II Crónicas  32, 21-22

Y Yahvé envió un ángel que exterminó a todos los guerreros esforzados de su ejército, a los príncipes y a los jefes que había en el campamento del rey de Asiria, que volvió a su tierra cubierta la cara de vergüenza y, al entrar en la casa de su dios, allí mismo, los hijos de sus propias entrañas le hicieron caer a espada. Así salvó Yahvé a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por todos lados.
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