II Samuel  23, 3-7

El Dios de Israel ha hablado,
me ha dicho la Roca de Israel:
Quien gobierna a los hombres con justicia,
el que gobierna en el temor de Dios,
como luz del alba cuando rompe el sol
en una mañana sin nubes,
y hace brillar tras la lluvia
el césped de la tierra.
¿No es así mi casa ante Dios?
Porque ha hecho conmigo un pacto eterno,
en todo ordenado y custodiado.
Él hará germinar toda mi salud y todo mi deseo.
Todos los malvados como espinas del desierto
que no se recogen con la mano.
Nadie los toca si no es con hierro
o el fuste de una lanza
para ser consumidos por el fuego.
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