Juan  13, 1-38

II.— LIBRO DE LA PASIÓN Y DE LA GLORIA (13—20)

Jesús lava los pies a sus discípulos

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de dejar este mundo º para ir al Padre y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin. º Se habían puesto a cenar º y el diablo había metido ya en la cabeza de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús. º Con plena conciencia de haber venido de Dios y de que ahora volvía a él, y perfecto conocedor de la plena autoridad que el Padre le había dado, º Jesús interrumpió la cena, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies º de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando le llegó la vez a Simón Pedro, este le dijo: — Señor, ¿vas a lavarme los pies tú a mí? Jesús le contestó: — Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas. Pedro insistió: — Jamás permitiré que me laves los pies. Jesús le respondió: — Si no me dejas que te lave, no podrás seguir contándote entre los míos º. Le dijo entonces Simón Pedro: — Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza. Pero Jesús le replicó: — El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies *. Y ustedes están limpios º, aunque no todos. Jesús sabía muy bien quién iba a traicionarlo; por eso añadió: “No todos están limpios.” º Una vez que terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y les preguntó: — ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. º Pues bien, si yo, el Maestro y Señor, les he lavado los pies, lo mismo deben hacer ustedes unos con otros. º Les he dado ejemplo para que se porten como yo me he portado con ustedes. º Les aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a quien lo envió. º Si comprenden estas cosas y las ponen en práctica serán dichosos. º No me refiero ahora a todos ustedes; yo sé muy bien a quiénes he elegido. Pero debe cumplirse la Escritura: El que comparte el pan conmigo * se ha vuelto contra mí º. º Les digo estas cosas ahora, antes que sucedan, para que, cuando sucedan, crean que “yo soy º”. º Les aseguro que todo el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí mismo, y al recibirme a mí, recibe al que me envió. º

Jesús predice la traición de Judas

(Mt 26:20-25; Mc 14:17-21; Lc 22:21-23)

Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido y declaró — Les aseguro que uno de ustedes va a traicionarme. º Los discípulos se miraban unos a otros preguntándose a quién se referiría. Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús tanto quería, estaba recostado º al lado de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. El discípulo, inclinándose hacia Jesús, le preguntó: — Señor, ¿quién es? Jesús le contestó: — Aquel para quien yo moje un bocado de pan y se lo dé, ese es. Lo mojó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo: — Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes. º Ninguno de los comensales entendió por qué Jesús le dijo esto. Como Judas era el depositario de la bolsa, algunos pensaron que le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. º Judas tomó el bocado de pan y salió inmediatamente. Era de noche. º

El mandamiento nuevo

Apenas salió Judas, dijo Jesús: — Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios va a ser glorificado en él. º Y si Dios va a ser glorificado en él º, Dios, a su vez, glorificará al Hijo del hombre. Y va a hacerlo muy pronto. Hijos míos, ya no estaré con ustedes por mucho tiempo. Me buscarán, pero les digo lo mismo que ya dije a los judíos: a donde yo voy ustedes no pueden venir. º Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros; como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. º El amor mutuo entre ustedes será el distintivo por el que todo el mundo los reconocerá como discípulos míos.

Jesús predice la negación de Pedro

Simón Pedro le preguntó: — Señor, ¿a dónde vas? Jesús le contestó: — A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás. º Pedro insistió: — Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida º por ti. Jesús le dijo: — ¿De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí? Te aseguro que antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.
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