1 CRÓNICAS
Por los libros de la llamada escuela deuteronomista (de Josué a 2 Reyes) estamos al tanto del período que va desde Josué hasta el destierro. El autor de Crónicas se remonta hasta Adán y llega hasta Esdras, al menos. El núcleo de su enseñanza puede resumirse en los términos siguientes: toda la historia tiene un centro de gravitación, que en el presente caso es el templo, proyectado por David y edificado por Salomón. En el templo se congrega el pueblo de Dios para buscar al Señor y alabarlo. La alabanza se torna súplica en momentos de dificultad -en la guerra, por ejemplo-, en los que el pueblo únicamente ha de rezar, confiar y esperar; el resto lo hará milagrosamente el Señor. Desde esta perspectiva, el rey David y su dinastía no han caducado, por más que ya no existan cuando escribe el cronista.
El esfuerzo intelectual y religioso de esta extensa obra tuvo su recompensa: la comunidad judía no perdió su identidad, supo afrontar un siglo más tarde la ola arrolladora del helenismo y, después, hizo frente a todos los avatares de la diáspora, las múltiples persecuciones a lo largo de los siglos e incluso el holocausto.
I Crónicas 28,1-21*28 Tras el largo paréntesis de 1Cr 23:3-32; 1Cr 24:1-31; 1Cr 25:1-31; 1Cr 26:1-32; 1Cr 27:1-34, el testamento de David conecta con 1Cr 28:1 s. Presentes las autoridades del reino, a excepción de sacerdotes y levitas, David se dirige a sus «hermanos» -el rey es un igual y «hermano» del resto del pueblo- exponiéndoles sus planes de construir el templo. Como él no puede llevarlo a cabo, por belicoso y sanguinario (acaso haya una alusión a la muerte de Urías), encomienda esta tarea a su hijo, al que entrega los planos detallados de la nueva construcción (1Cr 28:11-19). El templo terrestre ha de ser un reflejo del celeste; solo Dios puede revelarlo (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Eze 40:1-49; Eze 41:1-26; Eze 42:1-20; Eze 43:1-27; Eze 44:1-31; Eze 45:1-25; Eze 46:1-24). Su estructura es una especie de revelación (1Cr 28:19). Es obligado que Dios sostenga a David y al pueblo en la ejecución de la obra (1Cr 28:10; 1Cr 28:20).