Genesis 24 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 67 versitos |
1 Abraham era viejo, de avanzada edad, y Yahweh había bendecido en todo a Abraham.
2 Y llamando Abraham a su siervo más viejo, el mayordomo de su casa que se encargaba de todo cuanto tenía, le dijo: Pon tu mano debajo de mi lomo,
3 y te haré que jures por Yahweh, Dios del Cielo y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, entre quienes yo habito,
4 sino que irás a mi tierra, a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
5 Y el siervo le dijo: Si la mujer se niega a seguirme a esta tierra, ¿he de regresar y llevar a tu hijo a la tierra de la cual saliste?
6 Abraham le respondió: Abstente de llevar allá a mi hijo.
7 Yahweh, el Dios del Cielo, que me trajo desde allá, de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes, que me prometió, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, Él enviará a su ángel delante de ti para que tú tomes de allí mujer para mi hijo.
8 Si la mujer no está dispuesta a venir contigo, quedarás libre de este juramento mío; sólo que no lleves allá a mi hijo.
9 Enseguida el siervo colocó su mano debajo del lomo de Abraham su señor, y le juró sobre este asunto.
10 Entonces el siervo, tomando diez camellos de entre los camellos de su señor, partió con toda clase de bienes de parte de su señor en su mano; se levantó y se dirigió a Aram-nahrín, a la ciudad de Nacor.
11 Al atardecer, a la hora en que las mujeres salían a sacar agua, hizo que sus camellos se arrodillaran fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua.
12 Y dijo en oración: Oh Yahweh, Dios de mi señor Abraham, sé bueno ante mí hoy y muestra misericordia a mi señor Abraham.
13 He aquí que yo estoy de pie junto a este pozo de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad salen a sacar agua.
14 Que la joven a la que yo diga: “Inclina ante mí tu cántaro para que yo beba”, y ella me responda: “Bebe y también daré de beber a tus camellos”, sea la que tú has preparado para tu siervo Isaac; de este modo entenderé que has mostrado misericordia y justicia a mi señor.
15 Y aún no terminaba él de hablar, cuando he aquí Rebeca salió con un cántaro sobre su hombro; ella le había nacido a Betuel, hijo de Milca, esposa de Nacor, hermano de Abraham.
16 La joven era de apariencia muy hermosa, doncella, a la que ningún varón había conocido; y bajando ella al pozo, llenó su cántaro y subió.
17 Y el siervo corrió a su encuentro, diciéndole: Dame un poco de agua de tu cántaro para beber.
18 Y ella le respondió: Bebe, señor mío. Luego se apresuró y bajando el cántaro con sus manos, le dio de beber.
19 Cuando había terminado de darle de beber, dijo: Sacaré también para tus camellos, hasta que acaben de beber.
20 Y apresurándose, vació su cántaro en el abrevadero, y nuevamente corrió al pozo a sacar agua, y sacó para todos sus camellos.
21 Entre tanto que el hombre bebía la estaba examinando, esperando saber si Yahweh había prosperado su viaje o no.
22 Al terminar de beber los camellos, el siervo tomó unos aretes de oro cuyo peso era de un siclo, y puso en sus manos dos brazaletes que pesaban diez siclos de oro.
23 Luego le preguntó: ¿De quién eres hija? Hazme saber si en la casa de tu padre hay lugar para nosotros donde podamos pasar la noche.
24 Y ella contestó: Soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a luz a Nacor.
25 Y agregó: Tenemos también mucha paja y además heno, y también un lugar donde pasen la noche.
26 Entonces el hombre, arrodillándose en el suelo, adoró a Yahweh,
27 diciendo: Bendito es Yahweh, Dios de mi señor Abraham, por cuanto no ha negado su misericordia y su justicia a mi señor, sino que Yahweh me ha guiado por el camino a la casa de mi señor para tomar a la hija del hermano de mi señor para su hijo.
28 Entonces la joven corrió y dio a conocer estas cosas en la casa de su padre.
29 Y Rebeca tenía un hermano cuyo nombre era Labán; y corrió Labán hacia el hombre, afuera, hacia el pozo.
30 Cuando él vio los aretes y los brazaletes en las manos de su hermana, y cuando escuchó las palabras de Rebeca su hermana, diciendo: “Esto me dijo el hombre”, Labán se dirigió hacia el hombre; y he aquí que él estaba de pie con los camellos, junto al pozo.
31 Entonces le dijo: Entra, bendito de Yahweh. ¿Por qué te quedas afuera? Yo he dispuesto la casa y un lugar para los camellos.
32 Luego el hombre entró en la casa y Labán, descargando los camellos, les dio paja y heno. Después les trajo agua para que se lavaran los pies él y los hombres que lo acompañaban.
33 Enseguida la comida fue puesta delante de ellos para que comieran, pero el siervo dijo: No voy a comer hasta que haya comunicado mi asunto. Y ellos le dijeron: Habla.
34 Entonces él dijo: Soy siervo de Abraham.
35 Yahweh ha bendecido a mi señor y se ha engrandecido mucho; posee ovejas y bueyes, plata y oro, siervos y siervas, asnas, camellos y asnos.
36 Y Sara, la esposa de mi señor, después de haber envejecido, le dio a luz un hijo a mi señor, y ha dado a él todo lo que posee.
37 Y mi señor me hizo jurar, diciéndome: “No tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito,
38 sino que irás a la casa de mi padre y a mi familia, y tomarás de allí mujer para mi hijo”.
39 Entonces yo dije a mi señor: “Tal vez la mujer se niegue a venir conmigo”.
40 Y me respondió mi señor: “Yahweh, ante cuya presencia he servido, Él enviará a su ángel contigo y prosperará tu viaje; de mi familia y de la casa de mi padre tomarás mujer para mi hijo;
41 entonces quedarás libre de mi juramento cuando hayas ido a mi familia, y si no te la dan, habrás quedado libre de mi juramento”.
42 Y al llegar hoy al pozo, dije: “Oh Yahweh, Dios de mi señor Abraham, si has prosperado el viaje por el cual he venido,
43 he aquí que yo estoy de pie junto al pozo de agua; que la joven que salga a sacar agua a la cual yo le diga: ‘Dame de beber un poco de agua de tu cántaro’,
44 y ella me responda: ‘Sí, bebe, y también sacaré agua para tus camellos’, sea la mujer que ha preparado Yahweh para el hijo de mi señor”.
45 Todavía no había terminado de hablar en mi corazón, cuando he aquí salió Rebeca con el cántaro en su hombro y bajó al pozo y sacó el agua; entonces yo le dije: “Dame de beber un poco de agua de tu cántaro”.
46 Y ella se apresuró, y bajando el cántaro de su hombro, me dijo: “Bebe, y también a tus camellos daré de beber”. Yo bebí y ella dio de beber también a mis camellos.
47 Luego le pregunté diciendo: “¿De quién eres hija?” Ella me respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a luz a Nacor”. Y le puse los aretes en las orejas y los brazaletes en las manos. Luego me arrodillé y adoré a Yahweh,
48 y bendije a Yahweh, Dios de mi señor Abraham, porque me guió por un camino directo hacia la familia del hermano de mi señor, para que tomara para su hijo a la hija del hermano de mi señor.
49 Ahora, si ustedes van a tratar con compasión y justicia a mi señor, háganmelo saber; y si no, infórmenmelo para que me regrese a la derecha o a la izquierda.
50 Enseguida Labán y Betuel respondieron, y dijeron: Esto ha salido de Yahweh; ni bien ni mal podemos hablarte.
51 Mira, Rebeca está delante de ti, tómala y vete, y que sea la esposa del hijo de tu señor, como Yahweh lo ha dicho.
52 Cuando escuchó sus palabras el siervo de Abraham, se postró en tierra ante Yahweh.
53 Entonces el siervo, sacando objetos de oro, objetos de plata y ropa se los entregó a Rebeca; también a sus hermanos y a su madre entregó presentes.
54 Y él y los hombres que estaban con él, comieron y bebieron y pasaron allí la noche; y levantándose muy de mañana, les dijo: Despídanme, iré a mi señor.
55 Pero los hermanos y la madre de ella le respondieron: Que la joven se quede con nosotros un mes, y después se irá.
56 Pero él les dijo: No me retrasen, puesto que Yahweh ha prosperado mi viaje; despídanme para ir ante mi señor.
57 Entonces ellos dijeron: Llamemos a la joven y le preguntaremos qué piensa.
58 Entonces, llamando a Rebeca, le preguntaron: ¿Te irás con este hombre? Y ella contestó: Me iré.
59 Por tanto, despidieron a su hermana Rebeca y a su nodriza, al siervo de Abraham y a sus hombres.
60 Y bendiciendo a su hermana Rebeca, le dijeron:
Hermana nuestra, seas tú para millares y para miríadas, y tus descendientes tomen posesión de las tierras de sus enemigos.
61 Y levantándose Rebeca con sus doncellas, montaron los camellos y siguieron al hombre; y habiendo tomado el siervo a Rebeca, se marchó.
62 Aconteció que había venido Isaac de Bera d’jaya jezani, pues él residía en la tierra del sur.
63 Al atardecer, cuando Isaac salió a caminar por el campo, alzando los ojos, miró, y he aquí que venían unos camellos.
64 También Rebeca alzó los ojos, y cuando ella vio a Isaac descendió del camello,
65 y preguntó al siervo: ¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? Y el siervo respondió: Él es mi señor. Enseguida, tomando ella el velo de novia, se cubrió.
66 Entonces el siervo informó a Isaac todo lo que ella había hecho.
67 Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de su madre Sara; y habiendo tomado a Rebeca por esposa, la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

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Introducción a Genesis

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