Isaías 44, 9-20

Sátira contra los ídolos

Los que fabrican ídolos no valen nada, sus dioses predilectos en nada aprovechan. Sus fieles testigos nada pueden ver, nada sienten y quedan defraudados. º ¿Quién hace un dios o funde una imagen que no va a servir para nada? Todos sus amigos quedarán defraudados, pues los artífices sólo son humanos. Si se juntan y comparecen todos, quedarán avergonzados y asustados. º El herrero corta el metal, después lo trabaja en las brasas, le va dando forma con el mazo, lo trabaja con brazo vigoroso. Acaba hambriento y exhausto, pasa sed y siente fatiga. El carpintero aplica la regla, dibuja la imagen con punzón, la trabaja con gubia y compás; le da figura de hombre, igual que una imagen humana, destinada a habitar una casa. Corta madera de cedro, escoge una encina o un roble, elige entre los árboles del bosque. Planta un pino, que crece con la lluvia y sirve de leña a la gente; usa una parte para calentarse o también para cocer el pan. Pero fabrica un dios y lo adora, hace una imagen y la reverencia. Quema una mitad en el fuego, asa carne en la lumbre y se sacia; se calienta y dice: “¡Qué bien; qué caliente delante del hogar!”. Con el resto fabrica un dios, que luego adora y reverencia, y le pide con una oración: “Sálvame, que eres mi dios”. º No saben nada ni entienden, son sus ojos incapaces de ver, sus mentes no saben comprender º. Es incapaz de pensar, carece de conocimiento y de criterio para decir: “He quemado la mitad en el fuego, he cocido pan en las brasas, he asado carne y he comido; ¿haré del resto algo abominable? ¿me postraré ante un tronco de árbol?”. º Esta gente se apacienta de ceniza º, la ilusión de su mente los hace delirar; son incapaces de salvarse reconociendo que es pura mentira lo que tienen en su mano.
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