I Reyes 9, 10-25


Tratado con Jirán.
Al cabo de los veinte años que duró la construcción por Salomón de las dos casas, el templo de Yahvé y el palacio real, para lo que Jirán, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y todo el oro que quiso, entonces el rey Salomón entregó a Jirán veinte ciudades en la tierra de Galilea. Salió Jirán de Tiro para observar las ciudades que Salomón le había entregado, pero no le agradaron, y se quejó: «¿Qué ciudades son éstas que me has entregado, hermano mío?» Las denominó: «Tierra de Cabul», nombre conservado hasta el día de hoy. Jirán había enviado al rey ciento veinte talentos de oro.

Leva para las construcciones.
Esto es lo referente a la prestación personal que el rey Salomón estableció para construir el templo de Yahvé y el palacio real, el Miló y la muralla de Jerusalén, Jasor, Meguidó y Guézer, ( el faraón rey de Egipto había subido y tomado Guézer y, tras incendiarla y matar a los cananeos que habitaban la ciudad, la entregó en dote a su hija, la mujer de Salomón, quien reconstruyó Guézer), Bet Jorón de abajo, Baalat y Tamar (en el desierto del país, todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón), las ciudades de carros y las de caballos, y todo cuanto Salomón quiso construir en Jerusalén, (en el Líbano) y en todos los dominios de su reino. A cuandos quedaron de los amorreos, hititas, perizitas, jivitas y jebuseos, que no eran israelitas y cuyos descendientes habían permanecido en el país y a los que los israelitas no habían podido exterminar mediante anatema, Salomón los redujo a mano de obra forzada, como ha sucedido hasta el día de hoy. Pero a los israelitas no les impuso trabajos forzados, pues eran sus hombres de guerra, oficiales y jefes, escuderos y jefes de sus carros y de su caballería. Éstos eran los capataces de los prefectos que estaban al frente de las obras de Salomón: quinientos cincuenta que mandaban a la gente que trabajaba en las obras. Una vez que la hija del faraón subió de la ciudad de David al palacio que Salomón había construido para ella, entonces edificó el Miló.

El servicio del Templo.
Tres veces al año, Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de comunión en el altar que había construido a Yahvé y quemaba ante Yahvé las ofrendas abrasadas. Llevó a conclusión la obra del templo.
Ver contexto