Deuteronomio  5, 23-24

Al oír la voz que salía de las tinieblas, mientras la montaña ardía envuelta en llamas, todos ustedes, jefes de tribu y ancianos, vinieron a hablar conmigo, para decirme: “El Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria * y su grandeza, y hemos oído su voz que salía del fuego. Hoy hemos visto que un simple mortal puede hablar con Dios y continuar con vida º.
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