Eclesiástico 23, 18-19

y el que, siendo infiel al matrimonio, dice para sus adentros: “Nadie me ve, la oscuridad me rodea, las paredes me ocultan; y si nadie me ve, ¿qué puedo temer?; el Altísimo no tendrá en cuenta mis pecados”. º Sólo le preocupa que no lo vean los demás y no se da cuenta que los ojos del Señor son mil veces más luminosos que el sol, escudriñan todos los caminos humanos y penetran los recintos más secretos. º
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