Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
20. Abraham en la Corte del Rey de Guerar.
E l incidente narrado es similar al que hemos visto en 12:10-20 relativo al secuestro de Sara por el faraón, y también paralelo al que se narra en el c.26 a propósito de Isaac y Rebeca. Muchos críticos suponen que es el mismo hecho, que ha sido desplazado geográficamente según el plan de cada fuente original
. Otros, en cambio, sostienen que son casos diferentes, y su parecido es casual. Teniendo en cuenta que los reyezuelos orientales tenían sus harenes y solían secuestrar a las mujeres que les gustaban, bien pudieron hacerlo diversos reyes con Sara en diferentes ocasiones. El autor sagrado, en estos relatos, quiere destacar la belleza de Sara, gracias a una especial providencia divina, que la preserva lozana y atrayente a pesar de los años.
1Partióse de allí Abraham para la tierra del Negueb, y habitó entre Cades y Sur, y moró en Guerar. 2Abraham decía de Sara, su mujer: Es mi hermana. Abimelec, rey de Guerar, mandó tomar a Sara; 3pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche, y le dijo: Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido. 4Abimelec, que no se había acercado a ella, respondió: Señor, ¿matarías así al inocente? 5¿No me ha dicho él: Es mi hermana?; y ¿no me ha dicho ella: Es mi hermano? Con pureza de corazón y con manos inocentes hice yo esto. 6Y le dijo Dios en el sueño: Bien sé yo que lo has hecho con pureza de corazón; por eso te he impedido que pecaras contra mí, y no he consentido que la tocaras. 7Ahora, pues, devuelve la mujer al marido, pues él, que es profeta, rogará por ti y vivirás; pero, si no se la devuelves, sabe que ciertamente morirás tú con todos los tuyos. 8Por la mañana llamó Abimelec a sus servidores y les contó todo esto, y fueron presa de gran terror. 9Llamó después a Abraham y le dijo: ¿Qué es lo que nos has hecho? ¿En qué te he faltado yo para que trajeras sobre mí y sobre mi reino tan grave pecado? Lo que has hecho con nosotros no debe hacerse. 10Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué es lo que has visto para que eso hicieras? 11Y le respondió Abraham: Es que me dije: De seguro que no hay temor de Dios en este lugar, y van a matarme por causa de mi mujer. 12Aunque es también en verdad mi hermana, hija de mi padre, pero no de madre, y la tomé por mujer; 13y desde que me hizo Dios errar fuera de la casa de mi padre, le dije: Has de hacerme la merced de decir en todos los lugares adonde lleguemos que eres mi hermana. 14Tomó, pues, Abimelec ovejas y bueyes, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara, su mujer, 15y le dijo: Tienes la tierra a tu disposición; mora donde bien te parezca. 16Y Sara le dijo: Mira, a tu hermano le he dado mil monedas de plata; sírvante de velo para los ojos y a cuantos contigo están, y todo así estará arreglado. 17Rogó Abraham por Abimelec, y curó Dios a Abimelec, a su mujer y a sus siervos, y engendraron, 18pues había Yahvé cerrado enteramente todo útero en la casa de Abimelec por lo de Sara, la mujer de Abraham.
En este nuevo episodio
brilla la protección de Dios sobre el patriarca, al que por primera vez se le llama
profeta (v.7). Para un reyezuelo como Abimelec, la amistad de un jeque poderoso como Abraham no era cosa despreciable, y para fortalecer esta amistad podía bien servir el matrimonio con su hermana. Y si esta mujer era hermosa, tanto mejor. Ya hemos dicho atrás que la historia de los patriarcas está formada por episodios y que su ordenación cronológica es artificial; por donde no hemos de prestar atención a la edad que Sara tendría según los relatos precedentes. La ciudad de Guerar suele situarse a unos 10 kilómetros al sudoeste de Gaza, bastante lejos de la residencia habitual de Abraham en la zona de Bersabé. Pero él se movía dentro de un término amplio en su vida nómada, según las conveniencias del pastoreo, y tal vez los habitantes de Guerar y su rey no habían renunciado totalmente al nomadismo1.
Por toda esta región había estado ya Abraham de paso hacia Egipto2. Era una región más fértil que la zona de Bersabé, y el patriarca, quizá ante una persistente sequía, se vio obligado a acercarse a la ciudad, como lo hará Isaac en una situación parecida3. Abimelec, rey de Guerar, tomó a Sara para su harén, pues Abraham la presentaba como
hermana (v.2). El nombre de
Abimelec es cananeo, y significa mi padre es rey o el dios Milk es mi padre. En las cartas de Tell Amarna aparece un
Abi-milki, gobernador de Tiro (s.XV a.C.). En sueños es advertido por Dios de que no debe tomar a Sara, que ya tiene marido. La comunicación de Dios en sueños es característica del documento bíblico. En la comunicación divina se supone que el rey Abimelec considera el adulterio como pecaminoso. En el
Código de Hammurabi debían morir ambos cómplices4. Aquí también se amenaza con la muerte. El adulterio era considerado como una violación del derecho de propiedad5. El rey, en este caso, dice que ha obrado sin mala intención, y, por tanto, que es inocente, y no está en los designios divinos hacer perecer a los
inocentes (v.4). Aquí habla la razón natural, que tiene un alto concepto de la divinidad, y así, Abimelec considera indigno de Dios hacer morir a los inocentes. Es el modo de argumentar de Abraham en el coloquio sobre el castigo de Sodoma6. Dios contesta que, por haber obrado sin malicia, le perdonaba; pero debía tener en cuenta que Abraham era un profeta
nabí,
y, por tanto, amigo de Dios, y, en consecuencia, sus derechos eran más sagrados7, aunque también por ese mismo título tiene un poder intercesor ante Dios para que le perdone su posible falta (v.4). Al día siguiente, Abimelec le interpela crudamente por su sinuosa conducta, poniéndole en peligro con toda su familia. Abraham responde como en el caso del faraón8. Teme que las gentes del país, que no tienen temor de Dios, le maten (v.11). Por otra parte, es su hermana de padre (v.12). Es la primera vez que se nos comunica esto. Estas uniones son consideradas como ilícitas por la Ley mosaica 9, aunque a veces no se cumplían. Y parece que en las costumbres anteriores estaban permitidas. Los faraones se casaban con sus hermanas preferentemente10, y en el
Código de Hammurabi no se prohíben. Como una nueva razón de su conducta, alega que Dios le ha ordenado andar errante por tierras extrañas, siempre en peligro de ser atacado, y por eso ha decidido presentarse como hermano de Sara (v.13). Abimelec, que no había dado nada como
mohâr, o dote, a Abraham por su supuesta hermana raptada, ahora ofrece muchos presentes al patriarca para borrar su falta involuntaria (v.14). Se trata de reparar el honor del esposo ofendido, o, según la expresión árabe, lavarle el rostro. Y lejos de expulsarle del país, como hizo el faraón, le permitió quedar en sus dominios, quizá interesado por su condición de
profeta, cuya intercesión ante Dios podía serle muy útil. Después ofrece mil piezas de plata a Sara (seguramente mil siclos). Según la costumbre, para reparar la ofensa de una mujer soltera se le entregaba a ella unos regalos; si estaba casada, a su marido. Abimelec la trata como soltera, pues como tal la había recibido. Estas monedas deben ser una compensación para ella ante los ojos de todos:
Sírvante de velo para los ojos a ti y a cuantos contigo están... (v.16). La frase es diversamente traducida y resulta enigmática11. En
Gen_32:21, Jacob quiere cubrir la faz de su hermano Esaú por presentes, es decir, darle regalos para que olvide todas sus diferencias pasadas. El donativo de Abimelec, pues, tiene la finalidad de compensar a Sara por la falta cometida, como si fuera un
velo sobre sus ojos para que lo olvide todo y no considere más la ofensa12. Algunos autores creen que se alude al velo que deben llevar las mujeres orientales para no excitar la voluptuosidad de los hombres con su belleza. Así,
todo será arreglado13. Por su parte, Abraham intercede por la familia de Abimelec, que había sido castigada con la esterilidad por su falta, si bien fue librado el rey de la muerte por haberlo hecho sin malicia. El v.17 es considerado como glosa, pues inesperadamente aparece el nombre de
Yahvé, cuando en todo el capítulo se nombra siempre a Dios
Elohim. 1 Cf. Abel,
Géog. II 330-331. 2
Gen_12:9;
Gen_13:1. 3
Gen_26:12-24. 4 Art.129. 5 Cf.
Exo_21:22;
Deu_22:22. 6
Gen_18:23;
Gen_18:25. 7 Cf.
Amo_3:7. 8 Gén 12. 9 Cf.
Lev_18:9;
Lev_18:11;
Deu_27:22;
Eze_22:11. 10 Cf. Drioton et Vandier,
L'Egypte (1938) 90-91. 11 Lit. un velo de los ojos de los que están contigo. Así la
Bibl de Jér, Cantera: sírvante de obsequio expiatorio respecto a cuantos están contigo. 12 Así A. Clamer, o.c., 303. 13 Frase oscura en el original. Clamer: ante todos estás justificada.
Bibl. De Jér.: de todo esto serás justificada. Cantera: y ante todos queda así justificada.