Cantares  5, 2


Cuarto poema

LA NOVIA.
Yo dormía, velaba mi corazón.
¡La voz de mi amado que llama!:
«¡Ábreme, hermana, amiga mía,
paloma mía sin tacha!
Mi cabeza está cubierta de rocío,
mis bucles del relente de la noche.»
Ver contexto