Jeremías  12, 1-3


El problema de la dicha de los malos.
Tú llevas la razón, Yahvé,
cuando discuto contigo,
no obstante, voy a tratar contigo
un punto de justicia.
¿Por qué tienen suerte los malos
y son felices todos los felones?
Los plantas, y enseguida arraigan,
van a más y dan fruto.
Cerca estás tú de sus labios,
pero lejos de su corazón.
En cambio a mí ya me conoces, Yahvé; me has visto
y has comprobado que mi corazón está contigo.
Llévatelos como ovejas al matadero,
conságralos para el día de la matanza.
Ver contexto