Miqueas 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 16 versitos |
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Proceso contra Israel (1—3)

Título

Palabra del Señor que fue dirigida a Miqueas de Moréset º en tiempos de Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y visiones que tuvo referentes a Samaría y Jerusalén. º
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Condena de Israel

¡Escuchen, pueblos todos! Presta atención, tierra, y todo cuanto la llena: El Señor Dios en su santo Templo va a testimoniar contra ustedes. º
3 El Señor sale de su morada, desciende sobre los montes de la tierra.
4 A su paso se derriten los montes como cera en presencia del fuego, se resquebrajan los valles como cortados por el agua que se precipita en torrentera. º
5 Y es que Jacob se ha rebelado, Israel amontona pecados. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No está acaso en Samaría? ¿Cuáles los altozanos º de Judá? ¿No están en la misma Jerusalén?
6 Pues bien, reduciré a Samaría a un montón de ruinas, a un campo donde se planten viñas. Haré rodar sus piedras hasta el valle y dejaré al descubierto sus cimientos.
7 Todos sus ídolos serán destruidos y echadas a las llamas sus ganancias; haré trizas todas sus imágenes que, si fueron paga de prostitución º, en paga de prostitución se convertirán.
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Lamento del profeta

Por eso me lamentaré y haré duelo, caminaré descalzo y desnudo, aullaré como hacen los chacales y gemiré como las avestruces. º
9 Porque su herida º es incurable, ha llegado hasta Judá, hasta la capital de mi pueblo, hasta alcanzar Jerusalén.
10 No lo proclamen en Gat, no se lamenten en Kabón *, revuélquense en el polvo de Bet Leofrá º.
11 Desnudos y avergonzados caminan los habitantes de Safir; los de Saanán no pueden salir; resuenan lamentos en Bet Ezel º y nadie puede ayudarlos.
12 Llenos están de amargura los habitantes de Marot º porque hasta las puertas de Jerusalén ha llevado el Señor la desgracia.
13 Enganchen los corceles al carro, habitantes de Laquis º; allí comenzó el pecado de Sión, en ti se dieron cita las rebeldías de Israel.
14 Da, pues, acta de divorcio a Moréset Gat; trampa para los reyes de Israel serán las casas de Aczib º.
15 Sobre ustedes, gente de Maresá *, todavía enviaré un conquistador y la flor de Israel tendrá que huir a Adulán º.
16 Aféitate y córtate el pelo, hazlo por tus hijos tan amados; vuélvete calvo como el buitre, pues han sido deportados lejos de ti. º

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Introducción a Miqueas

INTRODUCCIÓN


1. Trasfondo histórico-cultural


a) Situación política: Estamos en el último tercio del s. VIII a. C., en Judá, el Reino del Sur. El problema principal del momento lo constituye la política internacional, que afecta tanto a Israel como a Judá. Desde aproximadamente el año 743 a. C. Israel pagaba tributo a Tiglapileser III, rey de Asiria. El último rey de Israel (Oseas) se rebela en tiempos de Salmanasar V y Asiria responde conquistando Samaría (721/722 a. C.) y haciendo desaparecer el Reino del Norte.


Miqueas profetiza en tiempos de Jotán (740-736 a. C.), de Ajaz (736-716 a. C.) y de Ezequías (771-687 a. C.). A partir, sobre todo, de Ezequías, rey piadoso y reformador religioso, comienzan a soplar aires de liberación. Y es que tampoco Judá había quedado al margen de los deseos expansionistas de Asiria. En el año 734 a. C. el rey Ajab de Judá había pedido ayuda a Tiglapileser III de Asiria, con motivo de la guerra siro-efraimita. Aquella ayuda no fue gratuita: supuso el pago de un tributo que, al hacerse insoportable, dio lugar a la revuelta del año 705 a. C. cuyo resultado fue catastrófico: la invasión de Senaquerib (701 a. C.). En Miq 1:16; Miq 2:12-13; Miq 4:9-13; Miq 5:5-9 encontramos vestigios de esta situación.


b) Situación social: No menos grave que la situación política es la situación social. Como en otros profetas, es la misma profecía de Miqueas la que nos proporciona algunos datos. Los poderosos y notables — autoridades y jueces — son el blanco de su crítica social. El texto de Miqueas revela la tensión entre poderosos y débiles, y constata los atropellos frecuentes de los primeros contra los segundos (Miq 2:1-11). La denuncia social que hace el profeta en Miq 3:1-3 constituye, sin duda, uno de los pasajes proféticos más vibrantes al respecto. Si la denuncia está hecha antes de la reforma de Ezequías, se percibe a las claras la necesidad de la reforma; si está hecha después (las dos cosas son posibles) indicaría lo superficial de la misma, porque todos los denunciados son a la vez acusados de creerse apoyados por Dios (ver Miq 2:7; Miq 3:4; Miq 3:11).


c) La persona del profeta: De Miqueas sabemos poco. Su nombre es una forma abreviada de Mikayahu, que significa “¿quién es como el Señor?” (cercano a Mikael = “quién es como El”, es decir, como Dios). Era natural de Moréset, a unos 40 km al sudoeste de Jerusalén. En la profecía se presenta como un campesino que visita la ciudad; una visita que no es precisamente de negocios o de turismo. Los asirios han devastado ya el sur de Judá por lo que Miqueas, junto con otros campesinos, se encamina hacia Jerusalén, que aún no ha sucumbido al desastre. Su origen y talante campesino hacen que contemple las ciudades (Samaría y sobre todo Jerusalén) con una mirada enormemente crítica.


2. Aspectos literarios


Tal como nos ha llegado, el libro de Miqueas es el resultado de una compleja actividad redaccional, posterior al profeta, que se concreta en la organización temática del material, en la incorporación de añadidos (Miq 2:12-13; Miq 7:8-20), y en posibles relecturas tardías (incluso del tiempo del exilio en Babilonia), incorporadas al texto definitivo. Tan diverso es el material que se ha pensado en la posibilidad de dos autores distintos: uno del siglo VIII a. C. y otro del tiempo del exilio. Los que así piensan atribuyen al Miqueas del siglo VIII los cps. Miq 1:1-16Miq 3:1-12 y gran parte de los cps. Miq 6:1-16Miq 7:1-20. Los cps. Miq 4:1-13Miq 5:2-15 (a excepción de Miq 5:10-15) les parece que exigen un autor distinto más tardío. Otros, sin embargo, ven la diferencia no en el tiempo, sino en la procedencia. Habría, en efecto, dos autores, pero los dos del siglo VIII: uno oriundo del Reino del Sur (autor de los cps. Miq 1:1-16Miq 5:2-15) y otro oriundo del Reino del Norte (autor de los cps. Miq 6:1-16; Miq 7:1-20). Aunque no se admita esta hipótesis de dos autores, sí da idea del largo camino recorrido por el libro de Miqueas hasta llegar a la presente redacción.


En su conjunto presenta una amplia gama de géneros proféticos: advertencias y amenazas, oráculos de juicio y condena, requisitorias o pleitos judiciales, anuncios de salvación, composiciones litúrgicas... En el estilo se emparenta con Oseas y Amós por su frescura y sencillez, apasionamiento y crudeza. Sin embargo, la utilización frecuente de los juegos de palabras hace, a veces, difícil la comprensión del texto.


La estructura general del libro puede enunciarse así:


- Proceso contra Israel (con un elocuente mensaje social) (Miq 1:1-16Miq 3:1-12)


- Promesas a Sión (con esperanzada mirada al futuro) (Miq 4:1-13Miq 5:2-15)


- Nuevo proceso contra Israel (con amargas “quejas” por la ingratitud del pueblo) (Miq 6:1Miq 7:7)


- Liturgia de esperanza (Miq 7:8-20)


3. Contenido y dimensión religiosa


El nombre de Miqueas — quién como el Señor — es ya todo un símbolo. Se revela en él la personalidad de un fiel yavista profundamente preocupado por la situación de Jerusalén. Le hieren las injusticias de los poderosos, la complicidad de los jueces, el engaño de los profetas profesionales, la falsa piedad que intenta encubrir la injusticia con un culto puramente exterior y que provoca una falsa seguridad ante el juicio de Dios. De su mensaje podríamos destacar:


— La insistencia en el pecado social. Sea anterior o posterior a la reforma de Ezequías, la denuncia de Miqueas señala con fuerza que las cláusulas de la alianza son del todo incompatibles con una sistemática violación de la justicia interhumana.


— La serena mirada hacia el futuro. Propio del profeta es no rendirse; mantener viva la esperanza, incluso en medio de las situaciones más críticas. Jerusalén tiene aún futuro, y ese futuro es el de ser la meta en la peregrinación de los pueblos. La esperanza se mesianiza concentrándose geográfica y personalmente en un singular personaje — el Mesías — oriundo de Belén de Judá (Miq 5:2). Habrá liberación de opresores, alejamiento de toda forma de idolatría y de soberbia humana, y la paz mesiánica reinará por doquier (Miq 4:2-5; Miq 5:3-6).


— La queja de Dios ante la conducta del pueblo. La última parte del libro comienza con una apasionada requisitoria de Dios contra Israel. Es la queja de un Dios dolido por la infidelidad del pueblo (Miq 6:3). Una queja que busca el arrepentimiento. Pero cuando el arrepentimiento tiene lugar, no vale cifrarlo todo únicamente en el culto; implica también y necesariamente un comportamiento ético correcto (Miq 6:8).


Fuente:

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Notas

Miqueas 1,1Isa 1:1; Jer 26:18.


Miqueas 1,1— Moréset: Ciudad a unos 40 km al sudoeste de Jerusalén. En Miq 1:4 se la llama Moréset-Gat. Ver nota a Jer 26:18.
Miqueas 1,2Isa 26:21; Amó 4:13.
Miqueas 1,4Sal 97:5.
Miqueas 1,5— los altozanos: Es decir, los santuarios locales -situados habitualmente sobre una colina- donde tenía lugar un culto idolátrico, o por lo menos no legítimo. Ver nota a 1Sa 9:12.
Miqueas 1,7— prostitución: Ver nota a Ose 1:2.
Miqueas 1,8Isa 20:2-4.
Miqueas 1,9— su herida: Se refiere probablemente a la infidelidad del Reino del Norte, en concreto de su capital Samaría.
Miqueas 1,10— en Kabón: Traducción conjetural (siguiendo la sugerencia de Kittel en BHS) de un texto hebreo incompleto. Kabón es una ciudad mencionada en Jos 15:40.

— Bet Leofrá: Lugar no identificado que significa precisamente “casa del polvo”.
Miqueas 1,11— Safir... Saanán... Bet Ezel: Poblaciones probablemente de Judá, pero de ubicación desconocida.
Miqueas 1,12— Marot: Nombre que significa precisamente amargura. En todo el pasaje el profeta hace juegos de palabras entre el nombre de las ciudades y su significado.
Miqueas 1,13— Laquis: Plaza fuerte situada a 50 km al sudoeste de Jerusalén (ver Jos 10:31; 2Re 14:19; Jer 34:7).
Miqueas 1,14— Aczib: El nombre de esta ciudad, de ubicación desconocida, significa “trampa, engaño”.
Miqueas 1,15— Maresá: Ciudad citada en Jos 15:44; 2Cr 11:8. Su nombre se parece al término hebreo que significa “conquistar”.

— Adulán: Puede aludir al lugar donde se refugió David huyendo de Saúl (1Sa 22:1); pero también puede tratarse de una ciudad de la Sefela (ver Jos 12:15; Neh 11:30; 2Cr 11:7).
Miqueas 1,161Sa 22:1; 2Sa 23:13.