Salmos 22, 1-2
“
(1)
(2) Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado *? Está lejos mi salvación y son mis palabras un gemido º. º (3) Dios mío, te llamo de día y no me respondes, de noche y no encuentro descanso. ”
salmo 22 (21)
Tú, Señor, no te alejes
Al maestro del coro. Según “La cierva de la aurora”. salmo de David.(2) Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado *? Está lejos mi salvación y son mis palabras un gemido º. º (3) Dios mío, te llamo de día y no me respondes, de noche y no encuentro descanso. ”