Levítico 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 17 versitos |
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I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (1—7)

Los holocaustos (1:1-17)

Ofrenda de animales

El Señor llamó a Moisés * y le habló en estos términos desde la Tienda del encuentro º:
2 — Di a los israelitas: cuando alguien presente al Señor una ofrenda * de animales, esta podrá ser de ganado mayor o de ganado menor º.
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Holocausto de ganado mayor

Si su ofrenda para el holocausto * es de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto alguno º; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del encuentro para que sea agradable al Señor. º
4 Pondrá su mano º sobre la cabeza del animal destinado al holocausto, para que el sacrificio sea aceptado como expiación de parte suya. º
5 Entonces degollará la res en presencia del Señor, y a continuación los sacerdotes aaronitas ofrecerán la sangre rociando con ella los lados del altar que está a la entrada de la Tienda del encuentro.
6 El animal ofrecido en holocausto será desollado y descuartizado.
7 Y los sacerdotes aaronitas pondrán fuego sobre el altar y apilarán leña sobre el fuego.
8 Luego colocarán los trozos del animal, la cabeza y la grasa de las vísceras encima de la leña que arde sobre el altar,
9 y lavarán con agua las vísceras y las patas *. El sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda º de olor grato para el Señor. º
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Holocausto de ganado menor

Si su ofrenda para el holocausto es de ganado menor, corderos o cabritos, ofrecerá un macho sin defecto alguno.
11 Lo degollará en el lado norte del altar, en presencia del Señor; luego los sacerdotes aaronitas rociarán con su sangre los lados del altar.
12 Una vez descuartizado, el sacerdote colocará los trozos, junto con su cabeza y la grasa de las vísceras, encima de la leña que arde sobre el altar;
13 y después de lavar con agua las vísceras y las patas, el sacerdote hará que lo que está sobre el altar se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.
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Holocausto de aves

Si la ofrenda en holocausto para el Señor es de aves º, ofrecerá tórtolas o pichones.
15 El sacerdote traerá el ave al altar, le arrancará la cabeza y hará que se queme en el altar después que su sangre sea exprimida sobre un lado del mismo.
16 Le quitará el buche y las plumas, y los echará al lado oriental del altar, en el lugar de las cenizas. º
17 Le rasgará las alas, pero no se las arrancará º. El sacerdote hará que lo que está en el altar, encima de la leña que arde, se queme completamente, pues es un holocausto, ofrenda de olor grato para el Señor.

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Introducción a Levítico

INTRODUCCIÓN



Abre mis ojos —proclama el salmista— para que vea las maravillas de tu ley (Sal 119:18). Con estas palabras no sólo expresa su ardiente deseo de entender lo maravilloso de la palabra divina, sino también que estas maravillas no siempre se manifiestan claramente. Esta realidad se hace particularmente patente en el libro de Levítico, el tercer libro de la Biblia, donde el lector se enfrenta a complicadas prescripciones rituales y a leyes con frecuencia un tanto sorprendentes, cuya finalidad no es fácilmente discernible y asimilable para nuestra mentalidad contemporánea. Es importante y altamente provechoso, sin embargo, captar el profundo sentido de transcendencia divina y de preocupación por cuidar la dimensión religiosa del ser humano, que alientan las páginas de este libro, a primera vista extraño a nuestra sensibilidad actual y en consecuencia de lectura no muy atractiva. A este respecto, no debe olvidarse que a Levítico pertenece el mandamiento de “amar al prójimo como a uno mismo” (Lev 19:18), mandamiento que Jesús recoge en su mensaje como uno de los componentes esenciales de la ética cristiana (Mar 12:31). Es este sentido ético el que penetra la mayor parte de las prescripciones rituales contenidas en Levítico y el que nos invita a leerlo, si no con un entusiasmo desbordante, sí con interés y respeto.


1. Título y texto


El nombre —LEVÍTICO— con que actualmente conocemos este libro no es el original de la Biblia hebrea. Los israelitas lo designaban con la primera palabra del mismo, a saber, Vayiqrá que significa: “y él llamó.”


Fue la traducción griega llamada de los LXX, y tras sus huellas la traducción latina llamada Vulgata, la que asignó al libro el nombre de Levítico (Levitikon, Liber Leviticus) en razón de que sus principales protagonistas (Aarón y sus descendientes sacerdotes encargados de todo lo referente al culto divino) pertenecen a la tribu de Leví. En cuanto a los levitas estrictamente tales, es decir, la institución encargada de ayudar y colaborar con la clase sacerdotal en la organización del culto, sólo son mencionados en Lev 25:32-34.


El texto hebreo de Levítico ha llegado hasta nosotros a través de la tradición masorética, de los manuscritos encontrados en los descubrimientos de Qumrán, y del Pentateuco Samaritano. A su vez, las antiguas traducciones al griego (los LXX), al arameo (los llamados “targumes”), al siriaco (la Peshita) y al latín (la Vulgata) revelan, aunque a veces con significativas variantes, un texto hebreo sustancialmente equivalente al hebreo del Texto Masorético y de los manuscritos de Qumrán.


2. Proceso de composición


Como los otros cuatro libros del Pentateuco, Levítico es el resultado de un proceso redaccional, sin duda, bastante complejo. Prácticamente nadie sostiene en la actualidad que Moisés pueda ser directamente su autor. Se piensa más bien que fue elaborado en una época mucho más reciente, concretamente en la época del postexilio, cuando los israelitas, privados de las dos instituciones clave en su historia precedente —la monarquía y el profetismo— vuelven los ojos al culto, al Templo y a la institución sacerdotal como único punto de referencia para seguir subsistiendo como nación. Es, pues, Levítico una obra básicamente sacerdotal que, a la vuelta del exilio, está muy preocupada por salvaguardar la identidad del pueblo elegido. Se trata de recordar y purificar de toda escoria las antiguas normas cultuales, adaptándolas a la situación actual de la comunidad; se trata de alumbrar una piedad más personal e interior que la de tiempos pasados, restaurando unas prácticas rituales correctas, pero promoviendo también unos valores éticos que hagan a la comunidad israelita moralmente superior a los demás pueblos. Para ello se prescribe una serie de normas que, enraizadas en la alianza del Sinaí, se colocan a la sombra de Moisés y se avalan con la autoridad directa del Señor.


Así pues, la mayor parte del libro de Levítico pertenece al estrato de la tradición sacerdotal del Pentateuco, que data en su conjunto de la época del destierro en Babilonia y conoce su redacción definitiva en el inmediato postexilio. Pero ello no impide que el redactor o redactores del libro hayan utilizado materiales más antiguos, entre ellos el llamado Código de Santidad (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), pertenecientes muchos de ellos al período preexílico.


3. Contenido y estructura


Como acabamos de afirmar, el libro de Levítico es uno de los documentos más significativos de la tradición sacerdotal israelita que, junto con la yavista, la elohista y la deuteronomista, ha dado lugar al gran bloque histórico-legislativo denominado por los judíos Torá (Ley) y por los griegos Pentateuco. El contenido de Levítico se encuadra en la llamada “Sección del Sinaí” y lo integran cuatro grandes cuerpos legales, más un apéndice. Tiene como principales, aunque no únicos destinatarios, a los sacerdotes pertenecientes a la tribu de Leví que eran los responsables oficiales de salvaguardar la santidad del culto divino, tema nuclear del libro.


El primer cuerpo (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38) recoge el código sacrificial del segundo Templo en la época del postexilio y está dirigido a lectores más o menos iniciados en la vida religioso-cultual de la comunidad israelita.


El segundo cuerpo (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20) describe el ceremonial de la consagración sacerdotal de Aarón y sus descendientes.


El tercer cuerpo (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34) está centrado en las normas sobre la pureza o impureza ritual de todo tipo.


Y el cuarto cuerpo (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), denominado Código de Santidad, gira en torno al estribillo: Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo, precisando lo que el israelita debe hacer o evitar para agradar al Señor, su Dios, y comportarse adecuadamente con el prójimo.


El último capítulo (Lev 27:1-34) es un apéndice que se ocupa de señalar, con rigurosa precisión, lo que debe pagarse al santuario en concepto de rescate por personas, animales o cosas que hayan sido previamente consagradas al Señor. Probablemente es un capítulo añadido con posterioridad a la redacción original del libro.


Así pues, por una parte, Levítico proclama y subraya la santidad transcendente de Dios; pero al mismo tiempo indica cómo el israelita fiel puede y debe hacerse partícipe de esa santidad, observando una serie de normas morales y de prácticas rituales que le harán entrar en comunión vital con Dios y lo irán preparando de forma providencial para recibir la revelación de la nueva alianza.


Según esto, podemos ya señalar las líneas fundamentales de la estructura temático-literaria de Levítico. Serían las siguientes:


I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


Los holocaustos (Lev 1:1-17)


Ofrendas de cereal (Lev 2:1-16)


Sacrificios de comunión (Lev 3:1-17)


Sacrificios expiatorios (Lev 4:1-35; Lev 5:1-19)


Administración de las ofrendas y sacrificios (Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


II.— EL ORDEN DEL CULTO (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20)


Consagración de los sacerdotes (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24)


Normas adicionales (Lev 10:1-20)


III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34)


Animales puros e impuros (Lev 11:1-47)


Impureza contraída durante el parto (Lev 12:1-8)


Normas sobre la lepra (Lev 13:1-59; Lev 14:1-57)


Impurezas sexuales (Lev 15:1-33)


El Día de la Expiación (Lev 16:1-34)


IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


Inmolación de animales (Lev 17:1-16)


Prácticas sexuales no permitidas (Lev 18:1-30)


Llamada a la santidad (Lev 19:1-37)


Prácticas religiosas prohibidas (Lev 20:1-27)


Santidad de los sacerdotes y laicos (Lev 21:1-24; Lev 22:1-33)


Calendario de fiestas (Lev 23:1-44)


Prescripciones rituales y otras disposiciones (Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


V.— APÉNDICE (Lev 27:1-34)


Rescate de lo consagrado al Señor (Lev 27:1-34)


Fuente:

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Notas

Levítico 1,1-17Lev 2:1-16 al Lev 7:1-38.

Los primeros siete capítulos de Levítico describen diversos tipos de sacrificios. Los cps. Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17 regulan los sacrificios espontáneos mientras los cps. Lev 4:1-35; Lev 5:1-19 se refieren a los sacrificios requeridos para la purificación y reparación de ofensas diversas. En ambos casos la descripción se hace desde el punto de vista del oferente. En cuanto a los cps. Lev 6:8-30; Lev 7:1-38 tratan de los mismos sacrificios, pero desde el punto de vista de los sacerdotes.


Levítico 1,1-17Lev 6:9-13; Núm 15:1-14; Sal 51:16-17.
Levítico 1,1— el Señor llamó a Moisés: Esta expresión (lit. y llamó a Moisés), que encontramos también en Éxo 3:4; Éxo 19:3 y Éxo 24:16, enlaza el libro de Levítico con la revelación del monte Sinaí.

— desde la Tienda del encuentro: En los capítulos Éxo 26:1-37, Éxo 36:1-38 y Éxo 40:1-38 del libro de Éxodo se describe todo lo relativo a la Tienda del encuentro; con ello queda listo el espacio apropiado para el encuentro divino-humano.
Levítico 1,2— ofrenda: Las ofrendas descritas a continuación son de carácter voluntario.

— ganado mayor... ganado menor: Términos genéricos para referirse respectivamente a animales bovinos u ovinos. El de ganado mayor era el más valioso de los sacrificios y aparece en las listas siempre en primer lugar.
Levítico 1,3Lev 22:18-20; Éxo 12:5.
Levítico 1,3— holocausto: El término hebreo que traducimos por “holocausto” significaría lit. lo que asciende. Era la ofrenda de un animal sacrificado que se quemaba completamente (a excepción de su piel) sobre el altar, y cuyo humo subía, según se pensaba, hasta Dios. Constituía la ofrenda más importante del sistema sacrificial judío. Es el sacrificio que Noé ofrece al salir del Arca (Gén 8:20) y que los israelitas deberán ofrecer en diversas circunstancias y festividades ( Lev 16:3-5; Núm 28:1-31; Núm 29:1-40; 1Cr 16:40; ver Eze 45:15-17). Servía bien como acción de gracias (Sal 66:13-15), bien como acto de adoración (1Cr 29:21).

— sin defecto alguno: Lit. perfecto, adjetivo usado también para referirse en sentido ético a seres humanos (Gén 6:9).
Levítico 1,4Lev 4:15.
Levítico 1,4— pondrá su mano: Este rito de la imposición de las manos, que como tal implica ejercer cierta presión sobre el objeto, cumple el propósito simbólico de traspasar la responsabilidad del pecado al animal que va a ser sacrificado.
Levítico 1,9Lev 1:13; Lev 1:17; Lev 2:9; Lev 3:5-16; (ver Gén 8:21); Éxo 29:18; Eze 20:41.
Levítico 1,9— lavarán con agua las vísceras y las patas: Con la finalidad, sin duda, de remover todo tipo de suciedad o excremento.

— ofrenda: Algunos traducen: ofrenda ardiente o manjar abrasado; pero esta traducción resulta problemática a la luz de usos de la misma palabra para ofrendas que no se queman. Por eso preferimos la más neutral de ofrenda, sin más.
Levítico 1,14— ofrenda de aves: Se da la posibilidad de ofrecer aves a quienes no tienen medios suficientes para sacrificios de ganado.
Levítico 1,16Ver Lev 4:12.
Levítico 1,17— le rasgará las alas, pero no se las arrancará: También cabría traducir: abrirá el ave en dos por entre las alas, pero sin partirla del todo.