Isaías 59, 3-8

Porque vuestras manos están manchadas de sangre
y vuestros dedos de culpa,
vuestros labios hablan falsedad
y vuestra lengua habla perfidia.
No hay quien clame con justicia
ni quien juzgue con lealtad.
Se confían en la nada y hablan falsedad,
conciben malicia y dan a luz iniquidad.
Hacen que rompan su cascarón las víboras
y tejen telas de araña;
el que come de sus huevos muere,
y si son aplastados sale una víbora.
Sus hilos no sirven para vestido
ni con sus tejidos se pueden cubrir.
Sus obras son obras inicuas
y acciones violentas hay en sus manos.
Sus pies corren al mal
y se apresuran a verter sangre inocente.
Sus proyectos son proyectos inicuos,
destrucción y quebranto en sus caminos.
Camino de paz no conocen,
y derecho no hay en sus pasos.
Tuercen sus caminos para provecho propio,
ninguno de los que por ellos pasan conoce la paz.
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