Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
16. Jeremías, símbolo de las calamidades de su pueblo.
La vida de Jeremías debe ser como una parábola en acción para instrucción de sus compatriotas. Así, se le prohibe:
a) fundar una familia (1-4);
b) tomar parte en los duelos por los difuntos (5-7);
c) participar en las alegrías y festines de sus conciudadanos (8-21). Con su vida debe ser un anuncio permanente del desastre que espera a su pueblo; con su vida de celibato simbolizará la desaparición de las familias; con su abstención en los duelos se significará que en la hora de la catástrofe no habrá tiempo para hacer duelo por los muertos, y con su aislamiento en materia de alegrías sociales debe mostrar que no es hora de jolgorios y alegrías. No sabemos cuándo compuso este capítulo, que puede estar formado de fragmentos compuestos en distintas circunstancias de su vida y juntados posteriormente por un editor. Muchos críticos suponen que fue compuesto bajo el reinado de Joaquim (609-598).
Mandato de permanecer célibe (1-4).
1 Llegóme la palabra de Yahvé, diciéndome: 2 No has de tomar mujer y no tendrás hijos ni hijas en este lugar. 3 Porque así dice Yahvé de los hijos y de las hijas nacidas en esta tierra, de las madres que los parieron y de los padres que los engendraron en esta tierra: 4 Morirán de epidemias, y nadie los llorará ni sepultará; servirán de estiércol sobre la haz de la tierra, serán devorados por la espada y por el hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra. La orden dada a Jeremías de no contraer matrimonio suponía un sacrificio muy grande para el profeta. El matrimonio con una numerosa prole era signo de bendición divina, mientras que la esterilidad lo era de maldición . Por otra parte, Jeremías era por temperamento afectuoso y comunicativo, y por ello inclinado a la vida íntima familiar. Sin embargo, debe abstenerse del matrimonio para ser como un símbolo ante sus compatriotas de las desventuras que les esperaban. La vida de Jeremías debía ser una ofrenda total a una misión ingrata: la de comunicar de parte de Yahvé los castigos que habían de caer sobre la sociedad israelita. El celibato del profeta sería un anuncio permanente de la suerte que esperaba a los padres, que se verían privados de sus hijos por efecto de la guerra devastadora (v.3). La mortandad será tal, que no habrá ni quien los entierre, quedando los cadáveres abandonados como
estiércol sobre la
haz de la tierra., pasto de las aves2.
Abstención de participar en duelos (5-7).
5 Así, pues, dice Yahvé: No vayas a casa de duelo, ni vayas a plañir, ni te lamentes por ellos, pues he retirado de este pueblo mi paz oráculo de Yahvé , la benignidad y la misericordia, 6 y morirán grandes y pequeños en esta tierra; no se les sepultará ni se los llorará, ni nadie se hará incisiones ni se rasurará por ellos; 7 y nadie les partirá el pan del duelo 3 para consolar a uno por el muerto, ni se le dará a nadie la copa para consolarle por la muerte del padre o de la madre. Jeremías debe abstenerse también, por orden divina, de participar en los duelos. Es decir, no debe tomar parte ni en sus alegrías (el matrimonio) ni en sus penas. Debe abstenerse de manifestar condolencias, ya sea en los festines fúnebres, ya en las otras manifestaciones sociales de duelo. Con ello debía simbolizar la futura mortandad, en la que no quedarían gentes para hacer los ritos fúnebres de rigor. Ha llegado la hora de la justicia después de haber abusado del tiempo de la
misericordia. En el v.6 especifica los ritos fúnebres de que debe abstenerse. Entre ellos estaban los de hacerse incisiones y
rasurarse la cabeza. El primer rito estaba prohibido entre los israelitas4. Los sacerdotes no podían
rasurarse la cabeza en signo de luto 5, pero parece que era común entre el vulgo6. Al principio, estos ritos tenían sentido supersticioso, y después pudieron quedar como mero rito externo de duelo, sin sentido religioso. Jeremías no dice nada sobre la licitud o ilicitud de estos ritos, sino que se limita a decir que no habrá ocasión de ellos, dada la cantidad de muertos en la guerra. No habrá lugar para hacer los honores a los caídos, ni tampoco para consolar a los vivientes por la pérdida de sus deudos:
nadie les partirá el pan del duelo (v.7). Esta frase parece aludir a los banquetes fúnebres que los familiares daban a los que se unían a su dolor. Otros creen que alude a la supuesta costumbre de llevar los amigos sus manjares y bebidas a los deudos próximos del difunto, que guardaban un día de ayuno en señal de luto7. El mismo sentido tendría
la copa de consolación por la
muerte del padre y de la madre (7b). La tragedia será tal, que nadie se preocupará de estos deberes elementales sociales, sino que cada uno sólo se preocupará de su suerte y vida.
Abstención de festines y alegrías (8-9).
8 No entres tampoco en casa donde haya banquete para sentarte a comer y beber con ellos, 9 pues así dice Yahvé de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que voy a hacer cesar en este lugar, a vuestros ojos y en vuestros días, el canto del gozo y de la alegría y el canto del esposo y de la esposa. Tampoco debe Jeremías participar en los festines alegres de sus conciudadanos, para significar con su conducta que cesará toda alegría y exultación en el país. Aquí
banquete (v.8) no se refiere a los festines fúnebres a los que antes hacía alusión, sino a los banquetes alegres que se celebraban con ocasión de solemnidades alegres, como bodas y otros acontecimientos felices. El profeta debe renunciar a todas las alegrías honestas sociales y dedicarse a una vida solitaria, austera y triste. Con ello se convertirá en un símbolo viviente de las futuras tristezas nacionales 8, que, por otra parte, son inminentes:
en vuestros días (v.9) desaparecerá toda alegría, y entre ellas la más característica de todas, las jubilosas fiestas nupciales:
el canto del esposo y de la esposa.
La apostasía, causa de la catástrofe de Israel (10-13)
10 Y sucederá que, cuando anuncies a este pueblo todas esas cosas y te digan: ¿Por qué nos anuncia Yahvé todos esos grandes males? ¿Cuáles son nuestras maldades y cuáles los pecados que hemos cometido contra Yahvé, nuestro Dios? u les responderás: Porque vuestros padres me abandonaron oráculo de Yahvé para irse tras de los dioses ajenos, para servirles y adorarlos, dejándome a mí y no guardando mi ley; 12 pero vosotros habéis obrado peor que vuestros padres, pues he aquí que se va cada uno tras la dureza de su mal corazón, sin escucharme a mí. 13
Pero os arrojaré de esta tierra a un país que no conocéis ni conocieron vuestros padres, y allí serviréis día y noche a dioses extraños, pues no concederé gracia. Los contemporáneos del profeta creían que cumplían sus obligaciones para con Yahvé con la vida de culto normal en el templo. Con sus sacrificios y ofrendas creían contentar a su Dios, y no tenían reparo en participar en cultos sincretísticos de tipo idolátrico. Por eso no comprenden las profecías conminatorias de Jeremías:
¿Por qué nos anuncia Yahvé todos estos males? ¿Cuales son nuestras maldades? (v.10). La respuesta de Yahvé no se deja esperar: toda la historia de Israel es una constante apostasía y degradación moral. La obstinación es una de las características de los israelitas a través de su historia (v. 11-12), rompiendo el pacto de Yahvé desde los albores de su historia nacional 9. Esta mala conducta ha sido colmada por la presente generación (v.12), y por eso los condena Yahvé al cautiverio (v.13), donde podrían entregarse plenamente al culto idolátrico, que tanto amaban. La frase es irónica 10. Yahvé está cansado de mostrarse complaciente con su pueblo, y esto tiene una medida. En adelante no les concederá
gracia o compasión .
La restauración después del exilio (14-15).
14 Por eso he aquí que vienen días oráculo de Yahvé en que no se dirá ya: Vive Yahvé, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 15 sino: Vive Yahvé, que sacó a los hijos de Israel de la tierra del aquilón y de todos los países adonde los había expulsado. Y los haré volver a su tierra, que había dado a sus padres. Estos versos parecen glosa que interrumpe el contexto. Con ligeros cambios aparecen en 23:7-8, donde tienen su lugar debido. Algunos autores, sin embargo, quieren considerarlos como pertenecientes al contexto en que se hallan, pues aunque interrumpen las amenazas, serían como una luz de esperanza para los israelitas fieles a Yahvé, recordándoles que las promesas mesiánicas se cumplirían y que el pueblo elegido recuperaría otra vez su amistad con Dios. La nueva liberación será tan gloriosa, que se olvidarán las futuras generaciones de la milagrosa liberación de Egipto y cantarán más bien la nueva liberación
de los hijos de Israel de la tierra del aquilón (v.15), es decir, de Mesopotamia, adonde fueron llevados cautivos, siguiendo la ruta del norte o de Damasco. Volverán a instalarse en la tierra de sus
padres, que les pertenece por concesión especial divina.
Amenazas y castigos (16-18).
16 He aquí que voy a mandar muchos pescadores oráculo de Yahvé , que los pescarán, y después muchos cazadores, que los cazarán por los montes todos, por todos los collados y por las cavernas de las rocas, 17 porque mis ojos están sobre todos sus caminos, no se esconden de mi rostro, y sus maldades no están ocultas a mis ojos. 18 Les pagaré al doble sus iniquidades y pecados 12, por haber profanado mi tierra con la carroña de sus ídolos 13 y haber llenado de abominaciones mi heredad. De nuevo se repiten las amenazas comenzadas en los v.9-13, es decir, las alusiones al cautiverio. Los soldados enemigos serán como
pescadores o
cazadores (v.16), que andarán ansiosos de tomar a los israelitas por
los montes. y
collados. Es inútil que se escondan en las
cavernas de las rocas, pues serán buscados y cazados como alimañas (v.16). Los invasores son instrumentos de Yahvé, que ve todos los escondrijos y
caminos de los israelitas (v.17), su conducta depravada. Nada se oculta a sus ojos. Será una deportación completa. Y todo esto les vendrá por sus prácticas idolátricas, con las que han
profanado la
tierra de Yahvé, que le pertenece como su exclusiva
heredad (v.18). Se compara los ídolos a
carroña de cadáveres porque contaminaban el país de Yahvé, como los cadáveres contaminaban el lugar en que estaban 14 y todo lo que tocaban, o porque son despectivamente considerados como seres sin vida, totalmente impotentes, como los cadáveres 15.
La salud por la confianza de Yahvé (19-21).
19 ¡Yahvé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la tribulación! A ti vendrán los pueblos desde los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira fue la herencia de nuestros padres, vanidad sin provecho alguno. 20 Si es el hombre el que se hace los dioses, entonces no son dioses. 21 Por eso he aquí que les voy a dar a conocer, esta vez les voy a mostrar la fuerza de mi brazo 16, y sabrán que mi nombre es Yahvé. Este fragmento es de estilo salmódico y parece un desahogo del profeta, que expresa sus sentimientos de esperanza en Yahvé en medio de tantas amenazas. En medio de la catástrofe, Yahvé será siempre
la fuerza y
refugio del profeta (v.19). Pero su perspectiva se alarga, y entrevé proféticamente el universalismo de la nueva teocracia, pues numerosos pueblos entrarán a formar parte del nuevo reino:
a ti vendrán los pueblos desde los confines de la tierra (v.19b). Reconocerán estos paganos que sus dioses y los de sus antepasados son falsedad:
sólo mentira fue la herencia de nuestros padres (v.19c). El v.20 parece una profesión del profeta, que predica la inanidad de los ídolos, de origen humano. Muchos autores consideran estos versos como adición posterior, obra de un piadoso israelita que viviera en el destierro y despreciara las manifestaciones pomposas idolátricas del país:
no son dioses (v.20), clara profesión de fe yahvista. El v.21 parece la conclusión del anuncio del castigo, interrumpido por los v. 19-20. Al sentir la desgracia, los israelitas reconocerán la
fuerza del brazo de Yahvé y verán en el
nombre de Yahvé la síntesis de su historia como pueblo elegido. Yahvé ha sido su salvador en las grandes vicisitudes históricas, el que les dio la Ley y el que los protegió. Llegará un momento en que volverán a valorar el
nombre de Yahvé como síntesis de las promesas y esperanzas de Israel.
1 Cf.
Deu_7:14. 2 Cf. 8:2. 3 Así según los LXX. 4 Cf.
Deu_14:1;
Lev_19:28;
Lev_21:5. Sobre el rito cf. Lagrange,
Eludes sur íes
religions sé-mitiques 2.a ed. p.325. 5 Cf.
Lev_25:5. 6 Cf.
Amo_8:10;
Miq_1:16. 7 Cf.
2Sa_1:12;
2Sa_1:3.35;
Deu_28:14;
Job_42:13;
Ose_9:4; Flavio Josefo,
De bello judaico 2 c.1. 8 Cf.
Jer_7:34;
Jer_15:17. 9 Cf.
Jer_3:17;
Jer_7:24;
Jer_9:14;
Jer_9:11.8. 10 Cf.
Deu_28:26;
Jer_5:19;
Jer_15:14. 11 Cf.
Jer_6:19;
Jer_11:11-14. 12
En el TM se añade primeramente, que no hace sentido, y falta en los LXX. 13 Lit. en heb.: los cadáveres de sus horrores, e.d., los ídolos en sentido despectivo. Cf.
Jer_4:1;
Jer_7:30. 14 Cf.
Lev_18:25;
Lev_26:30;
Num_10:10. 15 Cf.
Jer_2:8;
Jer_11:12. 16 Lit. mi mano y mi fuerza.