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Segunda y Tercera Epístolas de San Juan.

Introducción.

Autenticidad y canonicidad de la 2 y 3 Jn.
La genuinidad de estas dos breves epístolas fue controvertida en la antigüedad. Y actualmente hay bastantes críticos acatólicos que niegan la autenticidad joánica de estas dos epístolas. Los críticos suelen atribuirlas a un cierto Juan, presbítero, contemporáneo del apóstol, el cual posteriormente habría sido confundido con él e identificado con el discípulo amado. Esta sentencia pugna, como veremos en seguida, con la tradición y con el testimonio de las mismas epístolas.
a) Critica interna. En primer lugar podemos observar que la 2 y 3 Jn tienen tales semejanzas entre sí, que todos los autores coinciden en atribuirlas a un mismo autor. Son, como decía Holtzmann, dos hermanas gemelas 1. La parte inicial y final de ambas epístolas se corresponden claramente 2. La parte central difiere, porque trata de materia diversa. En las dos epístolas, su autor es designado con el título de el Presbítero, es decir, el Anciano. Se le debía de dar este título o apelativo más por su autoridad extraordinaria que por su ancianidad. El Presbítero gozaba de una gran autoridad en todas las iglesias del Asia Menor. Por eso en sus epístolas ordena, corrige, juzga, alaba con autoridad. Y su autoridad es indiscutible entre todos los fieles. El título de Presbítero, que implica al mismo tiempo ancianidad y sobre todo autoridad jerárquica, corresponde perfectamente al apóstol San Juan, que era el único que quedaba del colegio apostólico a finales del siglo I.
Hay, sin embargo, autores modernos que se sirven del título de Presbítero (6 ôôñåóâýôåñïâ) para negar la autenticidad apostólica de las dos epístolas, pues afirman que ese título no convenía a un apóstol. Estas dudas tienen, en parte, su fundamento en un texto de Papías, obispo de Hierápolis, en que se habla de un Juan presbítero distinto de San Juan Apóstol 3. Pero el sentido normal del texto de Papías demuestra que el término ðñåóâýôåñïé, en plural, se refiere a los apóstoles Andrés, Pedro, Felipe, Tomás y Juan. Y la palabra ó ðñåóâýôåñïò, en singular, se refiere en el mismo contexto a Juan discípulo del Señor, para distinguirlo de otro discípulo del Señor llamado Aristión. Por donde se ve que presbítero para Papías es sinónimo de apóstol al menos en el contexto indicado. El apóstol San
Pedro, escribiendo a los presbíteros, se llama también a sí mismo copresbítero (óõìðñåóâýôåñïâ) 4. Õ San Pablo se designa a sí mismo con el calificativo de anciano (ðñåóâýôçò) 5. De donde se sigue que no tiene nada de anormal que a un apóstol se dé el título de el Presbítero. Y esto se comprenderá aún mejor si tenemos presente que San Juan vivió hasta edad muy avanzada. Tenían que llevarle a las reuniones cristianas por no poder valerse por sí mismo. Y se hizo voz corriente entre los discípulos que no moriría antes de la venida del Señor 6, Además, es muy propio de San Juan acudir a un circunloquio para designarse a sí mismo, como hace en el evangelio con la expresión el discípulo a quien Jesús amaba, y en estas dos cartas con el título de el Anciano. En este rasgo de modestia vio ya Dionisio de Alejandría un argumento en favor de la unidad de autor de las dos epístolas y del evangelio 7. Por otra parte, si estas dos cartas tan pequeñas no procedieran de Juan, probablemente no se hubieran conservado.
b) Para identificar el autor también ayudan las numerosas semejanzas de estas dos epístolas con la 1 Jn. Casi todos los versículos de la 2 Jn tienen su paralelo en la 1 Jn 8. Las semejanzas entre la 3 Jn y la 1 Jn son menos numerosas, lo cual es explicable si tenemos en cuenta que tratan de materia diversa. Sin embargo, también se encuentran paralelos, y sobre todo expresiones características del lenguaje joánico 9. También son muy numerosas las analogías y paralelismos que presentan ambas epístolas con el cuarto evangelio 10. Las semejanzas que presentan son tantas, que J. Chaine no teme afirmar que en estas dos epístolas se encuentra la misma teología del cuarto evangelio, expresada en el mismo estilo y en la misma lengua.11
Estos argumentos internos bastante significativos, unidos a la extraordinaria autoridad de que gozaba el Presbítero en las iglesias a las cuales se dirige, inducen muy fuertemente a pensar que el autor es Juan el apóstol, como lo sugiere con bastante evidencia la tradición. Pues, a pesar de la brevedad de estas dos epístolas, los testimonios de la antigüedad son bastante numerosos.
c) Testimonio de la tradición. Los testimonios en favor de la autenticidad j canica de las dos epístolas aparecen ya a partir de la segunda mitad del siglo n. San Policarpo (f 156), discípulo de Juan, parece utilizar la 2Jn_1:7 12. San Ireneo (f 202) cita dos veces la
2Jn_1:7 y 11 como obra de San Juan Apóstol13. Clemente Alejandrino (t C-214) citada 1 Jn 51 diciendo: Juan en su epístola mayor. 14· Luego conocía otra u otras epístolas menores de San Juan. Orígenes (t £-254) conoce las discusiones sobre la autenticidad de la 2 y 3Jn_1:61 él las acepta como canónicas 15. San Dionisio Alejandrino (f 265) también las acepta 16. Tertuliano (f c.222) 17 y Prisciliano (f 0.385) 18 Se refieren a la 2Jn_1:7 . San Atanasio (f 373) 19, San Cirilo de Jerusalén (f 386) 20, San Gregorio Nacianceno (t 389) 21 San Epifanio (f 403) 22, Rufino (f 410) 23, San Agustín (t 43°) 24 consideran explícitamente la 2 y 3 Jn como obra de San Juan Apóstol.
El Fragmento Muratoriano (fines del s.II) habla en plural de las epístolas de San Juan: in epistolis suis (lín.28). Y en la línea 69 parece hablar de dos epístolas de Juan: superscriptio loannis duas in catholica habentur. En el concilio de Cartago de 256 se alega la 2 Jn los como una autoridad canónica25. Los concilios de Hipona de 393 Y otros dos de Cartago de 397 y de 419 colocan la 2 y 3 Jn en el canon de las Sagradas Escrituras26. También el códice Claromontanus y el Catálogo de Mommsen contienen las tres epístolas de San Juan 27.
Sin embargo, la aceptación de la autenticidad joánica de la 2 y 3 Jn no ha estado exenta de dudas y discusiones. Orígenes alude a las dudas sobre la autenticidad de la 2 y 3 Jn, que él no comparte 28. Eusebio coloca las dos epístolas entre los antilegómena, es decir, entre los escritos discutidos. 29 También San Jerónimo se hace eco de las dudas críticas que en su tiempo se aducían contra la 2 y 3 Jn. Sin embargo, él utiliza la 2 y 3 Jn como canónicas y escritas por el apóstol San Juan 30. El Decreto gelasiano (año 495) las atribuye a Juan él Presbítero. San Cipriano (t 258), Teodoro de Mopsuestia (f 428) y San Juan Crisóstomo (f 407) no las utilizan. La Iglesia siríaca las aceptó bastante tardíamente en su canon. En el siglo XVI, los protestantes volvieron a resucitar las dudas sobre su autenticidad y canonicidad. Incluso en el campo católico hubo algunos, como Cayetano y sobre todo Erasmo, que se hicieron eco de esas dudas.
El 8 de abril de 1546, el concilio de Trento 31 definió la canonicidad de las dos epístolas, poniendo fin a todas las dudas de los católicos.

Ocasión y argumento de la 2 y 3 Jn.
a) Segunda epístola de San Juan. La segunda epístola de San Juan va dirigida a la señora Electa (ÅêëåêôÞ êõñßá) y a sus hijos (v.1). Algunos autores ven en esta señora el nombre propio de una cristiana de alto rango. Sin embargo, la mayoría de los exegetas creen con razón que la señora Electa designa a una iglesia del Asia Menor. Así lo insinúan ciertos indicios: el autor sagrado unas veces le habla en singular (v.4.5.13), otras en plural (v.9.5.10.12); todos los fieles aman a sus hijos (v.1); su hermana otra iglesia local se llama también Electa (v.13).
No se puede determinar cuál es la iglesia a la que se dirige San Juan. Muy probablemente era una iglesia del Asia Menor, pues parece hablar de los mismos herejes 32 que en la 1 Jn. Y el apóstol les dice que pronto irá a verlos 33. Dicha iglesia, en su mayoría fiel, está amenazada por seductores que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne (v.7). El apóstol pone en guardia a los fieles contra este peligro, recomendándoles que mantengan la pureza, la práctica de la caridad fraterna y la ruptura completa de las relaciones con los seductores.
b) Dimisión de la 2 Jn. La 2 Jn viene a ser como un primer esbozo o un resumen de la 1 Jn. Se podría dividir del modo siguiente:
1. Encabezamiento (v.1-3).
2. Exhortación a la caridad fraterna y a la perseverancia en la fe (v.4-11).
3. Conclusión (v.1a-13).
c) Tercera epístola de San Juan. Va dirigida a Gayo, hombre de confianza del apóstol y sostén de la parte fiel del rebaño de Cristo. La 3 Jn tuvo por origen un conflicto entre el apóstol y el jefe de una comunidad, llamado Diotrefes. Este se negaba a recibir a los predicadores itinerantes enviados por San Juan y llegaba hasta expulsar de la comunidad a los cristianos que los recibían. Gayo, en cambio, se ha mantenido fiel al apóstol y se ha mostrado generoso con los predicadores de Juan. Al final de la 3 Jn 34 se habla de un tal Demetrio, seguramente uno de los predicadores que probablemente tenía el encargo de reemplazar a Diotrefes en el gobierno de la comunidad o bien el de instituir a Gayo jefe de esta iglesia. Las Constituciones apostolicae 35 hablan de un Gayo obispo de Pér-gamo y de un Demetrio obispo de Filadelfia.
La insistencia de la carta sobre la verdad, por la cual trabajan Gayo, Demetrio y los misioneros 36, hace pensar en las luchas doctrinales de las que nos hablan las otras dos epístolas de San Juan. La 3 Jn tal vez sea la primera de las tres cronológicamente, pues parece reflejar una situación doctrinal menos peligrosa. En efecto, la separación o alejamiento de los anticristos parece que todavía no se ha producido.
La 3 Jn es una de esas cartas de recomendación que utilizaba la propaganda misionera desde los primeros tiempos 37.
d) Difisión de la 3 Jn. Podemos dividirla en tres partes:
1. Encabezamiento (v.1-a).
2. Felicitaciones a Gayo, y condenación de Diotrefes (v.3-12).
3. Epílogo (v.13-15).

Fecha y lugar de composición.
Por lo que se refiere a la fecha en que fueron escritas, nada sabemos de cierto. Sólo disponemos de ciertos indicios que tal vez sirvan para determinar algo más en concreto el tiempo de composición de estas epístolas. La 2 Jn es considerada por la mayoría de los autores como un resumen de la 1 Jn. Por eso mismo se supone que fue escrita un poco después de la 1 Jn. De la 3 Jn ya hemos dicho que cronológicamente es probable que sea la primera, por describir una situación menos peligrosa en la comunidad cristiana a la que se dirige. Los seudodoctores todavía no se han alejado de la comunidad. Por lo tanto, habría que colocarlas al final del siglo I, entre los años 95 y 100.
San Juan debió de escribir estas dos cartas en Efeso, en donde vivió los últimos años de su vida, según nos refiere la tradición. Desde aquella ciudad, San Juan dirigía y gobernaba todas las iglesias de aquella región.

Forma literaria de la 2 y 3 Jn.
La 2 y 3 Jn tienen de común el ser simples billetes de circunstancias. Difieren de la 1 Jn por su brevedad y también por su forma literaria. Mientras la 1 Jn se parece un poco a una encíclica y va dirigida a varias comunidades, la 2 y 3 Jn van destinadas a una sola iglesia y tienen una forma epistolar muy marcada. En el encabezamiento se indica el nombre del que envía la carta y el de los destinatarios, con los saludos correspondientes, y se terminan por una despedida. Además, se diferencian de la 1 Jn en que no son anónimas: ambas están firmadas por el Presbítero, que, como dejamos dicho, designa al apóstol San Juan.

1 Cf. J. Marty, Conírtbuízon a l'étude des problémes johanniques. Les petites építres 2 et 3 Jean: RevHistRel (1925) P-202. 2Jn_1:1 y 4 = 3 Jn i y 3; 2Jn_1:12 s = 3Jn_1:13 53. 3 Véase Eusebio, Hist. Eccl. 3:39:3: funk, Paires Aposíoíia I 352. 4 1 Pe 5:1. 5 Flmg. 6 Jn 21:23. 7 Cf. Eusebio, Hist. Eccl 7:25:7-11. Acerca del presbítero Juan y sus relaciones con el apóstol San Juan se puede consultar P. de ambroggi: Scuol Cat 69 (1930) I 301-314-389-399· 8 Gf. 2 Jn i = 1Jn_3:18 ; 2Jn_1:4 = 1Jn_2:14 ; 2 Jns = 1 Jn2:7; 2Jn_1:7 = 1Jn_4:12 ; 2Jn_1:9 ~ 1 Jn 2:23; 2 Jn ii = 1 Jn 3:10. Se puede ver un elenco más completo en J. Chaine, o.c. p. 232-235- 9 Cf. 3Jn_1:3 = 1Jn_1:6 s; 2:11; 3Jn_1:1 :7 11 = 1 Jn 3:6.10.18. 10 Cf. 2Jn_1:2 =<= Jn 5:38; 6:56; 8:31; 15:4-10; 2Jn_1:4 = Jn 8:12; 12:35; 10:18; 2Jn_1:5 = Jn 13:34; 2Jn_1:6 = Jn 15:12; 2Jn_1:12 = Jn 16:24; 3Jn_1:4 = Jn 15:13; 3Jn_1:11 = Jn 14.95 3Jn_1:12 = Jn 8:14. 11 J. Chaine, o.c. p.235. 12 Cf.Ad Philip. 7:1. 13 Adv. haer. 1:16.3; 1Jn_3:16 :8:.P,G 7:633.927. 14 Stromata 2:16:76: PG 8:1003. 15 In loannem 5:3, apud Eusebio, Hist. Eccl. 6:25:7-10: PG 20:584. 16 Cf. Eusebio, Hist. Eccl. 7:25:11: PG 20:700. 17 De carne Christi 24; De pudicitia 19: PL 2:1020. 18 Líber Apologeticus 1:37. 19 Epist. 39: De Paschate festo: PG 26:1437. 20 Catech. 4:36: PG 33:500. 21 Carm. 1:12:37: PG 37:474 22 Haer. 76:5: PG 42:562. 23 Comm. in symb. apost. 37: PL 21:374. 24 De doctr. christ. 2:8: PL 34:41. 25 PL 3:110. 26 EB 16-20. 27 Cf. M. J. Lagrange, Histoire ancienne du Canon du N. T. (París 1933) p.87-92. 28 In loan. 5:3, en Eusebio, Hist. Eccl. 6:25:7-10. 29 Hist. Eccl. 3:25:3: PG 20:269. 30 De vir. ülustr. 9:18: PL 23:62388.637; Ad Paul Epist. 53:8: PL 22:548. 31 Ses.4: Decretum de canonicis Scripturis: EB 593. 32 2Jn_1:7 . 33 2Jn_1:12 . 34 3Jn_1:12 . 35 Const. Aposí. 7:46: PG : 36 3Jn_1:3-4 8.12.