Genesis 12, 1-20

II.— HISTORIAS PATRIARCALES

(12—50)

Ciclo de Abrahán

(12:1—25:18)

Dios llama a Abrán

El Señor dijo a Abrán: — Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y dirígete a la tierra que yo te mostraré. º Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra! Abrán partió, como le había ordenado el Señor, y con él marchó también Lot. Tenía Abrán setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, y a su sobrino Lot, junto con todos los bienes que poseían y con todos los esclavos que habían adquirido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán. Cuando llegaron, Abrán atravesó toda la región hasta Siquén *, llegando hasta la encina de Moré º. (Por aquel entonces los cananeos habitaban en el país). El Señor se apareció a Abrán y le dijo: — Yo daré esta tierra a tu descendencia. Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido. º De allí se dirigió a la zona montañosa, al este de Betel º, y allí montó su tienda, teniendo Betel al oeste y Ay al este. En aquel lugar erigió un altar al Señor e invocó allí su nombre. Después, por etapas, Abrán continuó avanzando hacia el Négueb.

Abrán en Egipto

Pero sobrevino una hambruna en aquella región y, como el hambre apretaba, Abrán bajó a Egipto para establecerse allí. Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abrán dijo a Saray, su mujer: — Es evidente que eres una mujer muy bella; cuando te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, por lo que a mí me matarán y a ti te dejarán con vida. Di, por favor, que eres mi hermana; de este modo me tratarán bien por consideración a ti, y podré salvar la vida. Cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios descubrieron, en efecto, lo hermosa que era Saray. También la vieron algunos oficiales del faraón y se la ponderaron tanto al faraón º que la mujer fue llevada a su palacio. Por consideración a ella, Abrán recibió un excelente trato, además de ovejas, vacas y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. Pero el Señor castigó al faraón y a su corte con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrán. Así que el faraón llamó a Abrán y le dijo: — ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu mujer? ¿Por qué dijiste que era tu hermana, dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahí tienes a tu mujer; tómala y márchate. Acto seguido el faraón ordenó a los suyos que expulsaran º a aquel hombre junto con su mujer y sus posesiones.
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