Levítico 2 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 16 versitos |
1

Ofrendas de cereal (2:1-16)

Ofrendas de harina cruda

Cuando alguien presente una ofrenda de cereal º al Señor, su ofrenda será de flor de harina, sobre la que se echará aceite y se pondrá incienso.
2 La presentará luego a los sacerdotes aaronitas; entonces el sacerdote tomará un puñado de flor de harina con el aceite y con todo el incienso y lo quemará sobre el altar como una porción simbólica; ofrenda de olor grato para el Señor. º
3 Lo que resta de la ofrenda de cereal será para Aarón y sus descendientes º; es la porción más sagrada de las ofrendas que se queman para el Señor.
4

Ofrendas cocidas

Cuando presentes una ofrenda de cereal cocida al horno, esta será de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, y de hojaldres sin levadura untadas con aceite.
5 Si tu ofrenda de cereal está preparada a la plancha, deberá ser de flor de harina sin levadura, amasada con aceite;
6 la partirás en trozos y echarás aceite sobre ella, pues es una ofrenda de cereal.
7 Si lo que presentas es una ofrenda de cereal preparada en cazuela, deberá ser de flor de harina con aceite.
8 Traerás al Señor la ofrenda de cereal así preparada y la presentarás al sacerdote, quien la llevará al altar.
9 El sacerdote tomará de aquella ofrenda de cereal una porción simbólica y la quemará sobre el altar como ofrenda de olor grato para el Señor.
10 Lo que reste de esta ofrenda de cereal será para Aarón y sus descendientes; es la porción más sagrada de las ofrendas que se queman para el Señor.
11

Sobre el uso de la levadura, la miel y la sal

Toda ofrenda de cereal que ofrezcan al Señor se hará sin levadura, porque nada que contenga levadura o miel º se ha de quemar en ofrenda para el Señor. º
12 Sí podrás ofrecerla como ofrenda de primicias º para el Señor; pero no la pondrás sobre el altar como ofrenda de olor grato para el Señor.
13 Sazonarás con sal º toda ofrenda de cereal que presentes y no dejarás que la sal de la alianza de tu Dios falte jamás en tus ofrendas; todas tus ofrendas estarán sazonadas con sal. º
14

Primicias

Cuando presentes al Señor una ofrenda de las primicias del cereal, la ofrenda deberá ser de grano nuevo, molido y tostado al fuego. º
15 Y pondrás aceite e incienso sobre ella, pues es una ofrenda de cereal.
16 Como porción simbólica el sacerdote quemará una parte del grano desmenuzado junto con el aceite y con todo el incienso, pues es una ofrenda para el Señor.

Patrocinio

 
 

Introducción a Levítico

INTRODUCCIÓN



Abre mis ojos —proclama el salmista— para que vea las maravillas de tu ley (Sal 119:18). Con estas palabras no sólo expresa su ardiente deseo de entender lo maravilloso de la palabra divina, sino también que estas maravillas no siempre se manifiestan claramente. Esta realidad se hace particularmente patente en el libro de Levítico, el tercer libro de la Biblia, donde el lector se enfrenta a complicadas prescripciones rituales y a leyes con frecuencia un tanto sorprendentes, cuya finalidad no es fácilmente discernible y asimilable para nuestra mentalidad contemporánea. Es importante y altamente provechoso, sin embargo, captar el profundo sentido de transcendencia divina y de preocupación por cuidar la dimensión religiosa del ser humano, que alientan las páginas de este libro, a primera vista extraño a nuestra sensibilidad actual y en consecuencia de lectura no muy atractiva. A este respecto, no debe olvidarse que a Levítico pertenece el mandamiento de “amar al prójimo como a uno mismo” (Lev 19:18), mandamiento que Jesús recoge en su mensaje como uno de los componentes esenciales de la ética cristiana (Mar 12:31). Es este sentido ético el que penetra la mayor parte de las prescripciones rituales contenidas en Levítico y el que nos invita a leerlo, si no con un entusiasmo desbordante, sí con interés y respeto.


1. Título y texto


El nombre —LEVÍTICO— con que actualmente conocemos este libro no es el original de la Biblia hebrea. Los israelitas lo designaban con la primera palabra del mismo, a saber, Vayiqrá que significa: “y él llamó.”


Fue la traducción griega llamada de los LXX, y tras sus huellas la traducción latina llamada Vulgata, la que asignó al libro el nombre de Levítico (Levitikon, Liber Leviticus) en razón de que sus principales protagonistas (Aarón y sus descendientes sacerdotes encargados de todo lo referente al culto divino) pertenecen a la tribu de Leví. En cuanto a los levitas estrictamente tales, es decir, la institución encargada de ayudar y colaborar con la clase sacerdotal en la organización del culto, sólo son mencionados en Lev 25:32-34.


El texto hebreo de Levítico ha llegado hasta nosotros a través de la tradición masorética, de los manuscritos encontrados en los descubrimientos de Qumrán, y del Pentateuco Samaritano. A su vez, las antiguas traducciones al griego (los LXX), al arameo (los llamados “targumes”), al siriaco (la Peshita) y al latín (la Vulgata) revelan, aunque a veces con significativas variantes, un texto hebreo sustancialmente equivalente al hebreo del Texto Masorético y de los manuscritos de Qumrán.


2. Proceso de composición


Como los otros cuatro libros del Pentateuco, Levítico es el resultado de un proceso redaccional, sin duda, bastante complejo. Prácticamente nadie sostiene en la actualidad que Moisés pueda ser directamente su autor. Se piensa más bien que fue elaborado en una época mucho más reciente, concretamente en la época del postexilio, cuando los israelitas, privados de las dos instituciones clave en su historia precedente —la monarquía y el profetismo— vuelven los ojos al culto, al Templo y a la institución sacerdotal como único punto de referencia para seguir subsistiendo como nación. Es, pues, Levítico una obra básicamente sacerdotal que, a la vuelta del exilio, está muy preocupada por salvaguardar la identidad del pueblo elegido. Se trata de recordar y purificar de toda escoria las antiguas normas cultuales, adaptándolas a la situación actual de la comunidad; se trata de alumbrar una piedad más personal e interior que la de tiempos pasados, restaurando unas prácticas rituales correctas, pero promoviendo también unos valores éticos que hagan a la comunidad israelita moralmente superior a los demás pueblos. Para ello se prescribe una serie de normas que, enraizadas en la alianza del Sinaí, se colocan a la sombra de Moisés y se avalan con la autoridad directa del Señor.


Así pues, la mayor parte del libro de Levítico pertenece al estrato de la tradición sacerdotal del Pentateuco, que data en su conjunto de la época del destierro en Babilonia y conoce su redacción definitiva en el inmediato postexilio. Pero ello no impide que el redactor o redactores del libro hayan utilizado materiales más antiguos, entre ellos el llamado Código de Santidad (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), pertenecientes muchos de ellos al período preexílico.


3. Contenido y estructura


Como acabamos de afirmar, el libro de Levítico es uno de los documentos más significativos de la tradición sacerdotal israelita que, junto con la yavista, la elohista y la deuteronomista, ha dado lugar al gran bloque histórico-legislativo denominado por los judíos Torá (Ley) y por los griegos Pentateuco. El contenido de Levítico se encuadra en la llamada “Sección del Sinaí” y lo integran cuatro grandes cuerpos legales, más un apéndice. Tiene como principales, aunque no únicos destinatarios, a los sacerdotes pertenecientes a la tribu de Leví que eran los responsables oficiales de salvaguardar la santidad del culto divino, tema nuclear del libro.


El primer cuerpo (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38) recoge el código sacrificial del segundo Templo en la época del postexilio y está dirigido a lectores más o menos iniciados en la vida religioso-cultual de la comunidad israelita.


El segundo cuerpo (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20) describe el ceremonial de la consagración sacerdotal de Aarón y sus descendientes.


El tercer cuerpo (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34) está centrado en las normas sobre la pureza o impureza ritual de todo tipo.


Y el cuarto cuerpo (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), denominado Código de Santidad, gira en torno al estribillo: Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo, precisando lo que el israelita debe hacer o evitar para agradar al Señor, su Dios, y comportarse adecuadamente con el prójimo.


El último capítulo (Lev 27:1-34) es un apéndice que se ocupa de señalar, con rigurosa precisión, lo que debe pagarse al santuario en concepto de rescate por personas, animales o cosas que hayan sido previamente consagradas al Señor. Probablemente es un capítulo añadido con posterioridad a la redacción original del libro.


Así pues, por una parte, Levítico proclama y subraya la santidad transcendente de Dios; pero al mismo tiempo indica cómo el israelita fiel puede y debe hacerse partícipe de esa santidad, observando una serie de normas morales y de prácticas rituales que le harán entrar en comunión vital con Dios y lo irán preparando de forma providencial para recibir la revelación de la nueva alianza.


Según esto, podemos ya señalar las líneas fundamentales de la estructura temático-literaria de Levítico. Serían las siguientes:


I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


Los holocaustos (Lev 1:1-17)


Ofrendas de cereal (Lev 2:1-16)


Sacrificios de comunión (Lev 3:1-17)


Sacrificios expiatorios (Lev 4:1-35; Lev 5:1-19)


Administración de las ofrendas y sacrificios (Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


II.— EL ORDEN DEL CULTO (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20)


Consagración de los sacerdotes (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24)


Normas adicionales (Lev 10:1-20)


III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34)


Animales puros e impuros (Lev 11:1-47)


Impureza contraída durante el parto (Lev 12:1-8)


Normas sobre la lepra (Lev 13:1-59; Lev 14:1-57)


Impurezas sexuales (Lev 15:1-33)


El Día de la Expiación (Lev 16:1-34)


IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


Inmolación de animales (Lev 17:1-16)


Prácticas sexuales no permitidas (Lev 18:1-30)


Llamada a la santidad (Lev 19:1-37)


Prácticas religiosas prohibidas (Lev 20:1-27)


Santidad de los sacerdotes y laicos (Lev 21:1-24; Lev 22:1-33)


Calendario de fiestas (Lev 23:1-44)


Prescripciones rituales y otras disposiciones (Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


V.— APÉNDICE (Lev 27:1-34)


Rescate de lo consagrado al Señor (Lev 27:1-34)


Fuente:

Patrocinio

Notas

Levítico 2,1-16Lev 6:14-23; Lev 7:9-10; Núm 15:4-14; Núm 15:20.


Levítico 2,1— ofrenda de cereal: El texto hebreo dice simplemente oblación, ofrenda. Las ofrendas de cereal representaban una alternativa al holocausto para los pobres cuya situación económica no les permitía ofrecer ninguna de las anteriores. En Sal 20:3 esta ofrenda aparece en paralelo con el holocausto.
Levítico 2,2Isa 60:6; Jer 6:20.
Levítico 2,3— descendientes: Lit. hijos.
Levítico 2,11Lev 6:16; Lev 23:6; (ver Éxo 12:15-20).
Levítico 2,11— levadura o miel: La levadura y la miel producen fermentación y por ese motivo eran consideradas ritualmente impuras.
Levítico 2,12— ofrenda de primicias: Las primicias o primeros frutos de la cosecha pertenecen a Dios (ver Éxo 34:26).
Levítico 2,13Eze 43:24; (ver Núm 18:9 y Mar 9:49-50).
Levítico 2,13— sazonarás con sal: La sal se utilizaba principalmente para conservar los alimentos. De ahí su uso durante la firma de tratados o alianzas para simbolizar el carácter duradero de los mismos. En el sistema sacrificial, sirve de recordatorio de la alianza eterna de Dios con su pueblo.
Levítico 2,14Ver Deu 26:1-10.