Hebreos 9, 19-20

En efecto, cuando Moisés terminó de explicar a todo el pueblo los preceptos de la ley, tomó sangre de los toros y los machos cabríos, la mezcló con agua y, valiéndose de un poco de lana roja y de una rama de hisopo, roció con ella al libro de la ley y a todo el pueblo º diciendo: Esta ºes la sangre que ratifica la alianza que Dios ha establecido con ustedes.
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