Isaías 6 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 13 versitos |
1 El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono alto y elevado, y las orlas de su vestido llenaban el templo.
2 Por encima de él estaban de pie unos serafines, con seis alas cada uno: con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían hasta los pies y con dos volaban.
3 Uno a otro se gritaban diciendo: ¡Santo, Santo, Santo es Yahvéh Sebaot; toda la tierra está llena de su gloria!
4 Los quicios de los umbrales retemblaban a la voz del que gritaba y el templo se llenó de humo.
5 Yo dije: ¡Ay de mí! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahvéh Sebaot!
6 Voló entonces hacia mí uno de los serafines, con una brasa encendida en su mano, que había tomado de encima del altar con unas tenazas;
7 y, tocando mi boca, dijo: Mira, esto ha tocado tus labios: ha sido quitada tu culpa, está perdonado tu pecado.
8 Yo oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Aquí estoy yo - respondí -; envíame.
9 Vete - contestó él - y di a este pueblo: Escuchad atentamente, pero no entendáis; mirad bien, pero no percibáis.
10 Embrutece el corazón de este pueblo, endurece sus oídos, ciega sus ojos, para que sus ojos no vean, ni oigan sus oídos, ni entienda su corazón y se convierta y se cure.
11 ¿Hasta cuándo, Señor? - pregunté -. Y él me respondió: Hasta que queden las ciudades asoladas y sin habitantes, las casas sin hombres, el campo desolado como un desierto.
12 Yahvéh alejará a los hombres y será grande la desolación en el país.
13 Y si aún queda en él una décima parte, volverá a ser consumida. Como el terebinto y la encina, que, talados, conservan un tocón, semilla santa será su tocón.

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Introducción a Isaías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas