Ver contexto
Por su parte, el rey Tolomeo se hizo dueño de las ciudades de la costa hasta Seleucia Marítima y meditaba planes malvados contra Alejandro. (I Macabeos 11, 8) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;

Tolomeo, dueño de la costa (11:1-8).
1 El rey de Egipto juntó grandes fuerzas, como las arenas del mar, y muchas naves, con el intento de apoderarse por engaño del reino de Alejandro y agregarlo a su propio reino. 2 Con pretextos de paz se encaminó a Siria, abriéndosele las puertas de las ciudades y saliendo todos a recibirle, pues era orden del rey Alejandro que le saliesen al encuentro, como a suegro suyo. 3 Así que Tolomeo entraba en las ciudades, ponía en ella guarniciones. 4 Al entrar en Azoto le enseñaron el templo de Dagón incendiado, la ciudad y sus cercanías destruidas, arrojados en el campo los cadáveres y al borde de los caminos los montones de los que habían caído en la batalla. 5 Contáronle lo que había hecho Jonatán, con el fin de hacérsele odioso, pero el rey callaba. 6 Vino Jonatán al encuentro del rey en Jope con gran aparato, se saludaron y durmieron allí. 7 Jonatán le acompañó luego hasta el río llamado Eleutero, y luego se volvió a Jerusalén. 8 El rey Tolomeo se adueñó de todas las ciudades de la costa hasta Seleucia del mar, meditando perversos planes contra Alejandro.

Tolomeo había protegido a Alejandro Bala en su logrado intento de ocupar el trono de Siria. A él entregó su hija Cleopatra, estableciéndose entre ambos monarcas una corriente de simpatía y amistad. En esta coyuntura en que Alejandro veía amenazado su trono por el norte y sur, se alegra de que su padre político se dirija a Antioquía, por contribuir esta visita a elevar su prestigio ante los pueblos vecinos. No sospechaba Alejandro que su suegro abrigara turbios designios; por lo mismo, dio orden de que le salieran al encuentro y le recibieran con gran boato. El taimado Tolomeo aprovechó las facilidades que le daba su yerno para minar su poder y apoderarse de su reino. En cada ciudad que visitaba dejaba una guarnición. En Azoto escuchó sin pestañear el relato de los destrozos causados a la ciudad por Jonatán, sin pronunciarse en pro o en contra. En secreto concebía Tolomeo el proyecto de tener en Jonatán a un vasallo incondicional. Obedeciendo acaso a órdenes de Alejandro, y para granjearse la confianza de Tolomeo, Jonatán acompañó al rey egipcio hasta el río Eleutero, al norte de Trípolis y a trescientos kilómetros de Jope. El astuto Jonatán pudo conjeturar que no todo era oro de ley en el proceder de Tolomeo, por lo que se despidió de él en la frontera de Siria superior y regresó a Jerusalén. Aires de tempestad se cernían sobre el trono de Alejandro y no quiso Jonatán inmiscuirse en cuestiones de familia.

Tolomeo se declara (11:9-13).
9 Envió embajadores a Demetrio, diciéndole: Ven, hagamos alianza, y te daré mi hija, la que tiene Alejandro, y reinarás sobre el reino de tus padres. 10 Me pesa haberle dado mi hija, pues ha buscado asesinarme. 11 Õ con calumnias procuraba hacerle odioso, por codicia de su reino. 12 Al fin le quitó la hija y se la dio a Demetrio, rompiendo con Alejandro y haciendo manifiestas sus enemistades. 13 Entró Tolomeo en Antioquía y se ciñó a su cabeza dos coronas: la de Asia y la de Egipto.

Al llegar a Seleucia, puerto de Antioquía, quitóse Tolomeo el antifaz. Desde allí púsose en comunicación con Demetrio II (10:67), que todavía no había llegado a Antioquía, ofreciéndole como esposa su hija Cleopatra Tea. Esta, que hasta entonces fue mujer de Alejandro Bala, habíase fugado de Antioquía para salir al encuentro de su padre en Seleucia. Gomo pretexto para retirar su confianza a Alejandro alega Tolomeo el designio de éste de asesinarle. Cuenta Flavio Josefo que, durante su marcha triunfal por las ciudades de la costa, al llegar a Tolemaida fue objeto de un atentado por parte de Ammonio, favorito de Alejandro. Al negarse éste a entregar al culpable, se encendió la ira de su suegro Tolomeo.
Mientras Tolomeo se apoderaba de Antioquía y pactaba con Demetrio II, Alejandro encontrábase en los montes de Cilicia ocupado en sofocar un levantamiento. Los dos ministros suyos, Hiera-ce y Diodato, no pudiendo hacer frente al ejército de Tolomeo, le abrieron las puertas de la ciudad y le franquearon el trono de Siria. Gustoso hubiera Tolomeo ceñido la corona de Siria; pero, ante el temor de Roma, contentóse con anexionar a Egipto, Celesiria y Fenicia, entregando a Demetrio los otros territorios del imperio sirio.

Muerte de Alejandro (11:14-19).
14 Hallábase por aquellos días el rey Alejandro en Cilicia, por haberse rebelado los de aquellos lugares, 15 cuando oyó que su suegro venía contra él en son de guerra. Tolomeo sacó su ejército y le fue al encuentro con poderosas fuerzas y le puso en huida. 16 Huyó Alejandro a la Arabia en busca de refugio, mientras que el rey Tolomeo quedó triunfante. 17 El árabe Zabdiel cortó la cabeza a Alejandro y se la envió a Tolomeo. 18 Tres días más tarde moría el rey Tolomeo, y los suyos, que estaban en las fortalezas, perecían a mano de los moradores de las mismas. 19 Y así reinó Demetrio el año ciento sesenta y siete.

Nuestro autor no disimula las simpatías que siente por Alejandro, por el hecho de haber nombrado a Jonatán sumo sacerdote. Por lo mismo, calla el hecho de que Alejandro tuvo que abandonar Antioquía precipitadamente, perseguido por las tropas de su suegro, buscando refugio en Arabia, en una de las regiones colindantes con el desierto, en las cercanías de Alepo, la Beqa o Palmira, donde fue asesinado por Zabdiel. Pero Tolomeo debía seguirle en el camino hacia la sepultura; a consecuencia de una herida recibida en la batalla del río Onoporos, al tercer día de haber llegado la cabeza de Alejandro a Antioquía, dejaba de existir. Demetrio II tomó el sobrenombre de Nicanor por haber ganado la batalla de Onoporos.

Entrevista de Demetrio y Jonatán (11:20-28).
20 Por aquellos días reunió Jonatán a los hombres de Judea, para tomar la ciudadela de Jerusalén, contra la cual construyó muchas máquinas de guerra. 21 Pero algunos de los impíos, enemigos de su propia nación, se fueron al rey y le informaron de cómo Jonatán tenía asediada la fortaleza. 22 Oído lo cual, se irritó, y, viniendo a Tolemaida, escribió a Jonatán que levantase el cerco de la ciudadela y viniera a su encuentro a toda prisa, para conferir con él en Tolemaida. 23 Recibido el mensaje, Jonatán ordenó continuar el asedio, y se rodeó de algunos ancianos de Israel y sacerdotes, y resolvió aventurarse al peligro. 24 Tomando consigo plata, oro, un vestido y otros muchos presentes, fue a ver al rey a Tolemaida, hallando en él buena acogida, 25 no obstante que algunos impíos de su nación le acusaban. 26 Hizo el rey según lo que habían hecho sus antecesores, honrándole en presencia de todos sus enemigos. 27 Le confirmó en el sacerdocio y en cuantos honores tenía de antes, y le hizo inscribir en el número de sus primeros amigos. 28 Jonatán solicitó del rey que hiciese libres de tributos la Judea y las tres toparquías de Samaría, prometiéndole, en cambio, trescientos talentos.

Jonatán estaba al margen de las luchas por el trono de Siria. Amparándose en las promesas que le hizo Demetrio I (10:32), Jonatán cercó la ciudadela de Jerusalén con ánimo de acabar con ella. Durante el asedio llegaron noticias de la muerte de su aliado Alejandro y de la subida al trono de Demetrio II. Los judíos apóstatas quisieron sacar provecho de la situación acusando a Jonatán. Demetrio, alarmado, desplazóse a Tolemaida y llamó a cuentas al jefe judío, ordenándole, entre tanto, levantara el cerco de la ciudadela. Jonatán, rodeado de un grupo de ancianos y sacerdotes, marchó a Tolemaida. Su nobleza y los presentes que hizo al rey en señal de vasallaje cambiaron el corazón del monarca. A ambos sería más provechosa una política de acercamiento que el fragor de las guerras.

Carta de Demetrio (11:29-37).
29 Asintió el rey, y de todas estas cosas escribió a Jonatán una carta del tenor siguiente: 30 El rey Demetrio a Jonatán, su hermano, y a la nación de los judíos, salud. 31 Os enviamos, para que de ello os informéis, copia de la carta que hemos escrito a Lástenes, nuestro pariente, acerca de vosotros: 32 El rey Demetrio a Lástenes, su padre, salud. 33 Hemos resuelto favorecer a la nación de los judíos, nuestros amigos, que nos han sido fieles. 34 Les confirmamos, pues, la posesión de los territorios de la Judea y de los tres distritos de Aferema, Lida y Ramata, que fueron desprendidos de Samaría e incorporados a Judea. Todos los sacrificadores de Jerusalén quedan exentos del tributo que el rey recibía antes de ellos cada año, de los frutos del campo y de los árboles. 35 Igualmente los restantes tributos que nos pagaban, de los diezmos, de las salinas y de las coronas, que nos pertenecen, desde ahora 36 se los condonamos todos, y serán anulados desde ahora para siempre. 37 Así, pues, haced una copia de este decreto y entregádsela a Jonatán para que se deposite en el monte santo y en lugar visible.

Para dar curso oficial a los tratados de paz concertados entre Demetrio y Jonatán escribió aquél una carta a Lástenes, el general de Creta que le había ayudado en la conquista de Siria, y que gozaba ahora de su máxima confianza l. Es posible que la carta fuera entregada a Jonatán durante su permanencia en Tolemaida y que la llevara consigo a Jerusalén para darla a conocer al pueblo. Demetrio se muestra generoso con los judíos. Pero, comparando esta carta con el decreto de Demetrio (10:28-45), se observa la omisión del calificativo de ciudad sagrada que se otorgaba a Jerusalén y la de otros privilegios. Hay necesariamente una gran diferencia entre las concesiones arrancadas en circunstancias críticas y las que se otorgan por un rey que domina la situación y que regula sus liberalidades conforme a la medida de su política.

Maniobras de Tritón (11:38-40).
38 Viendo el rey Demetrio que había llegado a dominar el reino y nadie se le oponía, disolvió su ejército, enviándolo a sus casas, excepto las fuerzas extranjeras que había reclutado en las islas de las gentes. Esto le atrajo la enemiga de cuantos habían pertenecido al ejército de sus padres. 39 Trifón, que había sido antes de los parciales de Alejandro, cuando vio que las tropas murmuraban contra Demetrio, se dirigió al árabe Emalcue, que criaba a Antíoco, hijo de Alejandro, niño todavía, 40 apremiándole para que se lo entregase, a fin de sentarlo en el trono de su padre. Le comunicó cuanto había hecho Demetrio, y el descontento de su ejército contra él, y permaneció allí bastantes días.

El erario real estaba en crisis. Para remediar la situación económica disolvió Demetrio su ejército, exceptuando las fuerzas provenientes de las islas de las gentes (Gen_10:5-32; Sof_2:11). Esta medida le indispuso con los soldados que le habían apoyado con tanto entusiasmo 2. A ello se juntó la conducta de Lástenes, hombre sin religión y sin conciencia, que obligó a su señor a realizar los actos más indignos 3. Trifón, nacido en Casiana, distrito de Apamea, general que fue de Alejandro, al darse cuenta del descontento que cundía entre los soldados que habían sido licenciados, fue a entrevistarse con el árabe Emalcue, apremiándole para que le entregara a Antíoco, el hijo de Alejandro (Sof_11:54). De la situación tambaleante de Siria dióse perfecta cuenta Jonatán, quien trató de sacar el mejor partido de ella.

Soldados judíos en Antioquía (Sof_11:41-51).
41 Entre tanto, envió Jonatán al rey una súplica para que retirase la guarnición de la ciudadela de Jerusalén y de las otras fortalezas, porque hostigaban a Israel. 42 Respondió Demetrio a Jonatán, diciéndole: No sólo esto te haré a ti y a tu pueblo, sino que os colmaré de honores cuando llegue la ocasión propicia. 43 Por el momento me harías un gran favor enviándome algunas tropas auxiliares, porque mi ejército está disuelto. 44 Accedió Jonatán, mandándole a Antioquía tres mil hombres escogidos, de cuya llegada se alegró mucho el rey. 45 Amotináronse contra él los de la ciudad, en número de ciento veinte mil, pretendiendo matarle. 46 Se recluyó él en su palacio, mientras los ciudadanos ocupaban las calles de la ciudad y comenzaban el asalto. 47 Llamó el rey en su auxilio a los judíos, que acudieron luego, se distribuyeron por la ciudad, 48 mataron aquel día hasta cien mil hombres, incendiaron la ciudad y la saquearon. Así libraron al rey. 49 Cuando vieron los de la ciudad que los judíos eran dueños de ella a su arbitrio, perdieron el ánimo, y, suplicantes, clamaron al rey, diciendo. 50 Perdónanos y haz que cesen ya los judíos de combatir contra nosotros y contra la ciudad. 51 Y depusieron las armas e hicieron la paz. Los judíos adquirieron grande gloria ante el rey y ante todo su reino y volvieron a Jerusalén cargados de botín.

La ciudadela de Jerusalén era una espina clavada en el corazón del judaísmo. Jonatán, especulando sobre el estado de descomposición del ejército sirio, pide a Demetrio que retire la guarnición del Acra y de todas las fortalezas de la línea Báquides (Sof_9:50-51). Tres mil soldados judíos de exportación llegaron a Antioquía en un momento crucial. La suerte, en un principio, fue adversa a los judíos, que combatían en calidad de tropas extranjeras4 al lado de las fuerzas adictas al monarca. Soldados indígenas y extranjeros lograron romper el cinturón de la masa que se atrepellaba para asaltar el palacio real. Los soldados pasaron a la ofensiva, matando hasta cien mil hombres, cifra que acaso el mismo autor conceptuaba como aproximada o como medio hiperbólico para expresar la idea de que hubo una carnicería espantosa. Los soldados judíos regresaron victoriosos a Jerusalén, cargados de botín y aureolados con la fama de haber conseguido una relevante victoria.

Un hombre informal (Sof_11:52-53).
52 Sentóse Demetrio en su trono, y la tierra calló ante él. 53 No cumplió el rey lo que había prometido, y se enajenó a Jonatán, porque, además de no corresponder a los beneficios que le había hecho, le molestaba mucho.

El valor y arrojo de los soldados judíos salvaron a Demetrio. La matanza de Antioquía causó sensación universal. Por un tiempo la tierra calló ante él. Pero la victoria no había henchido sus arcas exhaustas, lo que le movió a exigir de los judíos el pago de todos los tributos y diezmos como hasta ahora. Para obligar a Jonatán mandó algunos generales al frente de numeroso ejército (Sof_11:63-74).

Trifon, a la carga (Sof_11:54-56).
54 Después de estos sucesos volvió Trifón con el niño Antíoco, a quien proclamó rey, ciñéndole la corona. 55 Luego se juntaron a él todas las tropas que Demetrio había licenciado e hicieron a éste la guerra, obligándole a huir derrotado. 56 Trifón se apoderó de los elefantes y ocupó Antioquía.

No se había granjeado Demetrio la simpatía del pueblo. Trifón lo sabía, y por ello insistió y obtuvo del árabe Emalcue (Sof_11:40) la custodia del pequeño Antíoco VI Dionisios, a quien proclamó rey, ciñéndole la corona. Los que habían sido licenciados del ejército de Demetrio apoyaron a Trifón. Creyó Demetrio que se trataba de un vulgar bandolero y salió a su encuentro con pocas fuerzas. Al primer ataque, el rey tuvo que huir precipitadamente, refugiándose en Seleucia, mientras Trifón entronizaba al joven monarca de seis años en el palacio real de Antioquía.

Antíoco VI Dionisios y Jonatán (Sof_11:57-59).
57 Antíoco el joven escribió a Jonatán, diciéndole: Yo te confirmo en el sumo sacerdocio y te constituyo sobre las cuatro ciudades, y serás de los amigos del rey. 58 Y le envió vajilla de oro, dándole el derecho de beber en vaso de oro, de vestir púrpura y llevar la fíbula de oro. 59 A Simón, su hermano, le instituyó general, desde la Escalera de Tiro hasta los confines de Egipto.

El joven rey escribe lacónicamente a Jonatán, diciéndole que le confirmaba en el cargo de sumo sacerdote y le constituía sobre las cuatro ciudades y le aseguraba la amistad real. Llama la atención el número cuatro, cuando anteriormente se ha hablado de tres, que pasaron al dominio de Jonatán (Sof_10:30-38; Sof_11:28). Probablemente la cuarta ciudad era Acarón (Sof_10:89). No se olvidó de honrar a Simón, nombrándole general de la región comprendida entre el actual Kas en-Naqura, al norte, hasta el llamado torrente de Egipto, o wadi el-Aris, en el sur.

Jonatán recluta nuevas tropas (Sof_11:60-62).
60 Partió Jonatán y recorrió las ciudades del lado de acá del río, y se le incorporaron todas las tropas auxiliares de Siria. Vino a Ascalón y le hicieron los de la ciudad un recibimiento muy honroso. 61 De allí pasó a Gaza, que le cerró sus puertas, pero él la asedió e incendió los arrabales, saqueándolos. 62 Entonces los de Gaza le pidieron la paz, que les fue otorgada, dándole en rehenes los hijos de sus jefes, que envió a Jerusaíén, y atravesó la tierra hasta llegar a Damasco.

Jonatán abraza la causa del joven monarca y se desplaza por toda la provincia de Abarnahara (Sof_7:8) en busca de soldados mercenarios, preferentemente aquellos que habían pertenecido al ejército de Demetrio.

En guerra contra Demetrio (Sof_11:63-74).
63 En esto tuvo noticias Jonatán de que algunos generales de Demetrio habían llegado a Cades de Galilea con grandes fuerzas, con el propósito de apartarle de toda intervención en el gobierno. 64 Dejando a su hermano Simón en Judá, les salió al paso. 65 Simón fue contra Betsur, la combatió muchos días, teniéndola cercada, 66 hasta que pidieron la paz, que les otorgó. Los arrojó de allí, apoderándose de la ciudad y poniendo guarnición en ella. 67 Entre tanto, acampó Jonatán con su ejército junto a las aguas de Genesaret, y muy de madrugada se puso en marcha hacia la llanura de Asor, 68 donde encontró al ejército extranjero, que había puesto una emboscada en los montes. Se trabó la batalla, 69 y los emboscados salieron de la celada, 70 y los de Jonatán huyeron, no quedando a su lado sino Matatías, hijo de Absalón, y Judas, hijo de Calfi, capitanes del ejército. 71 Jonatán entonces rasgó sus vestiduras, se echó tierra sobre la cabeza y oró. 72 Volvió luego a la lucha contra los enemigos, los derrotó y puso en fuga. 73 Viendo esto los que de los suyos huían, se volvieron de nuevo a él, y todos a una los persiguieron hasta Cades, hasta su campo, donde hizo alto. 74 Cayeron de los extranjeros aquel día unos tres mil hombres. Jonatán se volvió a Jerusaíén.

En tierras de Damasco se enteró Jonatán de la infiltración de generales de Demetrio en Cades de Neftalí (Jos_19:37; Jos_20:7), en la Alta Galilea. Acaso Demetrio envió por mar su tropa escogida de legionarios cretenses. Posiblemente, la presencia de estas tropas tenía la misión de advertir a Jonatán cuan peligroso era su papel de propagandista del joven monarca Antíoco VI. Jonatán no se arredró por este desplegamiento de fuerzas y marchó contra el enemigo. Entre tanto, el autor sagrado señala una acción esporádica de Simón contra la fortaleza de Betsur, que cayó en su poder.
Jonatán cayó en la trampa que le había tendido el enemigo al ocultar parte de su ejército en uno de los valles que descienden de la montaña. Jonatán no contaba con ellos; de ahí que el primer choque fuéle adverso. Confortado con la oración, vuelve a presentar batalla, que gana.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XI.

12 Ptolomeus taketh away his daughter from Alexander, and entreth vpon his kingdome. 17 Alexander is slaine, and Ptolemeus dieth within three dayes. 20 Ionathan besiegeth the towre at Ierusalem. 26 The Iewes and he are much honoured by Demetrius, 48 Who is rescued by the Iewes from his owne subiects in Antioch. 57 Antiochus the yonger honoureth Ionathan. 61 His exploits in diuers places
1 And the king of Egypt gathered together a great host like the sand that lieth vpon the Sea shore, and many ships, and went about through deceit to get Alexanders kingdome, and ioyne it to his owne.
2 Whereupon he tooke his iourney into Syria in peaceable maner, so as they of the cities opened vnto him, and met him: for king Alexander had commanded them so to doe, because he was his father in law.
3 Now as Ptolomee entred into the cities, he set in euery one of them a garison of souldiers to kepe it.
4 And when he came neere to Azotus, they shewed him the temple of Dagon that was burnt, and Azotus, and the suburbs thereof that were destroyed, and the bodies that were cast abroad, and them that he had burnt in the battell, for they had made heapes of them by the way where he should passe.
5 Also they told the king whatsoeuer Ionathan had done, to the intent he might blame him: but the king helde his peace.
6 Then Ionathan met the king with great pompe at Ioppa, where they saluted one another, and [ Greek: slept.] lodged.
7 Afterward Ionathan when he had gone with the king to the riuer called Eleutherus, returned againe to Ierusalem.
8 King Ptolomee therefore hauing gotten the dominion of the cities by the sea, vnto Seleucia vpon the sea coast, imagined wicked counsels against Alexander.
9 Whereupon he sent embassadours vnto king Demetrius, saying, Come, let vs make a league betwixt vs, and I will giue thee my daughter whome Alexander hath, and thou shalt reigne in thy fathers kingdome:
10 For I repent yt I gaue my daughter vnto him, for he sought to slay me.
11 Thus did he slander him, because he was desirous of his kingdome.
12 Wherefore he tooke his daughter from him, and gaue her to Demetrius, and forsooke Alexander, so that their hatred was openly knowen.
13 Then Ptolomee entred into Antioch, where he set two crownes vpo his head, the crowne of Asia, and of Egypt.
14 In the meane season was king Alexander in Cilicia, because those yt dwelt in those parts, had reuolted from him.
15 But when Alexander heard of this, hee came to warre against him, whereupon king Ptolomee brought forth his hoste, and met him with a mightie power, and put him to flight.
16 So Alexander fled into Arabia, there to be defended, but king Ptolomee was exalted.
17 For Zabdiel the Arabian tooke off Alexanders head, and sent it vnto Ptolomee.
18 King Ptolemee also died the third day after, [ Greek: and those that were in the holds were slaine of those that were in the holds.] & they that were in the strong holds, were slaine one of another.
19 By this meanes Demetrius reigned in the hundreth, threescore and seuenth yeere.
20 At the same time Ionathan gathered together them that were in Iudea, to take the towre that was in Ierusalem, and he made many engines of warre against it.
21 Then certaine vngodly persons who hated their owne people, went vnto
the king, and told him that Ionathan besieged the towre.
22 Whereof when he heard, he was angry, and immediately remouing, he can to Ptolemais, and wrote vnto Ionathan, that he should not lay siege to the towre, but come and speake with him at Ptolemais in great haste.
23 Neuerthelesse Ionathan when he heard this, commanded to besiege it [still.] and he chose certaine of the Elders of Israel, and the priests, and put himselfe in perill.
24 And tooke siluer and gold, and rayment, and diuers presents besides, and went to Ptolemais, vnto the king, where he found fauour in his sight.
25 And though certaine vngodly men of the people, had made complaints against him,
26 Yet the king entreated him as his predecessors had done before, & promoted him in the sight of all his friends,
27 And confirmed him in the high priesthood, and in all the honours that hee had before, and gaue him preeminence among his chiefe friends.
28 Then Ionathan desired the king, that hee would make Iudea free from tribute, as also the three gouernments with the countrey of Samaria, & he promised him three hundred talents
29 So the king consented and wrote letters vnto Ionathan, of all these things after this maner.
30 King Demetrius vnto his brother Ionathan, and vnto the nation of the Iewes, sendeth greeting.
31 We send you heere a copie of the letter, which we did write vnto our cousin Lasthenes, concerning you, that you might see it.
32 King Demetrius vnto his father Lasthenes, sendeth greeting:
33 We are determined to doe good to the people of the Iewes, who are our friends, and keepe couenants with vs, because of their good will towards vs.
34 [ Iosep. antiq.lib. 13.cap.8.] Wherefore we haue ratified vnto them the borders of Iudea, with the three gouernments of Apherema, and Lidda, and Ramathem, that are added vnto Iudea, from the countrie of Samaria, and all things appertaining vnto them, for all such, as doe sacrifice in Ierusalem, in stead of the paiments, which the king receiued of them yeerely aforetime out of the fruits of the earth, and of trees.
35 And as for other things that belong vnto vs of the tithes and customes pertaining vnto vs, as also the salt pits, and the crowne taxes, which are due vnto vs, we discharge them of them all for their reliefe.
36 And nothing heereof shall be reuoked from this time foorth for euer.
37 Now therefore see that thou make a copie of these things, and let it be deliuered vnto Ionathan, and set vpon the holy mount in a conspicuous place.
38 After this, when king Demetrius saw that the land was quiet before him, and that no resistance was made against him, he sent away all his forces euery one to his owne place, except certaine bands of strangers, whom he had gathered from the iles of the heathen, wherefore all the forces of his fathers hated him.
39 Moreouer there was one Tryphon, that had beene of Alexanders part afore, who seeing that all the hoste murmured against Demetrius, went to Simalcue the Arabian, that brought vp Antiochus ye yong sonne of Alexander,
40 And lay sore vpon him, to deliuer him [this young Antiochus.] that he might raigne in his fathers stead: he told him therefore all that Demetrius had done, and how his men of warre were at enmitie with him, and there he remained a long season.
41 In the meane time Ionathan sent vnto king Demetrius, that hee would cast those of the towre out of Ierusalem, and those also in the fortresses. For they fought against Israel.
42 So Demetrius sent vnto Ionathan, saying, I will not onely doe this for thee, and thy people, but I will greatly honour thee and thy nation, if opportunitie serue.
43 Now therefore thou shalt do wel if thou send me men to helpe me; for all my forces are gone from me.
44 Upon this Ionathan sent him three thousand strong men vnto Antioch, and when they came to ye king, the king was very glad of their comming.
45 Howbeit, they that were of the citie, gathered themselues together into the midst of the citie, to the number of an hundreth and twentie thousand men, and would haue slaine the king.
46 Wherefore the king fled into the court, but they of the citie kept the passages of the citie, and began to fight.
47 Then the king called to the Iewes for helpe, who came vnto him all at once, and dispersing themselues through the city, slew that day in the citie to the number of an hundred thousand.
48 Also they set fire on the citie, and gat many spoiles that day, and deliuered the king.
49 So when they of the city saw, that the Iewes had got the city as they would, their courage was abated, wherefore they made supplication to the king, and cried, saying:
50 [ Or, bee friends with vs.] Graunt vs peace, and let the Iewes cease from assaulting vs and the citie.
51 With that they cast away their weapons, and made peace, and the Iewes were honoured in the sight of the king, and in the sight of all that were in his realme, and they returned to Ierusalem hauing great spoiles.
52 So king Demetrius sate on the throne of his kingdome, and the land was quiet before him.
53 Neuerthelesse hee dissembled in all that euer hee spake, and estranged himselfe from Ionathan, neither rewarded he him, according to the benefits which hee had receiued of him, but troubled him very sore.
54 After this returned Tryphon, and with him the yong childe Antiochus, who reigned and was crowned.
55 Then there gathered vnto him all the men of warre whom Demetrius had put away, and they fought against Demetrius, who turned his backe and fled.
56 Moreouer Triphon tooke the [ Greek: beasts.] Elephants, and wonne Antioch.
57 At that time yong Antiochus wrote vnto Ionathan, saying; I confirme thee in the high Priesthood, and appoint thee ruler ouer the foure gouernments, and to be one of the kings friends.
58 Upon this he sent him golden vessels [ Greek: and seruice.] to be serued in, and gaue him leaue to drinke in gold, and to bee clothed in purple, and to weare a golden buckle.
59 His brother Simon also he made captaine from the place called the ladder of Tyrus, vnto the borders of Egypt.
60 Then Ionathan [ Or, went beyond the riuer, and passed through the cities: Or, went and passed beyond the riuer, and through the cities, Gr .] went foorth and passed through the cities beyond the water, and all the forces of Syria, gathered themselues vnto him for to helpe him: and when he came to Ascalon, they of the city met him honorably.
61 From whence he went to Gaza, but they of Gaza shut him out; wherefore hee layd siege vnto it, and burned [ Or, the places thereabout.] the suburbs thereof with fire, and spoiled them.
62 Afterward when they of Gaza made supplication vnto Ionathan, [ Greek: he gaue them the right hand.] he made peace with them, and tooke the sonnes of the chiefe men for hostages, and sent them to Ierusalem, and passed through the countrey vnto Damascus.
63 Now when Ionathan heard that Demetrius Princes were come to Cades which is in Galilee, with a great power, purposing to [ Or, to remooue him from the affaires of the kingdome.] remoue him out of the countrey,
64 Hee went to meet them, and left Simon his brother in the countrey.
65 Then Simon encamped against Bethsura, and fought against it a long season, and shut it vp:
66 But they desired to haue peace with him, which he granted them, and then put them out from thence, and tooke the city, and set a garrison in it.
67 As for Ionathan and his hoste, they pitched at the water of Gennesar, from whence betimes in the morning they gate them to the plaine of Nasor.
68 And behold, the hoste of strangers met them in the plaine, who hauing layed men in ambush for him in the mountaines, came themselues ouer against him.
69 So when they that lay in ambush rose out of their places, and ioyned battel, al that were of Ionathans side fled.
70 In so much as there was not one of them left, except Mattathias the sonne of Absolon, and Iudas the sonne of Calphi the captaines of the hoste.
71 Then Ionathan rent his clothes, and cast earth vpon his head, and prayed.
72 Afterwards turning againe to battell, he put them to flight, and so they ranne away.
73 Now when his owne men that were fled saw this, they turned againe vnto him, and with him pursued them to Cades, euen vnto their owne tents, and there they camped.
74 So there were slaine of the heathen that day, about three thousand men, but Ionathan returned to Ierusalem.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:1-11:19 En este segundo tiempo, Jonatán se encuentra en medio de las rivalidades de Demetrio I, ya reinante, y Alejandro Balas, que se denominaba Epífanes y se hacía pasar por hijo de Antíoco IV; había conquistado la amistad de Roma. Demetrio (1Ma 10:3; 1Ma 10:6; 1Ma 10:25-45) y Alejandro (1Ma 10:18) ofrecían a Jonatán sus favores. Jonatán optó por Alejandro. Muerto Demetrio I (1Ma 10:50), su hijo Demetrio II, hizo valer sus derechos al trono. Envió a su general Apolonio, que se enfrentó a Jonatán (1Ma 10:67-75). La victoria de Jonatán (1Ma 10:74-89) le permitió aumentar su prestigio ante Alejandro (1Ma 10:88 s) y ampliar sus dominios. Antes de que Demetrio II comenzara a reinar en el 145 a.C. (1Ma 11:19), Tolomeo, enfrentado con Alejandro, se apoderó de las ciudades de la costa (1Ma 11:1-8). Jonatán salió a Jafa para ofrecer los honores a Tolomeo (1Ma 11:6 s). Tolomeo ganó la amistad de Demetrio II y acabó por ceñirse también la corona de Asia (1Ma 11:9-13). Tolomeo venció a Alejandro y, poco después, ambos murieron (1Ma 11:15-18).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Tolomeo VI en Antioquía. Estamos ante una página magistral que demuestra la fragilidad de los pactos entre emperadores o poderosos, al estar mediados casi siempre por el engaño, la calumnia, la muerte, la codicia y la ambición de poder. Todo lo contrario con el pacto o alianza de Dios con su pueblo, mediado siempre por la fidelidad y la misericordia. Cristo también selló con su sangre un pacto de amor con la humanidad, que se rompe cuando la injusticia y la violencia excluyen el proyecto de Jesús para incluir el proyecto de los codiciosos y ambiciosos. Restablecer el amor y la justicia en el mundo es la única manera de respetar y hacer visible la alianza con Dios y su Hijo Jesucristo en el mundo de hoy.
La mujer es presentada como un premio mayor en manos del padre, que lo entrega al que más se acerque a sus intereses. Así, Cleopatra pasa de Alejandro a Demetrio sin que en algún momento se le consulte. Un signo de patriarcalismo que aún sigue vigente.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



8. "Seleucia" era el puerto de Antioquía, en la desembocadura del río Orontes ( Hec_13:4).

54. Se trata de la coronación de Antíoco VI, que reinó solo dos meses en el 144 a.C.

Torres Amat (1825)



[35] 1 Mac 10, 29.

[39] El rey de los árabes.

[57] Tolemaida y las tres ciudades mencionadas antes incluyen sus respectivos distritos. 1 Mac 11, 34; 10, 39.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— Seleucia Marítima: Es decir, el puerto de Antioquía, a la desembocadura del Orontes.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

11:8 El puerto de Antioquía.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

11:8 El puerto de Antioquía.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Pro 18:13