Luego dividió a la tropa, colocando en medio a los jinetes, porque la caballería enemiga era muy numerosa. (I Macabeos 16, 7) © La Biblia de Nuestro Pueblo (2006)
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Alarma de Juan (16:1-3).
1 Subió Juan de Gazer y comunicó a su padre lo que Cendebeo estaba haciendo. 2 Llamó entonces Simón a sus dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo: Yo y mis hermanos y la casa de mi padre hemos combatido por Israel desde nuestra juventud hasta el presente, y nuestros esfuerzos han sido tan felices, que logramos la libertad de Israel. 3 Al presente yo estoy ya viejo; pero vosotros, por la misericordia de Dios, estáis en buena edad; tomad mi puesto y el de mi hermano y salid a luchar por nuestra nación, y que la ayuda del cielo sea con vosotros.
Juan, el segundo hijo de Simón, que había sido nombrado generalísimo de las fuerzas judías, con residencia en Gaza (13:14), percatóse de la gravedad de la situación, por lo que decidió comunicar a su padre lo que Cendebeo estaba haciendo. Simón se considera viejo; tiene todavía fuerzas para ejercer sus funciones de lider y sumo sacerdote, pero no se cree capacitado para estar al mando activo del ejército.
Los israelitas victoriosos (16:4-10).
4 Eligieron de la gente de todo el territorio los hombres más aguerridos y caballería, hasta veinte mil, y partieron contra Cendebeo, pernoctando en Modín. 5 Puestos en marcha muy de mañana, hacia la llanura, vieron un poderoso ejército de infantería y caballería que les venía al encuentro. Sólo un torrente había de por medio. 6 Se detuvo enfrente de ellos Juan con sus hombres; y viendo que los suyos temían atravesar el torrente, lo hizo él el primero; y sus hombres, viéndole, le siguieron. ? Dividió su gente, colocando la caballería en medio de los infantes, porque la caballería de los contrarios era muy numerosa. 8 Resonaron las trompetas sagradas, y Cendebeo y su ejército quedaron deshechos, cayendo muchos de ellos y huyendo los restantes a la fortaleza. 9 Quedó herido Judas, el hermano de Juan; pero éste persiguió a los enemigos hasta llegar a Cedrón, que Cendebeo había edificado, 10 y huyeron hasta las torres que hay en el territorio de Azoto, que Juan dio al fuego, cayendo de los enemigos hasta tres mil hombres, y se volvió victorioso a Judá.
Padre e hijos reclutaron rápidamente un ejército considerable, donde por primera vez aparece la caballería. El nuevo ejército pernoctó en Modín, junto al panteón familiar de los Macabeos. Una vez electrizado el espíritu al contacto con los despojos mortales de Matatías y de sus hijos, el ejército israelita marchó en dirección a la llanura para trabar contacto con el enemigo.
Muerte alevosa de Simón (16:11-17).
11 Tolomeo, hijo de Abubos, comandante del campo de Jericó, tenía mucha plata y oro, 12y era yerno del sumo sacerdote. 13 Se engrió tanto, que quiso hacerse dueño de la tierra, para lo cual resolvió quitar a traición la vida a Simón y a sus hijos. 14 Visitaba Simón las ciudades del territorio a fin de proveer a sus necesidades, y bajó a Jericó con Matatías y Judas, sus hijos, el año ciento setenta y siete, en el mes undécimo, que es el mes de Sabat. 15 Los recibió el hijo de Abubos con perfidia en una fortaleza pequeña, llamada Doc, que él había levantado. Les ofreció un gran banquete, pero ocultó a siete hombres, 16 que, cuando Simón y sus hijos estaban ebrios, a una señal de Tolomeo se levantaron y, tomando las armas, dieron sobre Simón, matándole a él, a sus hijos y a algunos de su séquito, 17 cometiendo una gran traición y devolviendo mal por bien.
Dos años de paz siguieron a la batalla de Cedrón. Simón, libre de los cuidados de la guerra, recorría la nación en vistas a remediar las deficiencias de la administración y para mejorar el nivel de vida de sus subditos. Pero no tomó las medidas de seguridad que reclamaban sus dignidades de jefe religioso y político de Israel. De esta imprevisión abusó un cierto Tolomeo, hijo de Abubos, acaso idumeo de origen, para apoderarse de él y de los hijos que le acompañaban, asesinándolos en un banquete. Era Tolomeo un hombre rico, casado con la hija de Simón. Ejercía el cargo de gobernador del campo de Jericó. Había edificado Tolomeo una fortaleza llamada Doc, verdadero nido de ladrones, al noroeste de Jericó y sobre el monte Qarantal, a una altura de 492 metros sobre el mar Muerto. Desde allí dominaba la amplia llanura de Jericó, confiada a sus desvelos. El mes undécimo (Sabat, enero-febrero) del año 177 (135 a.C.) visitó Simón el territorio de Jericó. Flavio Josefo dice que únicamente cayó Simón, siendo encarcelados sus dos hijos, a los que Tolomeo mató después. Según algunos (Cross), Simón es el hombre de la mentira de que habla el peser de Habacuc.
Rápida acción de Tolomeo (16:18-24).
18 Luego escribió Tolomeo al rey para que enviase tropas en su auxilio a fin de poner en su mano la tierra y las ciudades. 19 Envió otros a Gazer para que se apoderasen de Juan, y escribió a los oficiales de éste pidiéndoles que se pasasen a él, que les daría plata y oro y regalos. 20 Mandó otros para que se apoderasen de Jerusalén y del monte del templo. 21 Pero alguno se adelantó a comunicar a Juan, en Gazer, cómo habían sido muertos su padre y sus hermanos, y que habían mandado quien le matase a él. 22 Quedó fuera de sí al oír tales noticias, y, prendiendo a los que venían a él para darle muerte, los mató, pues sabía lo que intentaban. 23 Los demás sucesos de Juan, sus guerras y las hazañas que realizó, los muros que levantó y sus obras todas, 24 escritas están en los anales de su pontificado, desde el día en que fue hecho sumo sacerdote después de su padre.
La ambición indujo a Tolomeo a enviar una embajada a Antíoco comunicándole el caos y esperando de él ser nombrado gobernador de toda Judea. Pero quedaba Juan, el hijo de Simón. Mientras éste sitiaba la fortaleza de Doc, colocó Tolomeo sobre la muralla a la madre de Juan, amenazando arrojarla contra el suelo. Esta visión, dice Flavio Josefo 1, suavizó la acción de Juan, que alargó el cerco hasta el próximo año sabático, el 133 antes de Cristo, circunstancia que aprovechó Tolomeo para huir a Filadelfia, matando a la infeliz mujer antes de ausentarse.
Juan, llamado Hircano por haber combatido a los hircanios, reinó treinta y un años, desde 135 hasta 104. Los anales de su reinado se han perdido. Hubo en su tiempo muchas acciones de guerra. En el primer año de su reinado le sitió Antíoco Sidetes en Jerusalén; concluyó con él un tratado de paz, desventajosa para los judíos. Con la muerte de Sidetes, al año quinto del reinado de Juan, el reino seléucida tocó a su fin como potencia mundial, logrando Palestina su independencia de Siria, realizándose con ello el ideal por el que lucharon los Macabeos durante todos los días de su vida.
1 Prime linee di storia della tradizione maccabaica (Roma 1930) 141-151.
2 Áññãáíï, Syriaca 68; Tito Livio, Epífom. 55; Diodoro, 33:17.
3 The Excavations of Gezer (Londres 1912) I 209.
1 Justino, 36:1.
2 Justino, 36:1-38:9; Appiano, Syriaca 67,
1 Appiano, Syriaca 68; Justino, 36:1.
2 Flavio Josefo, Bell. Ind. I 474.
3 Diodoro, 31:19.
4 Tito Livio, Epist. 42:19; appiano, Syríaca 40.
5 Estrabón, 14:668.
1 Ant. lud. 13:8:1.