Deuteronomio  25, 5-10

Ley del levirato

Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin dejar hijos, la viuda no se casará con un extraño que no sea de la familia. Su cuñado tiene el deber de tomarla, casarse con ella y cumplir con los deberes legales de cuñado. El primer hijo que ella tenga llevará el nombre del hermano muerto, para que su memoria º no desaparezca de Israel. Pero si el cuñado no quiere casarse con su cuñada, ella recurrirá ante los ancianos que están en la puerta de la ciudad y les dirá: “Mi cuñado se niega a mantener viva en Israel la memoria de su hermano. Se niega a cumplir conmigo su deber de cuñado”. Entonces los ancianos de la ciudad lo citarán e intentarán convencerlo. Si él persiste en su negativa, diciendo: “No quiero casarme con ella”, su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie º, lo escupirá en la cara y le dirá: “Esto es lo que se hace con quien se niega a perpetuar la familia de su hermano”. Y en adelante, se conocerá en Israel a esa familia por el apodo de “los descalzos”.
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