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Últimas adiciones.
¡Oh tú, reina de los jardines,
mis compañeros escuchan tu voz!:
¡deja que también la oiga yo!
(Cantares  8, 13) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

יֹּושֶׁ֣בֶת‎(יָשַׁב)

Hebrew|yyôšˈeveṯ|sit

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H3427] [j.ds.aa] [922]
[ישב] [GES3312] [BDB3698] [HAL3675]

בַּ‎(בְּ)

Hebrew|ba|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

‎(הַ)

Hebrew||the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

גַּנִּ֗ים‎(גַּן)

Hebrew|ggannˈîm|garden

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1588] [c.cp.ab] [367a]
[גן] [GES1488] [BDB1691] [HAL1709]

חֲבֵרִ֛ים‎(חָבֵר)

Hebrew|ḥᵃvērˈîm|companion

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2270] [h.ai.af] [598c]
[חבר] [GES2214] [BDB2466] [HAL2471]

מַקְשִׁיבִ֥ים‎(קָשַׁב)

Hebrew|maqšîvˌîm|give attention

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: hif‘il


[H7181] [s.dr.aa] [2084]
[קשב] [GES7142] [BDB7860] [HAL7783]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

קֹולֵ֖ךְ‎(קֹול)

Hebrew|qôlˌēḵ|sound

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6963] [s.au.ab] [1998a]
[קול] [GES6920] [BDB7616] [HAL7550]

הַשְׁמִיעִֽינִי‎(שָׁמַע)

Hebrew|hašmîʕˈînî|hear

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperative
Verbal stem: hif‘il


[H8085] [v.ed.aa] [2412]
[שמע] [GES8045] [BDB8850] [HAL8784]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Poema Séptimo (8:1-7).
D e nuevo empieza la formulación de los anhelos insatisfechos de la esposa por unirse a su esposo. Ya que no puede abrazarlo como esposo, al menos quisiera sentirlo a su lado como hermano. Después sigue la posesión amorosa mutua como en los poemas anteriores 1.

Anhelos de unión (8:1-2).
Esposa.
1 ¡Quién me diese que fueses hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre, para que al encontrarte en la calle pudiera besarte sin que me despreciaran. 2 Yo te llevaría y te introduciría en la casa de mi madre, (en la alcoba de la que) me engendró 2, y te daría a beber del vino adobado y del mosto de granados.

En las costumbres orientales no está permitido hacer manifestaciones públicas afectuosas entre los esposos; por eso, la esposa del Cantar desea que su amado fuera su hermano reconocido, para, sin temor a habladurías públicas, poder manifestar su amor aun en la calle. La esposa, pues, aun permaneciendo tal, desea también participar de los privilegios de la fraternidad para dar nuevas pruebas de amor a su esposo. Antes había sido calificada como esposa-hermana; ahora quiere que su amado sea esposo-hermano, es decir, que polarice todo su amor en sus manifestaciones más profundas y elevadas. Como en 4:4, ansia introducirlo en su casa materna para poseerlo plenamente. El vino adobado y el mosto de granados simbolizan la entrega del amor en su plena manifestación marital.

La mutua posesión (3-7).
Esposa. 3 Su izquierda descansa bajo mi cabeza
y su diestra me abraza.
Esposo. 4 Os conjuro, hijas de Jerusalén,
(por las gacelas y ciervas) 3,
que no despertéis ni inquietéis a mi amada
hasta que a ella le plazca.
Coro. 5 ¿Quién es esta que sube del desierto
apoyada sobre su amado?
Esposo. Yo te desperté debajo del manzano,
allí donde te concibió tu madre,
donde te concibió la que te engendró.
Esposa. 6 Ponme como un sello sobre tu corazón,
ponme en tu brazo como sello.
Que es fuerte el amor como la muerte
y son como el
seol duros los celos.
Son sus dardos saetas encendidas,
son llamas de Yahvé.
7 No pueden aguas copiosas extinguirlo
ni arrastrarlo los ríos.
Si uno diera por el amor toda la hacienda de su casa,
sería sobremanera despreciado
.

El esposo ha accedido a los anhelos de su amada, y ésta se siente feliz en sus brazos4. Aquél vuelve a pedir silencio a los circunstantes para que no interrumpan el éxtasis de amor de su esposa 5.
El cortejo nupcial interviene, evocando la llegada de los dos amantes del desierto, de la campiña, donde se han manifestado por primera vez sus amores 6. Ahora se han cumplido plenamente los festejos nupciales, y les toca desaparecer de la escena para dejar a los dos esposos en un diálogo amoroso que sella la mutua entrega de los corazones, para no volver a separarse. Sólo el esposo tiene derecho a despertarla del sueño amoroso. Es justamente lo que declara ahora a su amada: Te desperté debajo del manzano (v.5b). El esposo había sido comparado por la esposa a un manzano símbolo de los árboles frutales y beneficiosos en medio de los árboles silvestres7. Ella misma había declarado: a la sombra (del manzano) me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar. 8 Ahora justamente se halla a su sombra en sus manos , gustando de las delicias de su amor. Estar sentado a la sombra del manzano y descansar en los brazos del amado son dos metáforas que en el Cantar tienen la misma significación... El manzano no es otro que el esposo en persona. Guardián del sueño de la esposa, conjuraba a las hijas de Jerusalén para no despertarla hasta que ella quisiera. 9 Pero, si las amigas de la amada no tienen el derecho de despertarla, el esposo tiene este derecho y puede hacer uso de él. Lo hace aquí, sin duda, para que la esposa tome conciencia y goce de su dicha. El lo ha declarado sirviéndose de la propia figura que ella había imaginado: Bajo el manzano yo te desperté 10. Es justamente en la casa materna donde, según deseo expreso de la esposa, se cumple esta plena posesión del amado11: donde te concibió tu madre... Esta expresión es una de las que en el Cantar indica la dicha de la posesión mutua, como la sombra del manzano, la sala del festín, el jardín de las delicias. No es sorprendente, pues, que en este pasaje del poema, que describe la felicidad de los dos esposos, la sombra del manzano esté en paralelo con la casa de la esposa, pues las dos imágenes son sinónimas. El esposo quiere decir que es él mismo, y no otro, el que ha despertado a su amada, y que la ha despertado en la casa materna, donde ella se había dormido.12 No parece que haya más misterio en esta expresión, que a primera vista parece desconcertante.
La esposa responde a estas insinuaciones del amado afirmando su deseo de permanecer unido a él: ponme como un sello sobre tu corazón. Los antiguos llevaban su sello personal que autenticaba su personalidad jurídica sobre el pecho o el antebrazo, para guardarlo con más cuidado. Aún hoy día los árabes notables llevan solemnemente sobre su pecho el sello personal. A esta costumbre parece aludir la esposa cuando pide a su esposo que la lleve como un sello sobre su corazón o sobre su brazo. Es un modo de decir que la tenga presente en sus pensamientos y afectos más íntimos. La razón de su súplica está en el amor profundo, que es insaciable y exigente como las fauces del seol, la región subterránea de los muertos, que está siempre tragando hombres, sin satisfacer sus ansias de vidas humanas; es el poder insaciable de la muerte 13, que con el seol se muestran celosos de sus víctimas, que aprietan con sus garras. Con un segundo símil describe el efecto mortífero del amor: sus dardos encendidos queman y abrasan al que está enamorado, como los rayos llamas de Yühvc siembran la desolación y la ruina. Es inútil querer extinguir sus llamas devoradoras con las copiosas aguas del mar o de las inundaciones. Por otra parte, es de tal valor la llamarada de amor, que no tiene precio computable: es superior al precio de toda la hacienda familiar; por eso, si alguno intentara con todos sus bienes comprarlo, sería objeto de desprecio por parte de los circunstantes. Con estas palabras encomiásticas del amor puro se cierra el séptimo poema del Cantar y el tema del libro. La apoteosis final se cierra con la plácida posesión de los dos esposos.


Apéndices (8-14).
E stos versos tienen el aire de una adición redaccional, sin relación con el tema de los poemas anteriores. Incluso el vocabulario parece de otra pluma, y la métrica también es diferente. Por el contenido parece que se trata de enigmas o acertijos, recogidos por el compilador e incrustados en el libro del amor.

Primer enigma: la hermanita (8-10).
8 Nuestra hermana es pequeñita, no tiene pechos todavía.
¿Qué haremos a nuestra hermana cuando un día se trate de ella?
9 Si ella es un muro,
edificaremos sobre ella almenas de plata; si puerta, le haremos batientes de cedro.
10 Sí, muro soy, y torres son mis pechos. He venido a ser a sus ojos
como quien halla la paz
.

Los hermanos están preocupados con el porvenir social de su hermana menor, indefensa ante la vida. Quieren encontrar una solución en consonancia con sus habilidades: si es muro, rematarlo con almenas de plata; si puerta, poner batientes dignos, de cedro. En todo caso, quieren los hermanos que prospere en la vida social y que luzca sus galas de mujer. El dilema planteado por los hermanos es resuelto por la hermanita diciendo que es muro, y, siguiendo el símil, compara sus pechos a las torres. En todo caso, ella da por resuelto el problema de su porvenir, ya que ha encontrado la paz 14.

Segundo enigma: la viña de Salomón (11-12).
11 Una viña tenía Salomón en Baal-Hamón; la entregó a sus guardas,
que habían de traerle por su fruto mil siclos de plata.
12 Mi viña la tengo ante mis ojos. Para ti, Salomón, los mil (siclos), y doscientos para los que guardan su fruto.

Este segundo epigrama resulta también misterioso. Tiene el aire de una parábola en la que se alaba la honestidad profesional de un buen administrador de una viña que se le ha confiado. Esta es localizada en Baal-Hamón y se considera como propiedad del opulento Salomón de los mejores tiempos de Israel. La localidad nos es desconocida, pero se la ha relacionado con Baal-Hasor, donde se reunían los hijos de David 15. La posesión era de excepcional valor, porque el importe del arriendo llegaba a mil siclos de plata 16. El intendente la ha cuidado la tengo ante mis ojos , pero no ha conseguido sacar mucha utilidad sobre el precio del arriendo. Con todo, ha pagado escrupulosamente lo estipulado al rey, y aun ha pagado doscientos siclos a los obreros encargados de guardarla y cultivarla. Su honradez profesional ha quedado a salvo.

La despedida de los esposos (13-14).
13 ¡Oh tú, que habitas en jardines, los compañeros atienden a tu voz: hazme oírla!
14 Huye, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo por los montes de las balsameras.

Este fragmento está dentro de la línea general del Cantar y resulta desplazado. El esposo supone que su amada mora en los jardines, símbolo de los amores conyugales, y se presenta con su cortejo de fieles amigos para reunirse con ella y oír su voz. La reacción de la esposa supone un cambio de escena, conforme a las veleidades del amor, y así invita a su esposo a emprender la huida, triscando por los montes perfumados de las balsameras, que simbolizan también las fiestas nupciales 17. Los poemas del Cantar de los Cantares son un jugar al escondite entre dos enamorados que se buscan, se encuentran y se ausentan, para con la ausencia excitar más el mutuo amor. Estos versos están dentro de esta línea, y bien pueden estar desplazados al final por razones que a nosotros se nos escapan.

1 Cf. Can_2:4; Can_3:4; Can_4:16; Can_5:1. 2 Así según los LXX. El TM: en la casa de mi madre tú me enseñarás. 3 Falta en el TM, pero está en los LXX, y es exigido por el paralelismo con el estribillo ya tantas veces recitado. 4 Cf. Can_2:6; Can_3:4 5 Cf. Can_2:7; Can_3:5 6 Los alegoristas ven en esta evocación del desierto la repatriación de los exilados de Babilonia a través de la estepa. 7 Cf. Can_2:3a. 8 Cant 2,sb. 9 Cf. Can_2:7; 3:4- 10 No hay ninguna alusión al pecado de Eva tomando del árbol prohibido, como gratuitamente han supuesto no pocos comentaristas. Esto está fuera de contexto. 11 Cf. Can_3:4; Can_8:2. 12 D. Buzy, o.c., 357. 13 Cf. Pro_30:15-16; Eco_24:29. 14 Los alegoristas suponen que habla la ciudad de Jerusalén, reconstruida después del exilio. 15 Cf. 2Sa_13:23. 16 El siclo equivalía a 13 gr., más o menos. El valor de mil siclos equivaldría al de mi dólares aproximadamente. 17 Cf. Can_4:6.


La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

XX. La mujer herida por el Amor ha soñado hasta la pesadilla. Una y otra vez ha repetido el deseo de que sus compañeras no sufran la misma herida intolerable que ella lleva consigo desde que fuera herida. Ya que este pastor es tan inaccesible, ya que no se deja encontrar, que permitan a la mujer herida al menos suspirar. Si su amado fuera su hermano, amamantado por la misma madre, al menos podría besarlo en público. Y nadie le diría nada. Ya en la intimidad de la alcoba materna, le daría a beber el vino de los granados, y ella experimentaría la ternura del abrazo amoroso. Pero éstos son suspiros, tan sólo suspiros, que no curan la herida, aunque sirvan de desahogo. El estribillo deja la herida al descubierto. ¿Cuándo conocerá sosiego el dolor de amor? Esta canción queda abierta a la siguiente.

XXI. Estamos en la escena cumbre. A lo largo del libro ha venido sonando esta pregunta implícita: ¿A quién se manifestará el Amor? El rey y la reina han vislumbrado su presencia en el baldaquín de Salomón y en el encuentro amoroso. Los muchachos aún no han llegado a la meta de su itinerario. La mujer herida por el Amor lo ha buscado hasta la pesadilla y ha suspirado por él. Ahora se presenta la divinidad «el Amor» («Ésta» en la traducción), viniendo del Líbano tal vez, si atendemos cierta tradición textual. Se presenta en el origen de la vida: allí donde nuestra madre nos concibió para la muerte (cf. Gén_3:16a.19). En contra de Pro_8:22-31, el Amor, no la Sabiduría, está presente y actuante desde el primer instante de la creación. El Amor ocupa el lugar del «Shemá» (Deu_11:8), cuyas palabras han de grabarse en el corazón y ser atadas a la mano (Deu_6:5.8). El Amor, como la nueva alianza, ha de estar inscrita en el corazón, según Jr 31.33 (cf. Hbr 10,16). Esta grabación es un memorial perenne. Si la mujer mira sus brazos, verá el tatuaje del Amor. La Amada y el Amor se fusionan en un abrazo íntimo y total. El Amor trae consigo la vida y la inmortalidad: vence a la muerte, en contra de lo que piensa Ecl_9:6.10. Ahora sabemos que el Amor recurrió a sus flechas para herir a la mujer: son dardos divinos, llamaradas divinas. Ni las aguas profundas de la muerte podrán apagar las llamas del amor (cf. Isa_42:3). El Amor, finalmente, ni se compra ni se vende. Es pura gratuidad.

XXII. La hermanita pequeñita es protegida por sus hermanos. Quieren que llegue a la edad núbil en las mejores condiciones. Las almenas refuerzan la defensa de los torreones. Las puertas bien cerradas y trancadas impiden la entrada en la ciudad. Esta canción bien puede referirse a Jerusalén, ciudad amurallada y con las puertas cerradas.

XXIII. El tema de la viña, con su doble acepción, relaciona este epigrama con el segundo del Cantar (Isa_1:5-6). Existe una viña, que es el pueblo de Dios, que ha sido arrendada a los guardias. Sabemos quiénes son los guardias: los sacerdotes del templo como se aprecia aún en el Nuevo Testamento (cf. Mat_21:45; Mar_12:12; Luc_10:19). Al frente de ellos está Salomón (el sumo sacerdote). La casa de Dios (el templo) ha degenerado y se ha convertido en la «Casa de Amón» (Betleamon, si me atengo a algunos manuscritos y traducciones antiguas). Es un nombre escandaloso. No menos escandaloso resulta que en el interior del templo se encuentre una viña, con la acepción eufemística que tiene. ¿Es una denuncia de la prostitución sagrada? La cuantiosa suma exigida a los arrendatarios es un tercer escándalo. Frente a este cúmulo de escándalos se eleva desafiante la voz de quien proclama: «Mi propia viña es para mí...». Es la misma designación de la viña que leíamos en 1,6, la que no supo guardar la muchacha. La posesión de esta viña no tiene precio. Si Salomón exige mil monedas por el arrendamiento de la viña, mil sean para él, y que añada otras doscientas para los guardas. Acaso esta acerba crítica del sacerdocio jerosolimitano fue una de las razones que obligaron a «interpretar» el Cantar antes de ser un libro bíblico.

XXIV. El Cantar se abría con un abrazo y se cierra con otro, una vez más en el exterior (en el jardín). La joven hizo una promesa en 7,14. Es el momento de cumplirla. El joven, por su parte, anhelaba escuchar la voz de la muchacha ya desde el primer idilio (2,8-17). En esta última canción del Cantar insiste en su deseo: «permíteme escuchar tu voz». Antes advierte a la mujer yaciente cómo «los compañeros están al acecho». Así son los custodios de Israel, como los viejos cuya conducta denuncia Dan_13:57 : lascivos además de venales. La joven toma la palabra e invita al joven no a que huya, sino a que «pase»: que sea como un gamo o como un cervatillo sobre las colinas de balsameras (cf. 1,17). Se consuma la unión y Amor no ha aparecido a lo largo del itinerario de la joven amante. La presencia de los jóvenes, sin embargo, ha sido el marco para criticar enérgicamente a la clase dirigente el país.

El Cantar -más allá del erotismo, que lo tiene- es una celebración del amor concreto y encarnado entre un hombre y una mujer. En el fondo, sin embargo, responde a una pregunta: ¿Dónde está el Amor? ¿Cómo llegar al Amor? No por el camino de la Sabiduría (como proclaman Prov, Ecl y Eclo), sino por las sendas del amor. No puede ser de otro modo, si Dios es Amor. Quien ama, ése ha visto a Dios.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La naturaleza del amor verdadero

La introducción a esta descripción del verdadero amor está en forma de pregunta. La pareja es presentada disfrutando de un delicioso paseo en la campiña, a la que ambos pertenecen, y se ve a la Sulamita apoyándose al caminar sobre el fuerte cuerpo de su marido. ¿Quiénes son este hombre y esta mujer? pregunta el escritor. Se deja a la es posa contestar la pregunta. Ella nos lleva de regreso, primeramente, al tiempo cuando se hicieron el amor en el lugar mismo donde él nació. Como hubo aquel primer nacimiento, fruto del amor de sus padres, hay ahora un se gundo nacimiento del amor verdadedro de él por la Sulamita. La palabra desperté debe ligarse con despertaréis en el v. 4. Ella proporciona el despertar genuino. El momento y las circunstancias son justamente apropiados; no hay transgresión sexual aquí. Tales principios deben todavía guiar toda unión sexual.

6, 7 El verdadero amor es ahora más definido, y hay varias lecciones importantes. Sello es una señal de pertenencia que cualquiera puede ver. Ella quie re que sea obvio para todos que ella pertenece totalmente a él, y de ninguna manera a ningún otro (comp. 2 Tim. 2:19). El sello debía estar en dos lugares: sobre el corazón de él (asiento de sus afectos), y sobre su brazo (símbolo de su fuerza física). El sería dueño total de ella, la amaría y protegería. Además, el amor verdadero es fuerte como la muerte en que ambos son irresistibles. Así también el amor de Cristo es totalmente conquistador. Pablo halló que el amor de Cristo le impulsaba irresis tiblemente (2 Cor. 5:14). El amor verdadero tiene unos celos que son un reflejo del celo de Dios (ver Exo. 20:5; 2 Cor. 11:2). Una esposa tiene todo derecho de estar celosa si su marido comienza a enre darse con otra mujer. Los celos hieren, y hieren mucho, y esa es la razón por la que pueden ser tan inconmovibles como el Seol. Además, el amor verdadero es tan inapagable como una llama de fuego (comp. con Exo. 3:2). Como poderosa llama puede leerse como la llama misma del Señor. El amor verdadero tiene su origen en Dios, porque Dios es amor. Tanto amor tiene un poder sobrenatural que ningún esfuerzo humano puede extinguir. La humanidad trató de apagar tal amor en el Calvario, pero sus esfuerzos fueron fútiles. Las aguas del pecado, la muerte, el Seol, Satanás y toda la rebeldía de la hu manidad no pueden apagar el amor de Cristo para el mundo. Finalmente, el amor verdadero no puede ser comprado. Aunque el precio ofrecido sea extremadamente elevado, el amor desprecia la compra. La invitación del evangelio es venir y comprar sin dinero (Isa. 55:1).

8-10 Este es un párrafo muy significativo sobre el tema de guardar para el tiempo correcto la expresión del amor físico. No es un tema nuevo en el li bro, pero aparece ahora de una manera distinta. Habla de una familia leal, considerada, que protege a su hermana menor del mal uso del sexo. Desde sus años tempranos, antes que se desarrollara físicamente (todavía no tiene pechos), sus hermanos mayores, en particular, le enseñaron y animaron a conservar su cuerpo sólo para aquel con quien se casaría. Cuando de ella se empiece a hablar es el tiempo de su edad casadera. Hasta ese momento tiene dos opciones: ser ya sea una muralla, resistiendo a todos los intentos de un amor falso, o una puerta permitiendo a cualquier hombre atravesar sus defensas y perder así su virginidad antes del tiempo de Dios. Todo esto se relaciona con el estribillo no despiertes ... el amor hasta que así lo desee. Si se disciplina a sí misma, sus hermanos la premiarán con adornos. Si se defrauda a sí misma y a su familia, ellos serán aun más fuertes en su protección, y la recubrirán con paneles de cedro. El v. 10 indica cuán positivamente ha respondido a las enseñanzas. Ha alcanzado ahora madurez física y mental (mis pechos son torreones) y ha permanecido como una muralla. Como quien encuentra paz significa que ella ha encontrado verdadera integridad en la relación exclusiva con su marido. Dios sabe que sólo cuando obedecemos sus leyes en esto y en todas las áreas hallamos nuestra salud verdadera.

11, 12 El escritor continúa la línea de pensamiento: el amor no puede ser comprado. Estos versículos son una clase de parábola. Salomón había tenido una viña en Baal-hamón que había entregado a cuidadores por mil piezas de plata cada uno, y ellos a su vez tuvieron una ganancia de doscientas. En contraste, la viña de la vida y el carácter de la Sulamita no están en el mercado. Nadie invadirá su propiedad, no por precio alguno: mi viña está delante de mí.

13, 14 El singular cántico termina con una nota hermosa. En primer lugar hay un pedido del amante de escuchar la voz de su amada. Tal vez ella está conversando con sus amigos y hay un mur mullo general. El rey quiere que la voz de ella se distinga de todo el resto (comp. 2:14). Podemos compararlo con la voz del Padre entre el murmullo de este mundo: Este es mi hijo amado; a él oíd (Mar. 9:7). En segundo lugar tenemos aquí un pedido de la Sulamita a su amado para que le haga el amor una vez más (comp. con 2:17). En tal pedido escuchamos el deseo de Cristo, el esposo celestial, de oír las oraciones de su esposa; y el deseo de la iglesia de mantener una comunión cerrada e íntima con su Señor: ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! (Apoc. 22:20).

John A. Balchin

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VIII.

1 The loue of the Church to Christ. 6 The vehemencie of loue. 8 The calling of the Gentiles. 14 The Church prayeth for Christes comming.
1 O that thou wert as my brother that sucked the brests of my mother, when I should find thee without, I would kisse thee, yet [ Hebrew: they should not despise me.] I should not be despised.

[Spirituall loue.]

2 I would leade thee, and bring thee into my mothers house, who would instruct me: I would cause thee to drinke of [ Pro_9:2 .] spiced wine, of the iuice of my pomegranate.
3 [ Son_2:6 .] His left hand should be vnder my head, and his right hand should embrace me.
4 [ Son_3:5 ; Son_2:7 .] I charge you, O daughters of Ierusalem, [ Hebrew: why should yee stirre vp, or why, etc?] that ye stirre not vp, nor awake my loue vntill he please.
5 ( [ Son_3:6 .] Who is this that commeth vp from the wildernesse, leaning vpon her beloued?) I raised thee vp vnder the apple tree: there thy mother brought thee forth, there she brought thee forth, that bare thee.
6 Set mee as a seale vpon thine heart, as a seale vpon thine arme: for loue is strong as death, iealousie is [ Hebrew: hard.] cruel as the graue: the coales thereof are coales of fire, which hath a most vehement flame.
7 Many waters cannot quench loue, neither can the floods drowne it: if a man would giue all the substance of his house for loue, it would vtterly be contemned.
8 We haue a litle sister, and shee hath no breasts: what shall we doe for our sister, in the day when she shall bee spoken for?
9 If she be a wall, we will build vpon her a palace of siluer: and if she bee a dore, we will inclose her with boards of Cedar.
10 I am a wall, and my breasts like towers: then was I in his eyes as one that found [ Hebrew: peace.] fauour.
11 Solomon had a vineyard at Baalhamon, hee let out the vineyard vnto keepers: euery one for the fruit thereof was to bring a thousand pieces of siluer.
12 My vineyard which is mine, is before me: thou (O Solomon) must haue a thousand, and those that keepe the fruit thereof, two hundred.
13 Thou that dwellest in the gardens, the companions hearken to thy voice: cause me to heare it.
14 [ Hebrew: flee away.] Make haste, my beloued, and be thou like to a Roe, or to a yong Hart vpon the mountaines of spices.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



2. "Tú me enseñarías", es decir, me iniciarías en los secretos del amor.

5. Los dos fragmentos que componen este versículo, no tienen ninguna conexión aparente con el contexto. Probablemente, se trata del comienzo de dos poemas que no han sido transcritos integramente.

6. El "sello", que era un sustituto de la persona y signo de su autoridad, se llevaba suspendido al cuello o ajustado al dedo con un anillo.

"Llamas del Señor": este es el único pasaje del Cantar donde se menciona el nombre del Dios de Israel.

8-10. Este texto, bastante enigmático, parece sugerir la preocupación de los hermanos por su "hermana pequeña", hasta que llegue el momento de casarla. Ella les responde que ya no es tan niña como creen y que el amor le ha hecho encontrar la felicidad.

13. "Mis compañeros prestan oido a tu voz": con estas palabras, el Amado pone en guardia a su Amada para que se cuide de lo que va a decir.



Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 8.1 ¡Ojalá fueras tú un hermano mío...!: La joven desearía abrazar a su amado públicamente, pero las severas costumbres de la época solo permitían dar esas pruebas de afecto a un pariente cercano.

[2] 8.6 Grabada: lit. como un sello. Los sellos se hacían de metal o de piedra y servían para certificar la autenticidad de un documento escrito. El propietario llevaba su sello como anillo (Jer 22.24) o atado al cuello (Gn 38.18), y no se separaba de él por ningún motivo (cf. Hag 2.23).

[3] 8.7 El agua de todos los mares: alusión a las aguas del océano primordial, que en algunos textos del AT aparecen asociadas a la muerte (cf. 2 S 22.5-6,17; Sal 18.4-5,16; Jon 2.2-3). De ahí la conexión de esta frase con las del v. anterior.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

8:13 (a) Cnt_8:11 es probablemente el comienzo de un poema no conservado, al que se ha añadido un versículo inspirado en Cnt_2:17.

8:13 (b) «mis compañeros» conj.; «los compañeros» hebr.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

8:13 (a) Cnt_8:11 es probablemente el comienzo de un poema no conservado, al que se ha añadido un versículo inspirado en Cnt_2:17.

8:13 (b) «mis compañeros» conj.; «los compañeros» hebr.

Torres Amat (1825)



[3] En términos figurados y poéticos se alude a las prácticas y usos de las bodas. Gen 24, 67.

[4] Finaliza el festejo de las bodas.

[7] Todo esto en un sentido espiritual se aplica al amor perfecto de Dios en las almas.

[8] Los versos del 8 al 14 han sido unidos al Cantar porque alude a las bodas y parecen ser fragmentos de un poema perdido.

[11] Cerca a Jerusalén.

Jünemann (1992)


13 r. Amas la tranquilidad.
s. Están.
t. La mía es ésta.