Filipenses 2, 8-10

se rebajó a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte
y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó
y le otorgó el Nombre,
que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en los cielos, en la tierra y en los abismos,
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