Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Atalía, reina de Judá (11:1-20).
1
Atalía, madre de Ocozías, viendo que había muerto su hijo, levantóse y exterminó a toda la descendencia real. 2
Pero Josaba, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, cogió a Joás, hijo de Ocozías, y le sacó furtivamente de entre los hijos del rey cuando los estaban asesinando, ocultándole de Atalía, a él y a su nodriza, en la cámara dormitorio, y así pudo aquél escapar a la muerte. 3
Seis años estuvo oculto con Josaba en la casa de Yahvé, y entre tanto reinó Atalía en la tierra. 4
El año séptimo, Joyada mandó a llamar a los centuriones de los cereteos y la guardia y los introdujo en la casa de Yahvé. Hizo pacto con ellos, juramentándolos en la casa de Yahvé, y les mostró el hijo del rey, 5 dándoles esta orden: He aquí lo que habéis de hacer: 6
La tercera parte de vosotros, que monta la guardia en el palacio real, 7
más las otras dos partes de vosotros, que montan la guardia en el templo de Yahvé, 8
con las armas en la mano, formaréis en torno del rey y mataréis a cualquiera que pretenda penetrar en las filas. Estaréis junto al rey dondequiera que vaya. 9
Cumplieron les capitanes las órdenes que les había dado el sacerdote Joyada. 10
Tomó cada uno sus gentes, las que hacían el servicio el sábado, y se fueron al sacerdote Joyada. Este les entregó las lanzas y los escudos del rey David, que se hallaban en la casa de Yahvé, 11
y cuando los soldados de la guardia, todos con las armas en la mano, desplegaron desde el lado sur al lado norte, entre el altar y el templo, 12
sacó al rey, púsole la diadema y los brazaletes y le ungió. Todos entonces palmotearon y gritaron: ¡Viva el rey! 13
Cuando oyó Atalía el estrépito del pueblo, se vino a donde estaba la gente reunida en la casa de Yahvé 14
y miró. Y estaba el rey sobre el estrado, según costumbre, y cerca de él los jefes y las trompetas, y todo el pueblo daba muestras de gran júbilo, mientras sonaban las trompetas. Atalía rasgó sus vestiduras y clamó: ¡Traición! ¡Traición! 15
Entonces el sacerdote Joyada dio orden a los capitanes, que estaban a la cabeza de las tropas: Sacadla de las filas y matad a quienquiera que la siga. 16
Pues el sacerdote había dicho: Que no la maten en la casa de Yahvé. Pusieron sobre ella las manos, y cuando llegó al palacio real, por la puerta de los caballos, allí la mataron. 17
Joyada intervino en la alianza que con Yahvé hicieron el rey y el pueblo, de ser el pueblo de Yahvé.18
Todo el pueblo penetró en el templo de Baal y lo demolió, destruyendo del todo su altar y sus estatuas; y al sacerdote de Baal, Matan, le dieron muerte delante del altar. 19
Después, dejando una guardia en el templo de Yahvé, tomó a los jefes de los cereteos y a los guardias y a todo el pueblo, y llevaron al rey desde el templo de Yahvé al palacio real, donde entró por la puerta de la guardia·Sentose allí sobre el trono real, 20
y todo el pueblo estaba lleno de alegría, y la ciudad se quedó tranquila. Atalía había sido muerta en el palacio real.
Con la muerte de su hijo Ocozías, Atalía, la reina madre, pudo satisfacer sus ansias de mando. De la familia de Ajab no dudó ella en matar a todos los miembros de la familia real, incluidos sus hijos, para ocupar tranquilamente el trono. Su reino duró los años 841-835. Faltó poco para que aniquilara a toda la descendencia davídica, diezmada ya anteriormente (
2Cr_21:17;
2Re_10:12-14). Pero Josaba, que, según
2Cr_22:11, era la mujer del sumo sacerdote Joyada, ocultó a Joás, hijo de Ocozías, en la cámara dormitorio. Esta noticia supone que junto al templo existían habitaciones para los sacerdotes. El año séptimo decidió el sumo sacerdote sacar al niño de su escondite y proclamarlo rey en lugar de Atalía. A este fin preparó una amplia conjura. Según
2Cr_23:2, el sumo pontífice contó con el apoyo de los levitas y del pueblo procedente de provincias; según nuestro texto, la acción fue apoyada principalmente por tropas mercenarias y laicos. Aun en nuestro mismo texto cabe vislumbrar dos relatos combinados. Según v.1-12; 8b-20, la entronización de Joás fue obra del sumo sacerdote, apoyado por la guardia real; en los v. 13-18a se sugiere, en cambio, que un movimiento popular derrocó a Atalía. Los cereteos, o carios, eran tropas mercenarias procedentes de Caria, pueblo del Asia Menor. El día fijado para dar el golpe era un sábado, día en que el cambio de guardia no hacía sospechar ningún complot militar (
1Cr_9:25).
Formada la tropa en el atrio, de cara al altar de los holocaustos, el sacerdote Joyada sacó al niño, púsole la diadema y los brazaletes (
2Sa_1:10) y le ungió por rey. En el texto hebraico, versiones y lugar paralelo de
2Cr_23:11, en vez de brazaletes (
hase adoth),
se lee
ha eduth = testimonio, ley. Pero este uso de entregar al nuevo rey el rollo de la Ley no es atestiguado por ningún otro texto. Por esto mismo, muchos autores católicos (Landersdorfer, De Vaux, Vaccari, Garofalo) cambian el texto, leyendo
brazaletes allí donde el texto masorético dice
testimonio, ley. Terminada la ceremonia, todos los asistentes prorrumpieron en aclamaciones al nuevo monarca. Atalía acudió al lugar del tumulto; al penetrar en el templo pudo ver a Joás colocado sobre un estrado (
ammud)
para que el pueblo le pudiera contemplar (
2Cr_23:3;
2Cr_23:13). El sumo sacerdote dio orden a la guardia de que mataran a la reina fuera del templo para no contaminarlo. De regreso a palacio, al llegar a la puerta de los caballos, al sudeste del templo (
Jer_31:40;
Neh_3:28), cayó asesinada.
El rey de Israel debía ser un monarca teocrático. En los comienzos del reinado del joven monarca se renovó la alianza entre Yahvé, el rey y el pueblo del Señor (
Exo_19:5-6). Para renovar este pacto era totalmente imprescindible destruir el templo de Baal existente en Jerusalén, como hizo Jehú con el de Samaría (10.26-27); hacer desaparecer su altar y estatuas. Matan, el sacerdote de Baal al servicio del santuario, fue asesinado ante el altar de su dios.
En el v.20 se deja también traslucir la idea de que el nuevo rey fue entronizado con el apoyo de las gentes de provincia, mientras que los de la capital mostrábanse partidarios de Atalía. Había ésta imitado el ejemplo de Jezabel, introduciendo en el reino de Judá el culto de Baal; pero no estaba dispuesto el pueblo de Judá a recibir en dosis masivas esta irrupción de los cultos de los baales y astartés 1.