

3:2 (a) Lit. «lo que tú haces oír».

3:2 (b) El conjunto de intervenciones de Yahvé en favor de su pueblo en la época mosaica (ver Hab_1:12). Ver Sal_44:2-9 [Sal_44:1-8]; Sal_77:12-13 [Sal_77:11-12]; Sal_95:9; Jue_2:7; Deu_11:7.

3:2 (c) Es decir «en nuestro tiempo».

3:2 (d) El griego dice en el último dístico: «En medio de dos animales te manifestarás; cuando estén próximos los años serás conocido; cuando haya llegado el tiempo aparecerás», texto que, con Isa_1:3, es el origen de la tradición sobre los dos animales del pesebre de Belén.

Habacuc  3,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_33:2; Jue_5:4

[2] Núm_14:21+; Sal_72:19

NOTAS

3:3 Temán: distrito norte del país de Edom o Seír. Parán: monte que se ha de situar en Edom. -Aquí comienza la teofanía que comprende la llegada, Hab_3:3-7, y el combate, Hab_3:8-15 de Yahvé. Esta visión épica evoca en diversos rasgos la marcha triunfal de Yahvé al frente de su pueblo en el Éxodo, tipo, ver Isa_40:3+, de la liberación futura. Yahvé («el Santo», ver Deu_33:3; Isa_6:3+) se dirige desde el Sinaí, ver Éxo_24:9-11, hacia Canaán, ver Núm_20:14 s, por el sur-sudeste de Palestina, región de la que también vienen las tormentas. Su venida se describe, Hab_3:3 s, bajo el aspecto de una nube tormentosa, ver Sal_18:8 s [Sal_18:7]; 29. Las expresiones designan ora la nube, ora a Yahvé que en ella se manifiesta.

Habacuc  3,4
NOTAS

3:4 (a) «Su fulgor» versiones; «el fulgor» hebr.

3:4 (b) En sentido propio, «cuernos», pero ver Éxo_34:29-30, Éxo_34:35.

Habacuc  3,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_6:8

NOTAS

3:5 La misma palabra résef, derivada del nombre del dios fenicio del relámpago, designa el rayo, el granizo, la calamidad y, aquí (por paralelismo con la «peste» y ver Deu_32:24), la fiebre abrasadora..

Habacuc  3,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_104:32

[2] Éxo_15:14-16

NOTAS

3:6 Las expresiones «montes eternos», «collados antiguos» adquieren aquí un sentido cósmico, ver Sal_90:2; Pro_8:25; Job_15:7; designan los lugares de estancia de los Patriarcas en Gén_49:26; Deu_33:15.

Habacuc  3,7
NOTAS

3:7 Madián, ver Éxo_2:15+. Cusán es probablemente una designación arcaica de esta misma región.

Habacuc  3,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_33:26+

NOTAS

3:8 (a) El hebr. añade: «o contra los ríos».

3:8 (b) Como en Jue_5:4-5; Sal_77:17-20 [Sal_77:16-19]; Sal_114:3-7, a la intervención de Yahvé acompañan conmociones cósmicas, ver Amó_8:9+. Quizá se trate aquí de una utilización poética de antiguas tradiciones sobre la creación, concebida como una lucha de Dios contra los elementos rebelados (el Abismo, el Mar, el Río, etc), ver Job_7:12+. Aquí el combate termina con la derrota del «impío», es decir del caldeo, Hab_3:13-15.

Habacuc  3,9
NOTAS

3:9 (a) Texto corregido, según un ms griego; el hebr. es ininteligible (lit.: «los juramentos son las saetas de la palabra»). -Las saetas son los relámpagos, ver Hab_3:4 y Sal_29:7; Sal_77:18 [Sal_77:17]. Yahvé comparado al arquero: ver Deu_32:23; Eze_5:16, etc. El arco, símbolo de la fuerza: ver Gén_49:24; Job_29:20, etc.

3:9 (b) Lluvia diluvial de la tormenta, ver Sal_77:17-19 [Sal_77:16-18]; Jue_5:4.

Habacuc  3,10
NOTAS

3:10 El Abismo subterráneo, el Océano primordial que une sus aguas a la lluvia del cielo.

Habacuc  3,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hab_2:9-11

NOTAS

3:13 Aquí, el pueblo, ver Sal_28:8 (Éxo_19:6), más bien que el rey. -«a salvar...» griego; «el socorro, tu ungido» hebr. -La traducción del resto del v. es dudosa.

Habacuc  3,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_10:7-9; Sal_17:12

NOTAS

3:14 Texto muy dudoso; «tus dardos» conj., «sus dardos» hebr.; «sus nobles» griego, «sus guerreros» Vulg.; el hebr. trae una palabra desconocida. -«dispersarnos» conj.; «dispersarme» hebr.

Habacuc  3,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_77:20 [Sal_77:19]; Isa_43:16-17

Habacuc  3,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_4:19

NOTAS

3:16 (a) Ver Hab_3:2 e Isa_21:3-4 : Jer_23:9; Dan_8:18, Dan_8:27; Dan_10:8. El terror religioso y la angustia del profeta ante el combate de Yahvé y los males que le acompañan, Hab_3:16-17, dan paso a la alegría de la salvación y de la seguridad en Yahvé, Hab_3:18-19, ver 16e.

3:16 (b) «tiemblan mis pasos» yirgezû 'asurî conj. según griego; «tiemblo quien» 'ergaz 'aser hebr. -El final del v. es dudoso; otros traducen: «para subir contra un pueblo que le asalta» o «cuando se sube contra un pueblo para asaltarlo».

Habacuc  3,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_5:17; Ose_9:2

NOTAS

3:17 Este cuadro de miseria agrícola, en el contexto de un combate cósmico, puede ser una glosa (que refuerza la lección de esperanza en Yahvé), a no ser que trate de describir los daños causados en Judá por la guerra.

Habacuc  3,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Luc_1:47

Habacuc  3,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_18:34 [Sal_18:33]

[2] Deu_32:13; Isa_58:14

NOTAS

3:19 (a) «las alturas» griego; «mis alturas» hebr.

3:19 (b) «Para instrumentos» conj.; «Mis instrumentos» hebr. -Estas indicaciones figuran de ordinario al comienzo de los Salmos.