II Macabeos 2 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 32 versitos |
1 ° Se encuentra en los documentos que el profeta Jeremías mandó a los deportados recoger fuego, como queda dicho;
2 y que el profeta, después de darles la ley, les ordenó que no se olvidaran de los preceptos del Señor ni se desviaran en sus pensamientos al ver ídolos de oro y plata, revestidos de gala.
3 Entre otros consejos, les exhortaba a no alejar de su corazón la ley.
4 Se decía también en el escrito cómo el profeta, avisado por un oráculo, mandó llevar consigo la Tienda y el Arca; y que salió hacia el monte donde Moisés había subido para contemplar la heredad de Dios.
5 Y cuando Jeremías llegó, encontró una estancia en forma de cueva; metió allí la Tienda, el Arca y el Altar del incienso, y tapó la entrada.
6 Algunos de sus acompañantes volvieron para marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo.
7 En cuanto Jeremías lo supo, les reprendió diciéndoles: «Este lugar quedará desconocido hasta que Dios reúna a la comunidad del pueblo y se vuelva propicio.
8 Entonces el Señor mostrará todo esto y se verá la Gloria del Señor y la Nube, como aparecía en tiempo de Moisés, y cuando Salomón rogó que el lugar fuera solemnemente consagrado».
9 Se contaba también cómo Salomón, dotado de sabiduría, ofreció el sacrificio de dedicación cuando se inauguró el templo.
10 Lo mismo que Moisés oró al Señor y bajó fuego del cielo que devoró los sacrificios, así también oró Salomón y bajó fuego que consumió los holocaustos.
11 Moisés había dicho: «La víctima por el pecado ha sido consumida por no haber sido comida».
12 Salomón celebró igualmente los ocho días de fiesta.
13 Estos mismos relatos se contenían también en los archivos y en las memorias del tiempo de Nehemías; y cómo este, para fundar una biblioteca, reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de David y las cartas de los reyes acerca de las ofrendas.
14 De igual modo Judas reunió todos los libros dispersos a causa de la guerra que hemos padecido, y ahora los tenemos a mano.
15 Por tanto, si tenéis necesidad de ellos, enviadnos a alguien que os los lleve.
16 A punto ya de celebrar la fiesta de la Purificación, os escribimos para que tengáis a bien celebrar estos días.
17 El Dios que ha salvado a todo su pueblo y que a todos ha devuelto la heredad, el reino, el sacerdocio y el santuario,
18 como había prometido por la ley, el mismo Dios, así esperamos, se apiadará pronto de nosotros y nos reunirá en el lugar santo desde todas las regiones bajo el cielo; pues nos ha librado de grandes males y ha purificado el lugar.
19 la historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la Purificación del templo más importante, la dedicación del altar,
20 las guerras contra Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor,
21 y las manifestaciones celestiales a los bravos combatientes en favor del judaísmo; de suerte que, aun siendo pocos, saquearon toda la región, ahuyentaron a las hordas bárbaras,
22 recuperaron el templo famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues el Señor, en su inagotable amor, se mostró propicio hacia ellos;
23 todo esto intentaremos compendiarlo nosotros en un solo libro. Jasón de Cirene ha expuesto en cinco libros los siguientes contenidos.
24 Porque, al considerar la cantidad de números y la dificultad que la amplitud de la materia plantea a quienes deseen sumergirse en los relatos de la historia,
25 hemos procurado hacerlos atractivos a los que quieren leer, accesibles a los que gustan retener lo leído en la memoria, y útiles a cualquiera que los leyere.
26 Para nosotros, que nos hemos encargado de la fatigosa labor de este resumen, no ha sido fácil la tarea, sino de sudores y desvelos;
27 como tampoco le resulta cómodo el trabajo a quien prepara un banquete y tiene que atender al gusto ajeno. Sin embargo, esperando la gratitud de muchos, soportamos con gusto esta fatiga,
28 dejando al historiador la tarea de precisar cada suceso, mientras nosotros nos esforzamos por seguir las normas propias de un resumen.
29 Pues así como al arquitecto de una casa nueva corresponde la preocupación por la estructura entera; y, en cambio, al decorador y pintor, el cuidado por la ornamentación, lo mismo puede decirse en nuestro caso;
30 profundizar, contrastar las cuestiones y examinar al detalle corresponde a quien compone la historia;
31 pero al divulgador le compete una exposición concisa, renunciando al tratamiento exhaustivo.
32 Comencemos, pues, desde ahora el relato, tras abundar tanto en los preliminares; pues sería absurdo alargar el prólogo y abreviar la historia.

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Introducción a II Macabeos

2 MACABEOS

Este libro no es continuación del anterior sino que se concentra, desde un enfoque diferente, en los quince años de gobierno de Judas Macabeo (175-160 a.C.). Su centro de atención preferente es el templo de Jerusalén, cuya purificación logró y mantuvo Judas con la ayuda manifiesta del Dios de Israel. Por ello, importa más la acción decisiva de Dios que el protagonista humano. El libro es, pues, una narración edificante en la que el núcleo histórico de los acontecimientos descritos está al servicio del fiel reconocimiento de la santidad de Dios en el templo recuperado. Sus informaciones sobre las divisiones entre los judíos, nos preparan para situarnos ante los problemas del judaísmo en la época del Nuevo Testamento. Su doctrina sobre la resurrección de los muertos y la expiación de los mártires encontrará su plenitud en el misterio de Cristo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

II Macabeos 2,1-18*1:1-2:18 Las dos cartas tienen en común sus destinatarios, judíos residentes en Egipto, y su finalidad, recomendar la celebración de la fiesta de la Dedicación del templo de Jerusalén, de gran semejanza con la tradicional fiesta de las Tiendas del otoño. Consta que Onías IV, hijo de Onías III (2Ma 4:33 s), construyó un templo en Leontópolis, hacia el 150 a.C.


II Macabeos 2,1-12*2:1-12 Posee un importante papel Jeremías, protector reconocido en el judaísmo (véase 2Ma 15:13-15). El texto le atribuye la ocultación de la Tienda, el Arca y el Altar del incienso hasta los tiempos escatológicos (2Ma 2:8). La intención del relato es afirmar la continuidad del culto legítimo, a pesar de la ausencia de la Tienda y del Arca, y enlazar la dedicación contemporánea del segundo templo con el primero -aludiendo al fuego del sacrificio (2Cr 7:1)- y con la Tienda de Moisés, mencionando también el fuego venido del cielo (2Ma 2:8-12; véase Lev 10:16 s).