Jeremías  23 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 40 versitos |
1 ¡Ay de los pastores que echan a perder y dispersan a las ovejas de mi rebaño! —declara Yahweh.
2 Por tanto, así dice Yahweh, el Dios de Israel, respecto a los pastores que apacientan a mi pueblo: Ustedes dispersaron e hicieron que se extraviaran mis ovejas, y no se han ocupado de ellas. He aquí que yo los castigaré a ustedes de acuerdo a la maldad de sus obras —declara Yahweh.
3 Pero yo mismo recogeré al remanente de mis ovejas de todos los lugares a donde las había dispersado y las traeré de vuelta a sus apriscos; allí crecerán y se multiplicarán.
4 Les pondré pastores que las apacienten, y ya no tendrán temor ni serán dispersadas ni se extraviarán —declara Yahweh.
5 He aquí, vienen días —declara Yahweh— en que levantaré a David un Renuevo de justicia, que reinará en el reino y será entendido y practicará el derecho y la justicia en la tierra.
6 En sus días será salvo Judá, e Israel morará seguro, y éste es su Nombre con el cual será llamado: “Yahweh, justicia nuestra”.
7 Por eso, he aquí, vienen días —declara Yahweh— en que no se dirá más: “Vive Yahweh que hizo subir de la tierra de Egipto a los de la casa de Israel”,
8 sino: “Vive Yahweh que hará subir y hará venir a los hijos de Israel desde la tierra del norte y desde todos los lugares a los cuales fueron dispersados”; y morarán en su tierra.
9 En cuanto a los profetas: Quebrantado está mi corazón dentro de mí, y estremecidos todos mis huesos. Estoy como un ebrio, como un hombre que ha bebido demasiado vino, por la presencia de Yahweh y por la presencia de sus santas palabras.
10 Porque la tierra está llena de adúlteros y despojadores; la tierra está de duelo por causa de estas cosas, y los campos del desierto se han secado, porque el trabajo de ellos es malo y no prosperaron con su poderío.
11 Pues se han convertido en idólatras tanto los profetas como los sacerdotes, y aun en mi casa he encontrado su maldad —declara Yahweh.
12 Por eso sus senderos serán para ellos lugares resbaladizos; serán empujados a las tinieblas y caerán en ellas; porque sobre ellos traeré calamidad en el año de su visitación —declara Yahweh.
13 En los profetas de Samaria he visto falsedad: han profetizado por medio de Baal y han provocado que mi pueblo se extravíe.
14 Así mismo, en los profetas de Jerusalén he visto algo insensato: cometen adulterio y andan en el engaño; fortalecen las manos de sus allegados, sin que se convierta cada quien de su mal camino. Todos ellos son para mí como Sodoma, y sus habitantes como Gomorra.
15 Por tanto, así dice Yahweh de los ejércitos respecto a los profetas: “He aquí que los haré comer ajenjo y los haré beber aguas amargas. Porque de los profetas de Jerusalén ha salido el paganismo a todo el país”.
16 Así dice Yahweh de los ejércitos:
No escuchen las palabras de los falsos profetas que les profetizan para hacer que se desvíen; narran la visión de su corazón, pero no proviene de la boca de Yahweh.
17 Luego dicen a los que provocan a ira: “En la palabra de Yahweh tendrán paz”, y a cualquiera que anda en el deseo de su propio corazón dicen: “No les sobrevendrá calamidad”.
18 Pero, ¿quién ha estado en el consejo de Yahweh y lo ha visto y ha escuchado su palabra? ¿O quién ha estado atento a su palabra y la ha obedecido?
19 He aquí que la obra de Yahweh ha salido con furor; la obra está encendida y aplastará la cabeza de los impíos.
20 El furor de la ira de Yahweh no se volverá hasta que haya llevado a cabo y confirmado el propósito de su corazón. En los días finales lo comprenderán.
21 Yo no envié a tales profetas, pero ellos fueron; yo no les hablé, pero ellos profetizaron.
22 No estuvieron en mi consejo, ni proclamaron mis palabras a mi pueblo, ni hicieron que se volvieran de sus malos caminos ni de la maldad de sus obras.
23 Yo soy Dios cercano —declara Yahweh— y nunca he sido Dios lejano.
24 Aunque alguien se ocultara en un escondrijo yo lo vería —declara Yahweh. He aquí que los cielos y la tierra han sido llenados por mí —declara Yahweh de los ejércitos.
25 Escuché lo que han hablado los profetas que falsamente profetizan en mi Nombre, diciendo: “Tuve un sueño”.
26 ¿Hasta cuándo estarán las falsas profecías en la boca de los falsos profetas, las profecías de engaño de su propio corazón?;
27 pues planean hacer que mi pueblo se desvíe por mi Nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su prójimo, así como sus padres se olvidaron de mi Nombre para rendir culto a Baal.
28 El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño, pero el que tenga mis palabras, hable verdaderamente mis palabras. ¿Por qué mezclan la paja con el grano? —declara Yahweh.
29 He aquí que como fuego salen mis palabras —declara Yahweh— y son como hierro que despedaza la piedra.
30 Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras uno al otro —declara Yahweh.
31 He aquí —declara Yahweh— que yo estoy contra los profetas que pervierten sus lenguas, diciendo: “Así dice Yahweh”.
32 He aquí —declara Yahweh— que yo estoy contra los profetas que tienen sueños falsos y los cuentan, para hacer que se desvíe mi pueblo con engaño y con desenfreno, pero yo no les he ordenado ni los he enviado, ni son de ningún provecho para este pueblo.
33 Cuando este pueblo, o algún profeta, o algún sacerdote te pregunte diciéndote: “¿Cuál es la profecía de Yahweh?”, tú contéstales: “Ésta es la profecía de Yahweh: ‘Yo los desarraigaré’” —declara Yahweh.
34 Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que hable profecía de Yahweh, yo lo castigaré a él y a su casa.
35 Así hablará cada uno a su prójimo y cada uno a su hermano: “¿Qué respondió Yahweh y qué habló Yahweh?”
36 Pero no mencionarán de nuevo la profecía de Yahweh, pues la profecía de cada uno será su propia profecía. Ustedes pervierten las palabras del Dios vivo, Yahweh de los ejércitos, nuestro Dios.
37 Así hablarán a cada uno: “¿Qué te respondió Yahweh? ¿Qué habló Yahweh?”
38 Pero si dicen: “¡Profecía de Yahweh!”, así dice Yahweh: “Por cuanto hablaron esta palabra, la cual yo no les ordené que hablaran,
39 por eso, de cierto los eliminaré arrojándolos de mi presencia, a ustedes y a la ciudad que entregué a ustedes y a sus padres.
40 “Pondré en ustedes afrenta perpetua y deshonra permanente que no se olvidará”.

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Introducción a Jeremías 

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