II Reyes  11, 15-16

El sacerdote Joyadá ordenó a los centuriones que estaban al mando del ejército: — Sáquenla de las filas y maten a cuchillo al que la siga. Como el sacerdote había ordenado que no la matasen en el Templo, le echaron mano cuando entraba en el palacio por la puerta de las caballerías y la mataron allí.
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