Genesis 18, 3-8

dijo: — Señor mío, será para mí un honor que aceptes la hospitalidad º que este siervo tuyo te ofrece. Que les traigan un poco de agua para que laven sus pies, y luego podrán descansar bajo el árbol. Ya que me han honrado con su visita, permítanme que vaya a buscar algo de comer para que repongan fuerzas antes de seguir su camino. Ellos respondieron: — Bien, haz lo que dices. Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara, y le dijo: — ¡Rápido!, toma tres medidas º de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas. Después Abrahán fue corriendo a la vacada, tomó un becerro tierno y cebado y se lo dio a su sirviente, que a toda prisa se puso a prepararlo. Cuando el becerro ya estuvo a punto se lo sirvió acompañado de leche y requesón. Mientras comían, Abrahán se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol º.
Ver contexto