Genesis 33, 12-20


Jacob se aparta de Esaú.
Dijo Esaú: «Vámonos de aquí, y yo te daré escolta.» Él le dijo: «Mi señor sabe que los niños son tiernos y que tengo conmigo ovejas y vacas criando; un día de ajetreo bastaría para que muriese todo el rebaño. Adelántese, pues, mi señor a su siervo, que yo avanzaré despacito, al paso del ganado que llevo delante, y al paso de los niños, hasta que llegue donde mi señor, a Seír.» Dijo Esaú: «Entonces voy a destacar contigo a parte de la gente que me acompaña.» —«¿Para qué tal? Con que halle yo gracia a los ojos de mi señor...» Rehízo, pues, Esaú aquel mismo día su camino rumbo a Seír, y Jacob partió para Sucot, donde edificó para sí una casa y para su ganado hizo cabañas. Por donde se llamó aquel lugar Sucot.

Llegada a Siquén.
Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquén, que está en el territorio cananeo, viniendo de Padán Aram, y acampó frente a la ciudad. Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien agnos la parcela de campo donde había desplegado su tienda, erigió allí un altar y lo llamó de «El», Dios de Israel.
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