I Crónicas 28 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 21 versitos |
1 ° David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel: a los jefes de las tribus y de las secciones que estaban al servicio del rey, a los jefes de millares, a los centuriones, a los administradores de los bienes y de la ganadería del rey y de sus hijos, a los cortesanos, a los guerreros y a los hombres valerosos.
2 Puesto en pie, dijo el rey David: «Hijos míos, pueblo mío, escuchadme. Tenía el propósito de edificar un templo en el que reposara el Arca de la alianza del Señor y fuera el escabel de los pies de nuestro Dios. Hice los preparativos para la construcción,
3 pero Dios me dijo: “Tú no construirás un templo en mi honor, pues eres un hombre belicoso y has derramado mucha sangre”.
4 El Señor, Dios de Israel, me eligió entre toda mi familia para que fuese rey de Israel para siempre. En efecto, escogió a Judá para ser caudillo; de entre las familias de Judá, a mi familia; y de entre mis hermanos, se fijó en mí para hacerme rey de todo Israel.
5 Entre todos mis hijos —pues el Señor me ha dado muchos hijos—, eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono real del Señor en Israel.
6 Y me dijo: “Tu hijo Salomón edificará mi templo y mis atrios, porque lo he escogido como hijo y yo seré un padre para él”.
7 Consolidaré su reino para siempre, si se mantiene firme en el cumplimiento de los mandamientos y decretos como lo hace hoy.
8 Así pues, ante la mirada de todo Israel, asamblea del Señor, y a oídos de nuestro Dios, os digo: observad y estudiad los mandamientos del Señor vuestro Dios, para que poseáis esta tierra espléndida y la dejéis como heredad a vuestros descendientes para siempre.
9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvelo con corazón íntegro y con ánimo generoso, que el Señor sondea los corazones y penetra todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; pero si lo abandonas, te desechará definitivamente.
10 Mira, el Señor te ha elegido para que le construyas una casa que sea su santuario. ¡Ánimo y manos a la obra!».
11 David entregó a su hijo Salomón el plano del pórtico y del templo, de los almacenes, las salas superiores, las naves interiores y del lugar del Propiciatorio.
12 También le entregó el proyecto de lo que había pensado sobre los atrios del templo del Señor y los locales circundantes para el tesoro del templo de Dios y para el erario sagrado,
13 para las clases sacerdotales y levíticas, para los diversos servicios de culto del templo del Señor y de todos los utensilios cultuales del templo del Señor.
14 Le indicó el peso de oro para los utensilios de oro de cada servicio, y el peso de plata para los utensilios de plata de cada servicio;
15 el peso de cada candelabro de oro con sus lámparas de oro, y el peso de cada candelabro de plata con sus lámparas de plata, según el uso de los diversos candelabros;
16 el peso de oro de cada mesa de los panes presentados y de plata para las mesas de plata;
17 oro puro para los tenedores, acetres y jarros; el peso de oro para cada taza de oro, y el de plata para cada taza de plata;
18 y el peso de oro refinado para el altar del incienso. Le entregó también el proyecto del carro de querubines de oro, que con sus alas extendidas cubren el Arca de la alianza del Señor.
19 Todo esto estaba en un escrito que el Señor le había consignado para explicar todos los detalles del diseño.
20 Dijo David a su hijo Salomón: «Ánimo y sé valiente; pon manos a la obra. No temas ni desmayes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. No te dejará ni abandonará hasta que hayas terminado la obra para servicio del templo del Señor.
21 Ahí tienes las clases sacerdotales y levíticas al servicio del templo de Dios. Estarán contigo en toda la obra. Toda clase de voluntarios, expertos en cualquier servicio, los jefes y todo el pueblo están a tus órdenes».

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Introducción a I Crónicas

1 CRÓNICAS

Por los libros de la llamada escuela deuteronomista (de Josué a 2 Reyes) estamos al tanto del período que va desde Josué hasta el destierro. El autor de Crónicas se remonta hasta Adán y llega hasta Esdras, al menos. El núcleo de su enseñanza puede resumirse en los términos siguientes: toda la historia tiene un centro de gravitación, que en el presente caso es el templo, proyectado por David y edificado por Salomón. En el templo se congrega el pueblo de Dios para buscar al Señor y alabarlo. La alabanza se torna súplica en momentos de dificultad -en la guerra, por ejemplo-, en los que el pueblo únicamente ha de rezar, confiar y esperar; el resto lo hará milagrosamente el Señor. Desde esta perspectiva, el rey David y su dinastía no han caducado, por más que ya no existan cuando escribe el cronista.

El esfuerzo intelectual y religioso de esta extensa obra tuvo su recompensa: la comunidad judía no perdió su identidad, supo afrontar un siglo más tarde la ola arrolladora del helenismo y, después, hizo frente a todos los avatares de la diáspora, las múltiples persecuciones a lo largo de los siglos e incluso el holocausto.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

I Crónicas 28,1-21*28 Tras el largo paréntesis de 1Cr 23:3-32; 1Cr 24:1-31; 1Cr 25:1-31; 1Cr 26:1-32; 1Cr 27:1-34, el testamento de David conecta con 1Cr 28:1 s. Presentes las autoridades del reino, a excepción de sacerdotes y levitas, David se dirige a sus «hermanos» -el rey es un igual y «hermano» del resto del pueblo- exponiéndoles sus planes de construir el templo. Como él no puede llevarlo a cabo, por belicoso y sanguinario (acaso haya una alusión a la muerte de Urías), encomienda esta tarea a su hijo, al que entrega los planos detallados de la nueva construcción (1Cr 28:11-19). El templo terrestre ha de ser un reflejo del celeste; solo Dios puede revelarlo (Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Eze 40:1-49; Eze 41:1-26; Eze 42:1-20; Eze 43:1-27; Eze 44:1-31; Eze 45:1-25; Eze 46:1-24). Su estructura es una especie de revelación (1Cr 28:19). Es obligado que Dios sostenga a David y al pueblo en la ejecución de la obra (1Cr 28:10; 1Cr 28:20).