Filipenses 3 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 21 versitos |
1

II.— ADVERTENCIAS Y EXHORTACIONES (3:1—4:9)

La verdadera fuente de salvación

Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. No me molesta escribirles las mismas cosas, si a ustedes les proporciona seguridad. º
2 ¡Ojo con esos perros *, con esos perversos agitadores, con esos que se empeñan en mutilarse º! º
3 ¡Nosotros somos los auténticos circuncidados! ¡Nosotros los que ofrecemos un culto nacido del Espíritu divino *! ¡Nosotros los que estamos orgullosos de Cristo Jesús y no hemos puesto en algo humano º nuestra confianza! º
4 Y eso que yo tengo buenas razones, muchas más que cualquier otro, para poner mi confianza en lo humano:
5 fui circuncidado a los ocho días de nacer, soy de raza israelita, de la tribu de Benjamín *, hebreo de pies a cabeza º. En lo que atañe a mi actitud ante la ley, fui fariseo; º
6 apasionado perseguidor de la Iglesia y del todo irreprochable en lo que se refiere al recto cumplimiento de la ley. º
7 Pero lo que constituía para mí un motivo de gloria, lo juzgué deleznable por amor a Cristo.
8 Más aún, sigo pensando que todo es deleznable en comparación con lo sublime que es conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él renuncié a todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.
9 Quiero vivir unido a él, no por la rectitud que viene del cumplimiento de la ley, sino por la que nace de haber creído en Cristo, es decir, la que Dios nos concede por razón de la fe.
10 Quiero conocer a Cristo, experimentar el poder de su resurrección, compartir sus padecimientos y conformar mi muerte con la suya. º
11 Espero así participar de la resurrección de entre los muertos.
12

En busca del premio

No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o conseguido la perfección, pero me esfuerzo en conquistar aquello para lo que yo mismo he sido conquistado º por Cristo Jesús. º
13 Y no me hago la ilusión, hermanos, de haberlo ya conseguido; pero eso sí, olvido lo que he dejado atrás y me lanzo hacia adelante
14 en busca de la meta, trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde lo alto º.
15 Esto deberíamos pensar los que presumimos de creyentes º. Y si ustedes piensan algo distinto, que Dios los ilumine también en este punto.
16 De todos modos, sigamos adelante por el camino recorrido.
17 Sigan, hermanos, mi ejemplo y fíjense en aquellos que nos han tomado º como modelo de conducta. º
18 Porque hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo; lo he dicho muchas veces y lo repito ahora con lágrimas en los ojos. º
19 Su paradero es la perdición; su dios, el vientre º; su orgullo, aquello que debería avergonzarlos; su pensamiento, las cosas terrenas. º
20 Nosotros, en cambio, somos ciudadanos de los cielos y esperamos impacientes que de allí nos venga el salvador: Jesucristo, el Señor. º
21 Él será quien transforme nuestro frágil cuerpo mortal en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud de la capacidad que tiene para dominar todas las cosas. º

Patrocinio

 
 

Introducción a Filipenses

INTRODUCCIÓN


1. Pablo y Filipos


Filipos fue la primera ciudad europea evangelizada por Pablo. Arribó allí el Apóstol acompañado de Timoteo, Silas — y tal vez Lucas — en el curso de su segundo viaje misionero después de atravesar el Asia Menor y cruzar el Helesponto (ver Hch 16:6-12). Ciudad importante de la provincia romana de Macedonia, situada a poca distancia de la costa del mar Egeo y al borde de la “Via Egnatia” — la célebre calzada romana que unía Oriente y Occidente — , la población de Filipos estaba constituida en tiempos de Pablo sobre todo por gentes de origen latino. Era, en efecto, una especie de “colonia romana” dedicada a residencia y descanso de los veteranos del ejército de Roma. Gozaba por lo mismo de notables privilegios civiles, tales como el de ser regida por el derecho itálico y gobernada por dos jefes militares llamados estrategoi (ver Hch 16:35) a semejanza de los cónsules de Roma. El núcleo judío de Filipos debía ser por entonces más bien escaso (ver Hch 16:13).


La acción evangelizadora de Pablo y sus colaboradores en Filipos no debió prolongarse durante mucho tiempo. Pero fue eficaz y, al tener que abandonar la ciudad, Pablo dejó allí una comunidad que creció rápidamente y que, además, se mantuvo siempre fiel y unida al Apóstol con el que mantuvo unas singulares relaciones de mutuo afecto y apoyo. En varias ocasiones envió ayuda material a Pablo (ver Flp 4:15-16; 2Co 11:9), se mostró particularmente generosa en la colecta organizada por Pablo a favor de las iglesias necesitadas de Judea (2Co 8:1-5) y, cuando se entera de que Pablo se encuentra encarcelado, no pierde tiempo para acudir en su ayuda enviando a Epafrodito con abundantes socorros económicos (Flp 4:10-20). Precisamente este último hecho está, sin duda, en el origen de la carta a los Filipenses (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Flp).


2. Circunstancias y peculiaridades de la carta


A primera vista, Flp es una carta en la que Pablo agradece la ayuda recibida. De paso, aprovecha la ocasión para dar unos cuantos buenos consejos a sus queridos cristianos de Filipos y para ponerlos en guardia contra una serie de peligros procedentes de ciertos predicadores judaizantes. La carta habría sido escrita durante una más que probable prisión del Apóstol en Éfeso, entre los años 53-55 d. C. Esta es hoy la opinión mayoritaria frente a la que años atrás situaba la composición de la carta durante la primera prisión de Pablo en Roma, entre los años 60-62.


Pero una lectura atenta de la carta permite descubrir en ella al menos un par de cortes (Flp 3:2 y Flp 4:10) que sugieren — como en el caso de 2 Co — la posibilidad de varias cartas distintas en origen. En este sentido se manifiestan autores contemporáneos cada vez más numerosos, de distinta procedencia y de reconocida autoridad. Hablan de dos e incluso de tres cartas: una de agradecimiento, escrita al comienzo de la prisión (Flp 4:10-20); otra más extensa, en un momento ya avanzado de su encarcelamiento (Flp 1:1Flp 3:1 y Flp 4:2-7; Flp 4:21-23); y una tercera, escrita ya fuera de la cárcel, de carácter marcadamente polémico contra los propagandistas judaizantes (Flp 3:2Flp 4:1; Flp 4:8-9). Es esta una hipótesis razonable que no debe ser descartada. En cualquier caso, nadie pone en duda la autenticidad paulina del texto completo que ha llegado hasta nosotros. Un texto con rasgos netamente epistolares, sin aspiraciones a constituir una reflexión sistemática, y con un tono casi siempre cercano y cordial que hacen de Flp la más familiar entre todas las cartas paulinas.


3. Contenido de la carta


Sea lo que sea sobre la unidad redaccional de la carta, en su estado actual hay varias ideas que se hacen presentes a lo largo de toda ella y que le confieren una cierta unidad de contenido. Destaquemos la repetida invitación a la alegría (Flp 1:8; Flp 1:4; Flp 1:25; Flp 2:2; Flp 2:17-18; Flp 2:28-29; Flp 3:1; Flp 4:1; Flp 4:10); el gozo y la preocupación del Apóstol por que los filipenses crezcan en la fe y se consoliden en la armonía y el amor cristiano (Flp 1:7-10; Flp 2:1-4; Flp 2:14; Flp 3:15; Flp 4:2); y de manera especial se resalta el papel protagonista que Cristo desempeña en la vida de Pablo y que tiene que desempeñar en la de todo cristiano (Flp 1:13-23; Flp 2:6-11; Flp 3:7-11; Flp 4:13).


La carta comienza con un saludo, una acción de gracias y una constatación emocionada del amor entrañable que Pablo siente por los filipenses (Flp 1:1-11). Sigue una reflexión sobre las consecuencias de la prisión de Pablo en relación con el anuncio del evangelio (Flp 1:12-29) y sobre la necesidad de seguir el ejemplo de Cristo (Flp 2:1-18). Unas noticias referentes a Timoteo y Epafrodito (Flp 2:19-30) preceden a una enérgica llamada de atención ante la presencia de predicadores judaizantes en Filipos (Flp 3:1-16), ante ciertas conductas inmorales (Flp 3:17-21) y ante el peligro de rivalidades y celos estériles en el seno de la comunidad (Flp 4:1-3). Nueva invitación a la alegría y a tomar en consideración todo lo que sea bueno, venga de donde venga (Flp 4:4-9). El tramo final — que puede constituir, como se ha dicho, una carta independiente — se hace eco de la sincera gratitud de Pablo por la generosa ayuda recibida de los filipenses (Flp 4:10-20).


4. Estructura de la carta


— Introducción (Flp 1:1-11)


I. — PAPEL CENTRAL DE CRISTO (Flp 1:12Flp 2:30)


II. — ADVERTENCIAS Y EXHORTACIONES (Flp 3:1Flp 4:9)


— Conclusión (Flp 4:10-23)


Fuente:

Patrocinio

Notas

Filipenses 3,1Flp 1:4; Flp 2:18; Flp 2:28-29; 2Co 13:11; 1Ts 5:16.


Filipenses 3,22Co 11:13; Gál 5:12.
Filipenses 3,2— perros: Duro apelativo utilizado habitualmente para apostrofar a quienes son considerados enemigos irreconciliables (ver Mat 7:6; Apo 22:15). Los judíos denominaban así con frecuencia a los no judíos. En este pasaje, Pablo aplica el calificativo a los partidarios de la circuncisión.

— mutilarse: El texto griego presenta un juego de palabras con el que Pablo se refiere despectiva y sarcásticamente a la circuncisión, equiparándola en cierto modo a las “mutilaciones” sangrientas prohibidas por la ley (ver Lev 21:5; 1Re 18:25).
Filipenses 3,3— del Espíriutu divino: Según variante de bastantes mss., habría que traducir: los que ofrecemos a Dios un culto espiritual; o bien: nosotros somos los verdaderos adoradores de Dios.

— en algo humano: Lit. en la carne. Ver nota a Rom 7:5.
Filipenses 3,3Deu 10:16; Rom 2:28-29; Rom 12:1; Col 2:11.
Filipenses 3,5— Benjamín: Tribu muy venerada entre los israelitas por cuanto de ella surgió su primer rey (Saúl) y más tarde, al menos una parte de ella, debió permanecer fiel a la dinastía de David (ver 1Re 12:21).

— de pies a cabeza: A pesar de haber nacido fuera de Palestina, concretamente en Tarso de Cilicia, Pablo habla la lengua de sus antepasados (Hch 21:40) y está plenamente enraizado en la tradición palestinense (Hch 23:6).
Filipenses 3,5Gén 17:12; Lev 12:3; Luc 1:59; Luc 2:21.
Filipenses 3,6Hch 8:3; Hch 9:1-2; Hch 9:13-14; Hch 22:4; Hch 26:9-11; 1Co 15:9; Gál 1:13; Gál 1:23; 1Ti 1:13-14.
Filipenses 3,10Rom 6:4-9; Rom 8:17; 2Co 4:10-14; Gál 6:17 (ver Jua 11:24-26).
Filipenses 3,12— he sido conquistado: otra posible traducción sería: pero me esfuerzo en conquistar esa perfección por cuanto yo mismo he sido conquistado por Cristo. Parece clara la alusión de Pablo a su experiencia en el camino de Damasco (Hch 9:3-8). Nótese la presencia, una vez más, del vocabulario propio de las competiciones deportivas (ver Flp 2:16; 1Co 9:24-27).
Filipenses 3,12Hch 9:5-6; Gál 1:15-16; 1Ti 6:12.
Filipenses 3,14— ... desde lo alto: Podría también traducirse: el trofeo, es decir, los bienes celestiales a los que Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.
Filipenses 3,15— de creyentes: Lit. de perfectos, es decir, de maduros y bien formados en la fe.
Filipenses 3,171Co 4:16; 1Co 11:1; 1Ts 1:6; (ver Efe 5:1; 1Pe 5:3).
Filipenses 3,17— nos han tomado: No deja de sorprender esta utilización del plural que aparece de vez en cuando en Pablo y que no tiene fácil explicación. (Ver notas a 2Co 1:4; 2Co 6:11 y 2Co 8:18.).
Filipenses 3,181Co 1:17-18; 1Co 1:23; Gál 6:12.
Filipenses 3,19Mat 6:19; Rom 8:5-6; Col 3:2.
Filipenses 3,19— vientre: Probable alusión a las prescripciones alimenticias ordenadas por los defensores de la ley judía (ver Rom 16:18; Col 2:16; Col 2:20-21). Pero puede también referirse a la sujeción tiránica al apetito sensual.
Filipenses 3,20Efe 2:19; Heb 11:10; Heb 11:16; Heb 12:22; Heb 13:14.
Filipenses 3,211Co 15:27-28; 1Co 15:42-53; Heb 2:8.