I Tesalonicenses 5, 23-28


Último ruego y despedida.
Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es él quien lo hará. Hermanos, orad también por nosotros. Saludad a todos los hermanos con el beso santo. Os conjuro por el Señor que esta carta sea leída a todos los hermanos. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
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