Levítico 4 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 35 versitos |
1

Sacrificios expiatorios (4—5)

Ofrenda de purificación por pecados involuntarios

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Habla a los israelitas y diles: Esto harán cuando alguien peque inadvertidamente contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo prohibido:
3

Por el pecado del sacerdote ungido

Si es el sacerdote ungido º el que ha pecado, haciendo con ello culpable al pueblo, ofrecerá al Señor un novillo sin defecto alguno como ofrenda de purificación por el pecado que ha cometido. º
4 Traerá el novillo ante el Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará en presencia del Señor.
5 El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la traerá a la Tienda del encuentro;
6 luego mojará su dedo en la sangre y hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario, en presencia del Señor.
7 Seguidamente el sacerdote untará con un poco de esa sangre los salientes * del altar del incienso aromático º que está en la Tienda del encuentro ante el Señor y derramará el resto de la sangre del novillo al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro. º
8 A continuación tomará toda la grasa del novillo ofrecido en sacrificio de purificación: la grasa de las vísceras y la de las entrañas;
9 asimismo los dos riñones con su grasa, la grasa de los lomos y el lóbulo del hígado que se extraerá junto con los riñones.
10 Todo esto lo separará como se hace con la res para el sacrificio de comunión, y el sacerdote lo quemará en el altar del holocausto.
11 El resto de la carne y la piel del novillo, con su cabeza, sus piernas, sus intestinos y sus excrementos,
12 todo lo que quede del novillo, lo sacará fuera del campamento a un lugar puro, al vertedero de las cenizas, y lo quemará sobre la leña. En el vertedero de las cenizas será todo quemado º. º
13

Por el pecado del pueblo

Si es toda la comunidad israelita la que ha pecado, sin ser consciente de ello, pero haciéndose culpable al violar, aunque inadvertidamente, alguno de los mandamientos del Señor,
14 cuando la comunidad se dé cuenta del pecado que ha cometido, ofrecerá un novillo como sacrificio de purificación. Traerán el novillo delante de la Tienda del encuentro
15 y los líderes º de la comunidad pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo en presencia del Señor, degollándolo seguidamente ante el Señor.
16 El sacerdote ungido llevará a continuación una parte de la sangre del novillo a la Tienda del encuentro,
17 mojará su dedo en la sangre y, en presencia del Señor, hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario.
18 Untará luego con la sangre los salientes del altar que está ante el Señor en la Tienda del encuentro, y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda del encuentro.
19 Separará del novillo toda la grasa y la quemará sobre el altar,
20 haciendo con este novillo lo mismo que se hace con el novillo de la ofrenda de purificación º. El sacerdote hará así expiación por ellos, y serán perdonados. º
21 Sacará después el novillo fuera del campamento y lo quemará como hizo con el primer novillo. Es el sacrificio de purificación por la comunidad.
22

Por el pecado de los jefes

Si es un jefe º el que ha pecado, violando alguno de los mandamientos del Señor su Dios y convirtiéndose así en culpable al hacer, aunque inadvertidamente, algo que está prohibido,
23 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto alguno.
24 En presencia del Señor pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto; es un sacrificio de purificación.
25 El sacerdote mojará seguidamente su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación y untará con ella los salientes del altar del holocausto, derramando el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.
26 Luego quemará toda la grasa sobre el altar, como se quema la grasa del sacrificio de comunión. Así el sacerdote expiará el pecado del jefe y este será perdonado.
27

Por el pecado de alguien del pueblo

Si es alguien del pueblo de la tierra º el que ha pecado inadvertidamente, pero se ha hecho culpable al violar alguno de los mandamientos del Señor y hacer algo que está prohibido,
28 tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda por su pecado una cabra sin defecto alguno.
29 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima ofrecida como sacrificio de purificación y la degollará en el lugar del holocausto.
30 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.
31 Le quitará toda la grasa, como en el sacrificio de comunión y la quemará sobre el altar en olor grato al Señor. El sacerdote hará así expiación por él, y será perdonado.
32 Si es un cordero lo que presenta como ofrenda por el pecado, deberá ser una hembra sin defecto alguno.
33 Pondrá su mano sobre la cabeza del animal ofrecido como expiación y lo degollará para que sirva de purificación en el lugar donde se degüella el holocausto.
34 Luego el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la ofrenda de purificación, untará con ella los salientes del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.
35 Le quitará toda la grasa, como se hace con el cordero del sacrificio de comunión, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. El sacerdote hará así expiación por el pecado que tal persona cometió, y esa persona será perdonada.

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Introducción a Levítico

INTRODUCCIÓN



Abre mis ojos —proclama el salmista— para que vea las maravillas de tu ley (Sal 119:18). Con estas palabras no sólo expresa su ardiente deseo de entender lo maravilloso de la palabra divina, sino también que estas maravillas no siempre se manifiestan claramente. Esta realidad se hace particularmente patente en el libro de Levítico, el tercer libro de la Biblia, donde el lector se enfrenta a complicadas prescripciones rituales y a leyes con frecuencia un tanto sorprendentes, cuya finalidad no es fácilmente discernible y asimilable para nuestra mentalidad contemporánea. Es importante y altamente provechoso, sin embargo, captar el profundo sentido de transcendencia divina y de preocupación por cuidar la dimensión religiosa del ser humano, que alientan las páginas de este libro, a primera vista extraño a nuestra sensibilidad actual y en consecuencia de lectura no muy atractiva. A este respecto, no debe olvidarse que a Levítico pertenece el mandamiento de “amar al prójimo como a uno mismo” (Lev 19:18), mandamiento que Jesús recoge en su mensaje como uno de los componentes esenciales de la ética cristiana (Mar 12:31). Es este sentido ético el que penetra la mayor parte de las prescripciones rituales contenidas en Levítico y el que nos invita a leerlo, si no con un entusiasmo desbordante, sí con interés y respeto.


1. Título y texto


El nombre —LEVÍTICO— con que actualmente conocemos este libro no es el original de la Biblia hebrea. Los israelitas lo designaban con la primera palabra del mismo, a saber, Vayiqrá que significa: “y él llamó.”


Fue la traducción griega llamada de los LXX, y tras sus huellas la traducción latina llamada Vulgata, la que asignó al libro el nombre de Levítico (Levitikon, Liber Leviticus) en razón de que sus principales protagonistas (Aarón y sus descendientes sacerdotes encargados de todo lo referente al culto divino) pertenecen a la tribu de Leví. En cuanto a los levitas estrictamente tales, es decir, la institución encargada de ayudar y colaborar con la clase sacerdotal en la organización del culto, sólo son mencionados en Lev 25:32-34.


El texto hebreo de Levítico ha llegado hasta nosotros a través de la tradición masorética, de los manuscritos encontrados en los descubrimientos de Qumrán, y del Pentateuco Samaritano. A su vez, las antiguas traducciones al griego (los LXX), al arameo (los llamados “targumes”), al siriaco (la Peshita) y al latín (la Vulgata) revelan, aunque a veces con significativas variantes, un texto hebreo sustancialmente equivalente al hebreo del Texto Masorético y de los manuscritos de Qumrán.


2. Proceso de composición


Como los otros cuatro libros del Pentateuco, Levítico es el resultado de un proceso redaccional, sin duda, bastante complejo. Prácticamente nadie sostiene en la actualidad que Moisés pueda ser directamente su autor. Se piensa más bien que fue elaborado en una época mucho más reciente, concretamente en la época del postexilio, cuando los israelitas, privados de las dos instituciones clave en su historia precedente —la monarquía y el profetismo— vuelven los ojos al culto, al Templo y a la institución sacerdotal como único punto de referencia para seguir subsistiendo como nación. Es, pues, Levítico una obra básicamente sacerdotal que, a la vuelta del exilio, está muy preocupada por salvaguardar la identidad del pueblo elegido. Se trata de recordar y purificar de toda escoria las antiguas normas cultuales, adaptándolas a la situación actual de la comunidad; se trata de alumbrar una piedad más personal e interior que la de tiempos pasados, restaurando unas prácticas rituales correctas, pero promoviendo también unos valores éticos que hagan a la comunidad israelita moralmente superior a los demás pueblos. Para ello se prescribe una serie de normas que, enraizadas en la alianza del Sinaí, se colocan a la sombra de Moisés y se avalan con la autoridad directa del Señor.


Así pues, la mayor parte del libro de Levítico pertenece al estrato de la tradición sacerdotal del Pentateuco, que data en su conjunto de la época del destierro en Babilonia y conoce su redacción definitiva en el inmediato postexilio. Pero ello no impide que el redactor o redactores del libro hayan utilizado materiales más antiguos, entre ellos el llamado Código de Santidad (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), pertenecientes muchos de ellos al período preexílico.


3. Contenido y estructura


Como acabamos de afirmar, el libro de Levítico es uno de los documentos más significativos de la tradición sacerdotal israelita que, junto con la yavista, la elohista y la deuteronomista, ha dado lugar al gran bloque histórico-legislativo denominado por los judíos Torá (Ley) y por los griegos Pentateuco. El contenido de Levítico se encuadra en la llamada “Sección del Sinaí” y lo integran cuatro grandes cuerpos legales, más un apéndice. Tiene como principales, aunque no únicos destinatarios, a los sacerdotes pertenecientes a la tribu de Leví que eran los responsables oficiales de salvaguardar la santidad del culto divino, tema nuclear del libro.


El primer cuerpo (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38) recoge el código sacrificial del segundo Templo en la época del postexilio y está dirigido a lectores más o menos iniciados en la vida religioso-cultual de la comunidad israelita.


El segundo cuerpo (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20) describe el ceremonial de la consagración sacerdotal de Aarón y sus descendientes.


El tercer cuerpo (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34) está centrado en las normas sobre la pureza o impureza ritual de todo tipo.


Y el cuarto cuerpo (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), denominado Código de Santidad, gira en torno al estribillo: Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo, precisando lo que el israelita debe hacer o evitar para agradar al Señor, su Dios, y comportarse adecuadamente con el prójimo.


El último capítulo (Lev 27:1-34) es un apéndice que se ocupa de señalar, con rigurosa precisión, lo que debe pagarse al santuario en concepto de rescate por personas, animales o cosas que hayan sido previamente consagradas al Señor. Probablemente es un capítulo añadido con posterioridad a la redacción original del libro.


Así pues, por una parte, Levítico proclama y subraya la santidad transcendente de Dios; pero al mismo tiempo indica cómo el israelita fiel puede y debe hacerse partícipe de esa santidad, observando una serie de normas morales y de prácticas rituales que le harán entrar en comunión vital con Dios y lo irán preparando de forma providencial para recibir la revelación de la nueva alianza.


Según esto, podemos ya señalar las líneas fundamentales de la estructura temático-literaria de Levítico. Serían las siguientes:


I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


Los holocaustos (Lev 1:1-17)


Ofrendas de cereal (Lev 2:1-16)


Sacrificios de comunión (Lev 3:1-17)


Sacrificios expiatorios (Lev 4:1-35; Lev 5:1-19)


Administración de las ofrendas y sacrificios (Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


II.— EL ORDEN DEL CULTO (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20)


Consagración de los sacerdotes (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24)


Normas adicionales (Lev 10:1-20)


III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34)


Animales puros e impuros (Lev 11:1-47)


Impureza contraída durante el parto (Lev 12:1-8)


Normas sobre la lepra (Lev 13:1-59; Lev 14:1-57)


Impurezas sexuales (Lev 15:1-33)


El Día de la Expiación (Lev 16:1-34)


IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


Inmolación de animales (Lev 17:1-16)


Prácticas sexuales no permitidas (Lev 18:1-30)


Llamada a la santidad (Lev 19:1-37)


Prácticas religiosas prohibidas (Lev 20:1-27)


Santidad de los sacerdotes y laicos (Lev 21:1-24; Lev 22:1-33)


Calendario de fiestas (Lev 23:1-44)


Prescripciones rituales y otras disposiciones (Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


V.— APÉNDICE (Lev 27:1-34)


Rescate de lo consagrado al Señor (Lev 27:1-34)


Fuente:

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Notas

Levítico 4,1-35Lev 5:1-19

Estos capítulos presentan las leyes referidas a los sacrificios expiatorios, cuyo propósito es asegurar el perdón divino. Se trata básicamente de dos tipos de sacrificios: la ofrenda de purificación y la ofrenda de reparación.


Levítico 4,1-35La ofrenda de purificación sirve para remover las impurezas causadas por el contacto involuntario con objetos sagrados. (Para el caso de actos deliberados de este tipo, ver Núm 15:27-31). La expresión hebrea utilizada en este pasaje ha sido tradicionalmente traducida por “sacrificio expiatorio”, “sacrificio por el pecado”, “ofrenda por el pecado”. Sin embargo, de acuerdo a otros usos de la palabra hebrea en diferentes contextos (ver Eze 43:20-23), es preferible traducir ofrenda de purificación, ya que su función incluye la purificación de cualquier impureza ritual, tanto de personas como del santuario.
Levítico 4,1-35Lev 6:24-30; Lev 16:1-34; Núm 15:22-28.
Levítico 4,3— sacerdote ungido: Sinónimo de sumo sacerdote (ver Lev 21:10). Para el resto de los sacerdotes el aceite se asperjaba simplemente sobre la cabeza, mientras que para el sumo sacerdote la unción se realizaba derramando el aceite sobre su cabeza.
Levítico 4,3Ver Éxo 30:30.
Levítico 4,7Ver Eze 27:2; Eze 30:2.
Levítico 4,7— los salientes: Lit. los cuernos. Ver nota a Éxo 27:2.

— el altar del incienso aromático: Para el diseño de este altar, que estaba ubicado en el interior del santuario y en el que sólo se ofrecía incienso, ver Éxo 30:34-38.
Levítico 4,12Heb 13:11-13.
Levítico 4,12— será todo quemado: Si bien en otros casos parte de la víctima sacrificada se reservaba para los sacerdotes, estos no podían comer de un sacrificio ofrecido por su propio pecado.
Levítico 4,15— líderes: Lit. ancianos, que actuaban como representantes del pueblo en cuanto máxima autoridad del mismo (Éxo 13:16; Éxo 4:29; Éxo 12:21).
Levítico 4,20Lev 8:34; Lev 9:7; (ver Eze 45:15; 2Cr 29:24).
Levítico 4,20— ofrenda de purificación: Se sobreentiende: “por el propio pecado”.
Levítico 4,22— un jefe: En el Pentateuco esta palabra -en hebreo nasí- se refiere a los jefes de tribu (Núm 2:3-29), de una familia sacerdotal (Núm 3:24-35), o de una ciudad (Gén 34:2).
Levítico 4,27— del pueblo de la tierra: Mantenemos la literalidad de esta singular expresión hebrea que, según la época en que se utilice, puede designar a distintos grupos de israelitas. En la época anterior al exilio pudo referirse a la aristocracia propietaria de tierras, de donde la traducción por “terratenientes”, “propietarios”, que algunos proponen. Más tarde pasó a designar gente humilde o personas particulares del pueblo en contraposición a los dirigentes religiosos o civiles. Traducir en este pasaje de Lv por “terratenientes” constituiría un cierto anacronismo, pues en el momento en que se sitúa el autor -la época de la peregrinación por el desierto- no existen propietarios de terrenos.