Deuteronomio  3 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 29 versitos |
1

Derrota de Og, rey de Basán

(Nm 21:31-35)

Después torcimos y nos dirigimos hacía Basán *. Pero, Og, rey de Basán, nos salió al encuentro con todas sus tropas, dispuesto a presentarnos batalla en Edreí º.
2 Entonces el Señor me dijo: No le tengas miedo, porque lo he entregado en tu poder con todo su pueblo y su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos, que vivía en Jesbón.
3 El Señor nuestro Dios nos entregó también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo, y nadie vivió para contarlo.
4 Conquistamos todas sus ciudades sin que quedara ciudad de la que no nos apoderásemos: en total sesenta ciudades, es decir, toda la región de Argob, del reino de Og, en Basán;
5 todas ellas ciudades fortificadas, con altas murallas y portones con trancas; sin contar muchas otras aldeas pereceas º sin amurallar.
6 Y las consagramos al exterminio º, igual que habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón, matando en cada ciudad a hombres, mujeres y niños;
7 pero nos quedamos con los ganados y el despojo de las ciudades.
8 Así fue como, en aquella ocasión, conquistamos el territorio de los dos reyes amorreos al otro lado del Jordán: desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón º
9 (al cual los sidonios llaman Sirión y los amorreos Senir);
10 todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán, hasta Salcá y Edreí, ciudades que pertenecían al reino de Og en Basán.
11 En cuanto a Og, rey de Basán, era el último superviviente de la raza de los gigantes, como puede apreciarse por su sarcófago de basalto, * que se encuentra todavía en Rabat de los amonitas y que mide cuatro metros y medio de largo por dos de ancho º.
12

Reparto de Transjordania

Una vez que nos apoderamos de esa tierra, di a Rubén y a Gad la mitad de la serranía de Galaad con todas sus ciudades: desde Aroer hasta el torrente Arnón. º
13 A la media tribu de Manasés º le di todo Basán, es decir, el reino de Og, y la parte restante de Galaad. (La región entera de Argob y de Basán era conocida como el país de los refaítas.
14 Y sucedió que Jaír, hijo de Manasés, se adueñó de toda la región de Argob hasta el límite con Guesur y Maacá º, y puso su propio nombre a esa parte de Basán llamándola: Aldeas de Jaír, que es el nombre que aún conservan).
15 A Maquir º le di Galaad.
16 A las tribus de Rubén y de Gad les di una parte de Galaad: por un lado, hasta el Arnón, siendo frontera la mitad del torrente; por otro lado, hasta el torrente Yaboc, frontera de los amonitas;
17 además, hacia el oriente, la Arabá y el Jordán hacían de frontera, desde el lago Kinéret º hasta el mar de la Arabá, que es el Mar Muerto, al pie de las laderas del Pisga.
18 En aquel tiempo les ordené lo siguiente: “El Señor su Dios, les ha dado en posesión esta tierra. Ahora, pues, que todos los guerreros tomen sus armas y avancen al frente de sus hermanos israelitas.
19 Solo sus mujeres, sus niños y sus ganados —sé que sus ganados son abundantes— se quedarán en las ciudades que les he dado.
20 Y no regresarán a la heredad que les he dado hasta que el Señor, su Dios, no conceda también a sus hermanos el reposo, como ha hecho con ustedes, y tomen posesión, ellos también, de la tierra que el Señor les da al otro lado del Jordán”.
21 Y a Josué también le hice esta advertencia: “Tú has visto con tus propios ojos todo lo que el Señor, su Dios, ha hecho con estos dos reyes. º Pues lo mismo hará el Señor con el resto de los reinos por donde has de pasar.
22 No les tengan miedo, porque el Señor, su Dios, luchará a favor de ustedes”.
23

Dios prohíbe a Moisés entrar en Canaán

Hice entonces al Señor esta súplica:
24 “Señor mi Dios, tú has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues ¿qué Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las hazañas y proezas que tú haces?
25 Déjame, te ruego, pasar a ver esa tierra fértil que está al otro lado del Jordán, esa hermosa montaña y el Líbano”.
26 Pero por culpa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me concedió lo que le pedí, sino que me respondió: ¡Basta ya; no me hables más de este asunto!
27 Sube a la cima del Pisga * y extiende tu mirada hacia los cuatro puntos cardinales º. Contempla lo que ves con tus ojos, porque tú no cruzarás el Jordán. º
28 Dale a Josué las debidas instrucciones; infúndele valor y ánimo; porque él pasará al frente del pueblo, y él les repartirá la tierra que vas a ver.
29 Y nos quedamos en el valle, frente a Bet Peor º.

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Introducción a Deuteronomio 

INTRODUCCIÓN


El libro de Números se centra sobre todo en narrar la marcha de los israelitas a través del desierto, camino de la tierra prometida. Fue esta una vivencia histórica que dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Israel. Los profetas Oseas y Jeremías describen esta época con rasgos netamente positivos, como el tiempo de las relaciones ideales entre Dios y su pueblo (Jer 2:2-3; Ose 2:14-21). Para la escuela deuteronomista es el tiempo y el lugar en que Dios pone a prueba a su pueblo (Deu 8:2-6), una prueba de la que no siempre los israelitas salieron bien parados, como lo hace notar el profeta Ezequiel (Eze 20:1-49) y también el salmista que invita a su generación a no comportarse como lo hizo la generación del desierto, generación terca y rebelde que no fue fiel a Dios (Sal 78:8).


Llegados los tiempos de la Nueva Alianza, Juan Bautista y Jesús de Nazaret buscarán repetir esta experiencia del desierto (Mat 3:1; Mat 4:1; Luc 1:80) tratando de encontrarse allí con Dios, de ser plenamente fieles a los planes divinos y de introducir al nuevo pueblo de Dios en la verdadera “tierra prometida”, una tierra que de veras mane leche y miel.


1. Título y texto


Siguiendo la costumbre semita de referirse a los libros bíblicos por sus primeras palabras, los judíos designaban a este libro —que hoy denominamos de NÚMEROS— con el título de “y él habló” y más comúnmente con el de bemidbar, es decir “en el desierto”, que es el que mejor corresponde al contenido y el que actualmente lleva en la Biblia hebrea.


El título castellano actual —libro de Números— procede de la versión griega de los LXX y se debe al interés del autor o autores del mismo por los censos, y a las abundantes cifras que se consignan en él.


En cuanto al texto hebreo que ha llegado hasta nosotros, hay que decir que el de Números presenta un excelente estado de conservación; sólo hay que exceptuar algún que otro versículo en pasajes poéticos (ver Núm 21:14; Núm 21:30 y Núm 24:22-24). Como testigos cualificados del texto primitivo disponemos del Texto Masorético, de la traducción griega de los LXX, del Pentateuco Samaritano y de algunos manuscritos de Qumrán (4QNm). Entre las traducciones antiguas merecen también mencionarse el targum arameo de Ónkelos, la Peshita siriaca y la Vulgata latina.


2. Contexto histórico


El libro de Números se sitúa históricamente en la época de formación del pueblo israelita, concretamente abarca el tramo que va desde la teofanía del Sinaí (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35) hasta su llegada a las llanuras de Moab, en la ribera oriental del Jordán (Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25; Núm 25:1-18; Núm 26:1-65; Núm 27:1-23; Núm 28:1-31; Núm 29:1-40; Núm 29:40-15; Núm 31:1-54; Núm 32:1-42; Núm 33:1-56). En este sentido podemos decir que Números continúa la trama narrativa de Éxodo y enmarca geográficamente los discursos parenéticos del Deuteronomio.


Es difícil para el historiador precisar el contorno exacto de los acontecimientos que tuvieron lugar en este período y que podrían fecharse en el último cuarto del segundo milenio a. C. Parece que diversos clanes seminómadas, unos procedentes de Egipto y otros oriundos de Canaán, pero étnicamente afines, se fusionaron para dar origen a una nación fuertemente aglutinada por lazos sobre todo religiosos. Ni los restos arqueológicos ni los textos extrabíblicos de la época nos proporcionan noticias sobre ello; se limitan a constatar movimientos de diversos grupos tribales en el marco de las migraciones de distintos clanes seminómadas en dirección a Palestina. Pero los avatares vividos por los clanes israelitas en esta marcha hacia Palestina dejaron un recuerdo perdurable en su memoria: incidentes de todo tipo, conflictos entre los componentes de las distintas tribus, derrotas sufridas, victorias obtenidas, itinerarios recorridos. El libro de Números es una evocación teológico-literaria de todas estas vivencias; ello hace que bastantes datos resulten poco verosímiles históricamente hablando. A la hora de organizar los materiales que integran el libro de Números, el autor tiene ante todo un interés religioso que relega a un segundo plano la precisión histórica.


3. Proceso de composición


Como el resto de los libros que integran el Pentateuco, el libro de Números es el resultado de un largo y complejo proceso redaccional. Remitimos sobre el particular a lo dicho en la introducción general al Pentateuco. Así pues, también en Números están presentes los grandes estratos literarios que conocemos con el nombre de tradición yavista (J), tradición elohista (E) y tradición sacerdotal (P). Los textos yavistas, más vinculados a las tribus del sur, resaltan sobre todo los aspectos humanos de los orígenes históricos del pueblo israelita e insisten en su destino universal (Núm 22:1-41; Núm 24:1-25); los elohistas, por su parte, ponen énfasis en la unidad de la nación que se está gestando, condenan cualquier tendencia separatista (Núm 16:12-34) y alumbran el despertar de la institución profética (Núm 11:25-29).


Pero es sobre todo la tradición sacerdotal la que vertebra de principio a fin el libro de Números. Podemos decir al respecto que autores de la escuela sacerdotal han reelaborado profundamente las antiguas tradiciones yavistas y elohistas, aportando al mismo tiempo una gran cantidad de materiales nuevos; con ello han dado origen a una obra que podemos considerar nueva, tanto en la forma como en el fondo. Por lo demás, lo mismo que en Éxodo y Deuteronomio, en el libro de Números alternan secciones narrativas y legales, de forma que los pasajes narrativos son como el marco de los textos legales y cultuales.


4. Contenido teológico y claves de lectura


Se ha dicho más arriba que el contenido teológico fundamental de Números está sobre todo inspirado por la tradición sacerdotal que considera a Israel no tanto como una nación más, implicada en la vida política internacional y preocupada por tanto de su organización militar, cuanto como una comunidad dedicada a rendir culto al Señor, su Dios. Así las cosas, todo en esta comunidad está perfectamente regulado, hasta en sus más mínimos detalles, por la voluntad divina. Aunque aparentemente es Moisés el que preside y guía a la comunidad, quien realmente la gobierna es la palabra del Señor.


Al ser un pueblo en marcha —la larga marcha a través del desierto—, Israel no dispone de un santuario asentado de manera estable en un lugar concreto, sino que Dios se hace presente, es decir mora (de donde el nombre peculiar del santuario: la Morada) en una Tienda movible y transportable; nadie puede monopolizar la presencia del Señor al mismo tiempo protectora y temible. Por su parte, la institución de los sacerdotes y levitas actúa de pararrayos para que el pueblo, tantas veces infiel y pecador, no sea fulminado por la cólera divina (Núm 8:19; Núm 16:47-48). Cabría, pues, decir que la marcha de los israelitas a través del desierto tiene más de procesión litúrgica y de camino teológico que de organización y marcha cívico-militar. En esta marcha teológica es posible reconocer una secuencia de momentos que se repiten una y otra vez: gracia, pecado, castigo, conversión y de nuevo gracia. Dicha secuencia —en la que la gracia es el momento clave— constituye uno de los principales ejes teológicos del libro. Con ello la comunidad del desierto se convierte en punto de referencia para el pueblo de Dios de todos los tiempos: al verse reflejada en el libro de Números, la comunidad eclesial comprenderá que es un pueblo en marcha, un pueblo de profetas, un pueblo dirigido por la palabra divina y dedicado a servir al Señor.


Digamos finalmente que, dentro del libro de Números, los textos de mayor calado y densidad teológica son los cuatro poemas que el autor pone en boca de Balaán, el singular protagonista de los cps. Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25, y que pertenecen a las antiguas tradiciones yavista y elohista. En ellos se enfatizan los temas de la elección y la bendición divina que a través de Israel alcanzan al resto de la humanidad, temas cuya presencia mitiga en cierta manera la escasa presencia en Números de temas tan capitales como la creación, la promesa, la alianza o la ley.


5. Estructura


Según sean los criterios —geográficos, literarios o temáticos— que con preferencia se utilicen, así será la estructura que se aplique a Números. Si utilizamos criterios geográficos, cabría distinguir tres partes:


a) Núm 1:1-54Núm 10:1-10 : estancia en el Sinaí;


b) Núm 10:11-36Núm 21:1-35 : marcha desde el Sinaí hasta Transjordania; y


c) Núm 22:1-41Núm 36:1-13 : acampada en las llanuras de Moab.


Pero cabe también utilizar criterios literario-temáticos como son los dos censos de Núm 1:1 ss y Núm 26:1 ss y como es el hecho de que Núm 1:1-54Núm 25:1-18 tenga como protagonista a la generación que salió de Egipto, mientras que en Núm 26:1-65Núm 36:1-13 lo es la generación que, totalmente renovada, se encamina hacia la tierra prometida. En la presente traducción seguimos este segundo modelo que articulamos como sigue:


I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (Núm 1:1-54Núm 25:1-18)


EN SINAÍ (Núm 1:1Núm 10:10)


Organización del campamento (Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49)


Leyes diversas y bendición sacerdotal (Núm 5:1-31; Núm 6:1-27)


Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (Núm 7:1-89; Núm 8:1-26)


Celebración de la Pascua y partida (Núm 9:1-10, Núm 10:1-10)


DESDE SINAÍ HASTA TRANSJORDANIA (Núm 10:11-36Núm 25:1-18)


De Sinaí a Cadés (o Parán) (Núm 10:11-36; Núm 11:1-35; Núm 12:1-16)


En Cadés y su entorno (Núm 13:1-33; Núm 14:1-45; Núm 15:1-41; Núm 16:1-50; Núm 16:36-48; Núm 18:1-32; Núm 19:1-22; Núm 20:1-13)


De Cadés a Moab (Núm 20:14-29; Núm 21:1-35)


En la estepa de Moab (Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25; Núm 25:1-18)


II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (Núm 26:1-65Núm 36:1-13)


Normas sobre la ocupación de la tierra (Núm 26:1-65Núm 31:1-54)


Ocupación de Transjordania y últimas disposiciones (Núm 32:1-42Núm 36:1-13)


Fuente:

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Notas

Deuteronomio  3,1— Basán... Edreí: Situada al este-nordeste del lago de Galilea, Basán era una región de altas mesetas, famosa por sus fecundas tierras (ver Sal 22:11). En cuanto a Edreí, era un lugar situado en la zona sur de Basán.


Deuteronomio  3,5— pereceas: Los fereceos o perezitas son los habitantes de la campiña cuyas aldeas no estaban fortificadas.
Deuteronomio  3,6— las consagramos al exterminio: Ver nota a Deu 2:34.
Deuteronomio  3,8— el monte Hermón: Constituía la frontera natural entre Palestina y Siria, en el extremo norte de Basán.
Deuteronomio  3,11— sarcófago de basalto: Posible referencia a alguno de esos enormes dólmenes que pueden verse todavía en varias regiones al este del Jordán. Alguna tradición popular posterior identificó aquel monumento con la cama o el sarcófago de este rey, a quien se le atribuía una estatura colosal.

— cuatro metros y medio de largo por dos de ancho: Lit. nueve codos de largo por cuatro codos de ancho según el codo corriente. Ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.
Deuteronomio  3,12Ver Jos 13:8-33.
Deuteronomio  3,13— la media tribu de Manasés: Esta expresión hace referencia a la mitad de dicha tribu que se asentó al oriente del Jordán. La otra mitad se estableció más tarde en la ribera opuesta.
Deuteronomio  3,14— Guesur y Maacá: Se trata de dos pequeños reinos situados al norte de Basán (ver Núm 32:41).
Deuteronomio  3,15— Maquir: Según Núm 32:39 y 1Cr 7:14, Maquir es uno de los hijos de Manasés.
Deuteronomio  3,17— lago Kinéret: Más comúnmente conocido como mar o lago de Galilea, de Genesaret o de Tiberíades.
Deuteronomio  3,21Deu 2:26-37; Deu 3:1-11.
Deuteronomio  3,27Deu 32:48-52; Núm 27:12-14.
Deuteronomio  3,27— la cima del Pisga: El monte Pisga, situado al nordeste del Mar Muerto, cerca del monte Nebo, era un lugar excelente para que Moisés pudiera tener una visión panorámica de la tierra prometida que se encontraba al oeste del Jordán (ver Deu 32:48-49).

— hacia los cuatro puntos cardinales: Lit. del oeste al norte y del sur al este.
Deuteronomio  3,29— Bet Peor: Lit. casa o templo de Peor. Lugar de Moab, de ubicación incierta, cercano al monte Pisga (ver Jos 13:20). Este lugar trae al recuerdo el incidente de Baal-Peor, en dónde los israelitas cayeron en la idolatría rindiendo culto al dios cananeo Baal (Núm 25:9; Núm 31:16; Jos 22:17).