Genesis 15, 1-12

Alianza del Señor con Abrán

Después de estos sucesos, el Señor habló a Abrán en una visión y le dijo: — No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y muy grande va a ser tu recompensa. Abrán respondió: — Mi Dios y Señor, ¿para qué me vas a dar nada, si yo sigo sin tener hijos y el heredero de mi hacienda será Eliezer el damasceno º? Y añadió: — No me has dado descendencia y mi herencia habrá de ser para uno de mis criados. Pero el Señor le respondió: — ¡No! Ese hombre no será tu heredero; el heredero será tu propio hijo. Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: — Echa un vistazo al cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. ¡Así será tu descendencia! º Abrán creyó al Señor, y el Señor le concedió su amistad. El Señor le dijo: — Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos º para darte esta tierra en posesión. Pero Abrán le preguntó: — Señor mi Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla? El Señor le respondió: — Tráeme una ternera, una cabra y un carnero º, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón. Abrán trajo todos esos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad una frente a la otra. Pero las aves no las partió. Las aves de rapiña se abalanzaban sobre los animales muertos, pero Abrán las espantaba. Cuando el sol estaba a punto de ponerse, Abrán se quedó profundamente dormido y una temible y densa oscuridad lo envolvió. º
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