I Corintios 7 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 40 versitos |
1 Pero acerca de las cosas que ustedes me han escrito, bueno es para el varón no tocar mujer,
2 pero por causa de la fornicación, que el varón tenga su propia esposa, y la mujer tenga su propio marido.
3 El marido confiera el amor debido a su esposa, y del mismo modo la esposa a su marido.
4 La esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su marido, e igualmente, tampoco el marido tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa.
5 Así que no se nieguen el uno al otro, salvo por acuerdo mutuo y por un tiempo, para dedicarse al ayuno y a la oración, y después vuelvan a su intimidad conyugal, no sea que los tiente Satanás a causa del deseo de su carne.
6 Pero digo esto para los débiles, no como un mandamiento.
7 Pero yo quisiera que todos los hombres fueran como yo en cuanto a pureza, pero a cada uno le fue dado un don de parte de Dios, a uno de cierta manera, y a otro de otra manera.
8 Digo, pues, a los que no tienen esposa y a las viudas, que les es mejor si se quedan como yo,
9 pero si no resisten, cásense, porque es mejor casarse que estarse quemando por el deseo.
10 Ahora bien, a los que tienen esposa ordeno, no yo, sino mi Señor, que la esposa no se separe de su marido,
11 pero si se separa, permanezca sin varón, o reconcíliese con su marido, y el marido no abandone a su esposa.
12 A los demás digo yo (no mi Señor, sino yo): Si algún hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en vivir con él, no se divorcie de ella;
13 y la esposa que tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no se divorcie de él,
14 porque el marido no creyente es santificado por la esposa creyente, y la esposa no creyente es santificada por el marido creyente, ya que de otro modo sus hijos serían inmundos, mientras que ahora son limpios.
15 No obstante, si el no creyente se divorcia, que se divorcie. En tal caso el hermano o la hermana no están sujetos, pues a paz nos llamó Dios.
16 Porque, ¿cómo sabes tú, mujer, si harás salvo a tu marido? O tú, varón, ¿cómo sabes si harás salva a tu esposa?
17 Pero cada uno tal como el Señor le ha asignado, y cada quien como Dios lo llamó, así ande, y así también mando a todas las congregaciones.
18 Si alguno fue llamado siendo circunciso, no retorne a la incircuncisión, y si fue llamado estando en la incircuncisión, no se circuncide,
19 porque la circuncisión o la incircuncisión nada son, sino el someterse a las ordenanzas de Dios.
20 Cada quien quédese en la condición en la cual fue llamado.
21 Si fuiste llamado siendo esclavo, no te preocupes, y aunque puedas obtener tu libertad, elige servir,
22 porque el que fue llamado por nuestro Señor siendo esclavo, libre es para Dios; del mismo modo, el que fue llamado siendo libre, esclavo es del Cristo.
23 Por precio fueron comprados; no se conviertan en esclavos de los hombres.
24 Hermanos míos, cada quien, en la condición en la cual fue llamado, así quédese para con Dios.
25 Pero en cuanto al celibato, no tengo ordenanza de parte de Dios, pero doy consejo como hombre que ha alcanzado misericordia de Dios para ser digno de confianza,
26 y pienso que esto es bueno debido a la exigencia de los tiempos: que mejor le es al hombre permanecer como está.
27 ¿Estás ligado a esposa? No pretendas separarte. ¿Estás libre de esposa? No procures esposa.
28 No obstante, si te casas, no pecas, y si una mujer soltera se casa, no peca. Sin embargo, los tales tendrán aflicción de la carne, y yo deseo evitárselas.
29 Hermanos míos, esto digo: de ahora en adelante el tiempo es acortado, para que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran;
30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si nada poseyeran;
31 y los que tienen trato con este mundo, no hagan trato más allá de lo que es conveniente, porque la apariencia de este mundo es pasajera.
32 Debido a esto, yo pretendo que no estén ansiosos, porque el que no tiene esposa, tiene cuidado de lo que es de su Señor, de cómo agradar a su Señor,
33 pero el que tiene esposa, tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su esposa;
34 porque hay una diferencia entre la mujer casada y la soltera: la que no tiene esposo, tiene cuidado de su Señor para ser santa en su cuerpo y en su espíritu, pero la que tiene esposo tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su esposo.
35 No obstante, digo esto para su propio provecho, no para imponerles restricción, sino para que sean fieles a su Señor, decorosamente, no teniendo cuidado del mundo.
36 Pero si alguno considera que es motivo de burla para su hija soltera que haya pasado su tiempo sin haber sido ella dada en matrimonio, siendo conveniente darla, haga como desee, no peca, que se case.
37 Pero el que se ha propuesto firmemente en su mente, y no está presionado por esta cuestión y tiene dominio sobre su propia voluntad, y ha propuesto en su corazón mantener soltera a su hija, hará bien.
38 Por tanto, el que da en matrimonio a su hija soltera, hace bien, pero el que no da en matrimonio a su hija soltera, hace mejor.
39 La mujer casada está ligada por ley mientras está vivo su marido, pero si su marido muere, ella es libre para casarse con quien desee, sólo que sea en nuestro Señor;
40 pero según mi opinión, ella será feliz si permanece como está. Porque creo que también tengo el Espíritu de Dios.

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Introducción a I Corintios

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