I Samuel 8, 1-22

II.— SAMUEL Y SAÚL (8—15)

Institución de la monarquía (8—12)

Israel pide un rey

Cuando Samuel se hizo viejo nombró a sus hijos jueces º de Israel. El primogénito se llamaba Joel y el segundo Abías, y ambos ejercían en Berseba º. Sin embargo sus hijos no siguieron sus pasos, pues buscaban su provecho, aceptaban sobornos y pervertían la justicia. Por ello, todos los ancianos de Israel se reunieron, fueron a Ramá a ver a Samuel y le dijeron: — Mira, tú ya eres viejo y tus hijos no siguen tus pasos. Por tanto, nómbranos un rey que nos gobierne º, como en todas las naciones. º Le disgustó a Samuel el hecho de que le pidieran un rey para que los gobernara y se puso a orar al Señor. Pero el Señor le dijo: — Escucha la voz del pueblo en todo lo que te pidan, pues no te rechazan a ti, sino que es a mí a quien rechazan como rey suyo. Lo mismo que me han tratado a mí desde que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome para dar culto a otros dioses, así te tratan también a ti. º Ahora, pues, escúchalos; pero ponlos sobre aviso y dales a conocer los privilegios º del rey que reinará sobre ellos. Samuel transmitió las palabras del Señor a la gente que le pedía un rey y les dijo: — Estos serán los derechos º del rey que los gobierne: alistará a los hijos de ustedes y a unos los destinará a sus carros y a sus caballos para que vayan delante de su carroza; a otros los nombrará jefes y oficiales de su ejército; a otros los pondrá a trabajar sus campos y a cuidar sus cosechas, o a fabricar su armamento y los pertrechos de sus carros. A las hijas de ustedes las pondrá a su servicio como perfumistas, cocineras o panaderas. Requisará sus mejores campos, viñas y olivares para dárselos a sus funcionarios. Les cobrará a ustedes el diezmo de sus cereales y viñas y se lo dará a sus oficiales y funcionarios. Les quitará sus siervos y siervas junto con sus mejores bueyes y asnos para emplearlos en sus trabajos. Les exigirá impuestos por sus rebaños, y ustedes mismos se convertirán en sus esclavos. En ese momento ustedes se quejarán del rey que habían elegido, pero entonces el Señor no les responderá º. º El pueblo no quiso escuchar a Samuel e insistió: — ¡No importa! Queremos tener rey. Así también nosotros seremos como todos los pueblos: nuestro rey nos gobernará y nos conducirá a luchar en las guerras º. Samuel escuchó lo que decía el pueblo y se lo comunicó al Señor. El Señor le contestó: — Atiende a su petición y nómbrales un rey. Entonces Samuel ordenó a los israelitas: — ¡Todo el mundo a sus pueblos!
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